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Opinión
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“La tiñosa de los Megawatts” y su cola emplumada
Mar 23, 2024

Presentarse cada mañana en Televisión Nacional para comunicar a todo un pueblo que hoy habrán más apagones que ayer, no debe resultar tarea nada placentera. El rostro del vocero, Lázaro Guerra Fernández, director técnico de la Unión Eléctrica, no deja mentir. Pero si la función de vocero es denigrante –la gente en la calle lo asocia con los males de los apagones, donde no faltan los insultos–, cómo será relacionarlo con el paquete de adversidades que arrastra cada pluma de la cola del ya nombrado por el barrio como “la tiñosa de los Megawatts”.

Para ser justo, Guerra Fernández no es responsable directo de la desgracia: sólo es la cara. Un rostro que se encuentra en medio de un fuego cruzado. Tiene dos opciones: mantenerse como heraldo y no sacudirse el peso de los ojos de Cuba en la vía pública o, de lo contrario, renunciar y romper fila con ‘la ley de conservación del carro’. Una ley comunista que ha empobrecido más al país que el propio bloqueo.

Entrando en materia, qué significa para un cubano de a pie desayunar cada mañana sin pan y con el anuncio de Lázaro. Simboliza una jornada con más de 14 horas de vida semiparalizada, en un momento donde también falta el gas para cocción, no trabajan las oficinas públicas y la mayoría de los servicios sanitarios se detienen.

Sin embargo, para plumas de una tiñosa se han hecho los colores comunistas, siempre de tintes oscuros. Otras plumas del ave: se descongela el pedazo de pollo que con mil sacrificios monetarios se atesora para los niños de la familia.

Aun así, y puede que la desgracia sea mayor, el quita y pon de la corriente o el bajo voltaje les ha pasado factura a no pocos refrigeradores, como ha sucedido y está sucediendo. Los reclamos del pueblo a la Empresa Eléctrica tienen siempre una respuesta salomónica: “Hemos informado que se debe estar pendiente a las variaciones de voltaje”.

En otras palabras, la gente no puede salir a la calle, siempre con el ojo encima del tomacorriente. Por último, que la cola del ave es copiosa en males, hoy muchos emprendimientos particulares como las mipymes, el respiro apurado de los que menos tienen, han tenido que cerrar, y definitivo. Sólo nos remitiremos a dos causas. La ya existente (los apagones); y la otra, por dónde vienen los tiros a partir del inicio de marzo.

Primero, los apagones han traído pérdidas millonarias por descongelación de los alimentos, salones a oscuras o falta de energía para elaborar. Sin embargo, los impuestos se mantienen igual y se espera que pronto asuman otro valor hacia arriba. Segundo, la subida de la tarifa eléctrica para los que consuman por encima de 500 KW. ¿Qué negocio particular no consume muchas veces este valor? Pocos.

Esto sin tener en cuenta el nuevo valor del precio del combustible, que agregará carga sustancial a la materia prima, pues el poco combustible en Cuba está en el mercado negro. Señores, que el trabajito que tiene el vocero de la Unión Eléctrica por encomienda del régimen no es nada de juego. La cola de la tiñosa mañanera de los Megawatts es copiosa en plumas prietas y cada día ‘va por más’. Ser el rostro de las desgracias de un país es asunto serio. Hay que mirarse en el espejo del ministro de Economía desplumado.

Publicado originalmente en la edición 212 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa

 

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El huevo en la cocina cubana: ¿protagonista o complemento?
Mar 17, 2024

Históricamente, desde el primer Periodo Especial de inicio de los años 90, el huevo de la canasta básica ha clasificado en términos nutricionales como la posibilidad que tienen los cubanos de acercarse a un plato fuerte; aunque ahora no se sabe cuán fuerte es.

El descalabro de la producción de huevos de gallina en Cuba asombra por sus niveles de decrecimiento, en un país donde por decreto está vedado el consumo de carne de res. La producción ha degenerado a tal punto que se empalma de un mes a otro sin suministros a las bodegas.

El ministro de Agricultura, Ydael Pérez Brito, reconoció en el Noticiero Estelar de la Televisión en octubre pasado, que la producción de huevos en Cuba disminuyó de cinco millones diarios en 2020 a 2,2 millones en 2023. Como se aprecia, un total desastre.

Según este funcionario, la crisis está relacionada con la escasez de gallinas ponedoras que experimenta el país. Pero, por qué no se previno esto cuando se inundaban los sitios estatales de las llamadas ‘gallinas bailarinas’; como apreciamos, ahora sin remplazos.

No obstante, aquí se observa un giro en el discurso oficialista en busca del amparo de la justificación: tiempo atrás, las autoridades del sector avícola en una Mesa Redonda vinculaban el decrecimiento a que las gallinas estaban estresadas.

Hoy, ni tristes están, han desaparecido. En un sector tan vital, donde lo único que tienen la mayoría de los cubanos son los cinco escasos huevos, nadie puede darse el lujo de actuar por reacción, a la retaguardia o caboose (furgón de cola) de los problemas de la nación.

Pero, gracias a Dios o al temible imperio estadounidense, todavía a las mesas de la Isla llegan, un mes sí y otros no, los cinco huevos de la cuota. Valgan al pueblo cubano las fisuras del poderoso bloqueo yanqui, que según las opiniones en la calle, parece más un queso suizo (el de los huequitos) que una barrera infranqueable.

El Departamento de Agricultura de EE.UU., asegura en diversas publicaciones de dominio público que en el penúltimo mes de 2023 la cifra invertida por Cuba en la adquisición de huevos ascendía a no menos de 1 049 102 USD.

Cifra millonaria. Pero, aún siendo así, con este aporte del enemigo yanqui los cubanos continúan contra la pared: cinco huevos al mes para una persona como única proteína a largo plazo es un suicido, desnutre.

Esa es la cuestión, qué cosa será, ser o no ser, en un país cuyos gobernantes alardean en eventos internacionales sobre los poderes de la canasta básica. Los huevos de los cubanos: ¿plato fuerte o plato débil?

 

Publicado originalmente en la edición 211 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa

 

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¿Cambiarán algo las recientes destituciones de funcionarios?
Mar 16, 2024

“¡Se fue el de Economía!”, era el comentario del pasado 4 de febrero en cuanta cola y plaza se juntaban al menos dos cubanos, resultado del grupo de ministros defenestrados la jornada anterior. Pero, ¿cambiarán algo en Cuba las recientes destituciones de funcionarios?

Atendiendo a que el Ministerio de Economía se asocia con la mesa del cubano de a pie, no hay que pasar por alto cierto asomo de esperanzas en la anterior exclamación popular, como si la destitución de Alejandro Gil Fernández redundara en un alivio de la miseria reinante. Los titulares, en apenas minutos del anuncio, dieron la vuelta al planeta. “El presidente de Cuba, Miguel DíazCanel, destituye al ministro de Economía ante la grave crisis que golpea al país”, replicaba el diario El País.

Otros medios se lanzaron tras el nuevo suceso en la Isla caribeña. Señores, hay que ser muy ingenuo para no advertir, en primer término, la maniobra lava imagen de la máxima dirección de la junta militar que mal gobierna al país; y segundo, quien imagine que este cambio de fichas encumbrada redundará en mejoras económicas esperará otros 65 años en pos de los resultados.

La historia es sencilla, la eterna letanía de las justificaciones, donde el bloqueo ocupa un sitial de honor, ya no se la traga ningún cubano. Como dijo el primer ministro Marrero Cruz en uno de sus arrebatos de sinceridad, “ya al pueblo no se le puede dar más justificaciones, espera resultados”.

Sin embargo, sucede que los resultados no llegan, el tiempo pasa, la miseria crece y las buenas nuevas, pese a los enormes esfuerzos publicitados por la prensa oficialista, continúan desaparecidas. Alguien tiene que pagar. Le tocó a Gil Fernández.

Se puso fatal; y con él arrastró a otros ministros, como corderos silenciosos al matadero, para marear la jugada contra Gil. Tan es así, que el ex ministro de Economía fue durante su reinado ‘el cartero de las malas noticias’ al pueblo cubano. Encargado, por ese mismo régimen que ahora lo echa a un rincón, de anunciar cuanto descalabro padecía e iba a padecer la gente de a pie en la Isla.

Catálogo de desgracias: no había leche para los niños, suficiente harina de trigo para el pan de la canasta básica (para las mipymes sí), café o carne de cerdo. También fue el vocero, esto sí le tocaba de cerca, para comunicar la contracción de la economía en 2023 en un 2%. Y para rematar, le correspondió decir bajito, pero se escuchó alto, que la inflación en Cuba rozaba el 30%.

Sencillo, había que cortarle la cabeza al cartero. Una maniobra antiquísima en un intento de culpar de los males que sufre el país a una persona y no a un sistema fallido. Aquí nadie hace nada si no lo mandan. Pero, hay que recordar que Gil Fernández es el último defenestrado de una saga relativamente resiente que comenzó con José Luis Rodríguez García y Marino Murillo Jorge.

La pregunta, ¿mejoró la economía en la Isla durante ese periodo de sucesivas destituciones? No. Hoy tenemos nuevo ministro de Economía, Joaquín Alonso Vázquez. ¿Cambiarán algo en Cuba las recientes destituciones de funcionarios? La respuesta, el pueblo cubano la sabe.

 

Publicado originalmente en la edición 211 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa

 

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El colapso del régimen cubano es evidente
Mar 10, 2024

No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, reza un refrán popular y es una gran realidad, si de la realidad sociopolítica de Cuba hablamos. Desde hace más de 60 años los cubanos han sido víctimas de un sistema político autoritario y dictatorial, que ha consumido las esperanzas y sueños de toda una nación y que violenta los más elementales derechos de sus ciudadanos.

Décadas de miserias, carencias y violencias han marcado el día a día de los cubanos. Miles se han visto forzados a abandonar la isla y otros muchos permanecen encarcelados por alzar sus voces de protestas, pero esa triste realidad hoy ha comenzado a cambiar.

El régimen ha agotado todas sus posibilidades de seguir ejerciendo su política violenta y está dando muestra del colapso total de la estructura económica y política que lo ha sostenido. Con una economía completamente devastada, sin esperanzas de restablecerse y con una crisis del poder político, manifestada en el fracaso de un discurso oficial demagógico, cuestionado por lapoblación, los portavoces del sistema ya no pueden continuar ejerciendo el control total sobre los cubanos.

Las torpes consignas de "resistencia creativa" y "si se puede", son sencillamente palabras huecas que ya no logran controlar las ansias libertarias de millones de hombres y mujeres del pueblo, que han dicho basta y exigen un cambio como única solución a la crisis que se vive.

Ni las supuestas visitas de la dirigencia oficial del régimen a las diferentes provincias y municipios, ni las promesas de mejoras y soluciones a los problemas que existen, logran crear un clima de confianza hacia los gendarmes de la dictadura.

Cada cubano que ha experimentado el engaño oficialista y las tantas promesas incumplidas, reconoce hoy que prometer es parte de la política de manipulación oficialista, poco digna de crédito. Cuando un pueblo se une buscando cambios y libertad, nada lo puede detener, porque al final son los pueblos y no los líderes políticos los que determinan el futuro de una nación.

Publicado originalmente en la edición 175 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano

 

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He estado pensando en pedir a Dios que las cosas empeoren
Mar 8, 2024

¿Qué hace falta para que se produzca un cambio en Cuba y termine esta pesadilla infernal? ¿Cómo salir de esta espiral de deterioro cada vez más profunda?

Sabemos que, sin un cambio de sistema, nada nos sacará de esta crisis, que la economía cubana no va a remontar y que ni el turismo, ni las remesas, ni ninguna otra “inyección” lograrán solucionar nuestras necesidades básicas. Pero esto parece que no es suficiente para movilizarnos.

Sabemos que nuestros dirigentes nos mienten, intentando con sus mentiras alargar lo más posible su permanencia en el poder, a costa del sufrimiento y de la muerte lenta de un pueblo que no les interesa y que más bien parecen odiar y despreciar. Pero esto no nos irrita lo suficiente como para decir: “¡Basta!”.

Somos conscientes de que la formación de nuestros hijos es cada vez más deficiente y precaria, nos damos cuenta que, si le dejamos al sistema educativo la formación de nuestros hijos, los estaremos sumergiendo en la ignorancia y la incapacidad. Pero eso no parece quitarnos el sueño.

Sabemos que el sistema de salud se cae a pedazos, y que nuestra supervivencia física está cada vez más en riesgo. Pero esto sólo hace que aumenten nuestras quejas cotidianas.

Vemos cómo la vida se bloquea hasta lo impensable, cómo la falta de electricidad nos paraliza, nos hunde y desespera: Pero seguimos aplaudiendo las migajas de corriente y agradeciendo incluso los días en que los apagones son “cortos”.

Sabemos que desde las estructuras del poder no existe un proyecto de nación, que ya no vamos a ninguna parte, que el único camino que tenemos delante es “resistir y morir”, excepto para aquellos que logren escapar de esta jaula, de esta finca de unos pocos. Pero ni siquiera eso parece ser capaz de

despertarnos de la hipnosis de una solución venida desde los que nos gobiernan como su propiedad particular.

¿Qué tiene que suceder para que este pueblo despierte? ¿Cuánta hambre necesitan seguir pasando nuestros hijos? ¿Cuántos medicamentos más deben faltar a nuestros enfermos? ¿Cuántas familias más

necesitan romperse con la emigración? ¿Cuántos muertos más necesitamos en los intentos de huida? ¿Cuántas voces de libertad necesitamos añadir a nuestras prisiones?

Si al menos tuviéramos el coraje de decir la verdad en todos los sitios posibles, si al menos dejáramos de hacer el juego, el más mínimo juego a los que apoyan nuestra esclavitud ciudadana, si al menos intentáramos plantarnos cuando se nos pide el apoyo sumiso, el aplauso cómplice, el asentimiento falso.

Porque, de lo contrario, habrá que pedir a Dios que permita que todo el mal que ya se abate sobre este pueblo se profundice, que nos hundan el hambre, la enfermedad, la oscuridad y la desesperanza, para ver si así Cuba termina siendo un montón de cadáveres amontonados o un pueblo que se decida, por fin, a hacer algo por su libertad.

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Percepción de riesgo, una herramienta imprescindible en la actualidad
Mar 7, 2024

Una idea que tomó mucha fuerza en los tiempos en que la pandemia de coronavirus hacía estragos en el mundo fue la de tener percepción del riesgo. En epidemiología un factor de riesgo es toda circunstancia o situación, que aumenta las probabilidades en una persona, de contraer una enfermedad o cualquier otro problema relacionado con la salud. Al tener percepción de riesgo de una enfermedad las personas pueden evitar el contagio, y con ello los peligros y consecuencias que estas provocan en los seres humanos.

En la Cuba de la actualidad esta idea es imprescindible para evitar complicaciones, dada la escasez de medicamentos y las pésimas condiciones en que se encuentran los hospitales y demás centros de salud.

Desde hace algunas semanas el Ministerio de Salud de nuestro país ha venido emitiendo alertas epidemiológicas debido al notable incremento de casos de enfermedades respiratorias agudas, las que también incluyen a la Covid 19.

Aunque el Estado cubano y las autoridades han mantenido cierto secretismo sobre las cifras de fallecidos provocadas por estas enfermedades, la población ha sido testigo de que continúan produciéndose. Un ejemplo muy triste de esta situación fue el fallecimiento de Ana Pérez Carballo, una joven de 24 años residente en reparto Vigía Sur, quien murió por las complicaciones provocadas por un catarro que terminó en una neumonía severa.

“Desde finales de diciembre en la zona donde vivimos han aumentado los casos de gripe que casi siempre provocan una neumonía muy severa y resistente a los medicamentos. Lamentablemente muchas personas no se cuidan para evitar los contagios de esas enfermedades, a pesar de las complicaciones que provocan”, refirió Luanis Pérez, hermana de la joven fallecida.

Tomas Triana, médico especialista en Medicina General Integral, que atiende un consultorio en la zona de Dobarganes, le comunicó a nuestra redacción, que en su área de salud las enfermedades respiratorias agudas han provocado el fallecimiento de tres personas en los últimos dos meses.

“Los trabajadores del sistema de Salud Pública tratamos de informar a la población sobre las complicaciones que están provocando las enfermedades respiratorias, y lo importante que resulta tener percepción de riesgo. Si la población no toma conciencia del peligro y cumple con las medidas para evitar los contagios, es muy posible que los casos aumenten y que más personas fallezcan”, advirtió.

El doctor Triana agregó que las autoridades de salud y el gobierno en la provincia, están estudiando establecer un grupo de medidas muy semejantes a las que se orientaron cuando la pandemia de coronavirus, para evitar la propagación de esas enfermedades.

 

Publicado originalmente en la edición 113  del medio de comunicación comunitario del ICLEP,  Páginas Villareñas.

 

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Santaclareños opinan sobre las medidas adoptadas por el régimen
Mar 6, 2024

Luego de que se anunciaran por el régimen cubano las medidas que elevan el precio de los combustibles y algunos servicios básicos, nuestra redacción decidió recoger las opiniones de la población al respecto y ponerlas a consideración de nuestros lectores.

Vicente More Izquierdo, ingeniero mecánico que reside en la calle José Martí: “La subida de los precios del combustible, el gas licuado y los alimentos, sólo traerá más calamidades a la vida de la mayoría de los cubanos y no beneficiarán en nada a la economía nacional. Mi familia al igual que muchas otras está pasando hambre por culpa de este gobierno y eso no podemos permitirlo”.

Noel López Carrillo, profesor de inglés en una escuela secundaria: “Lo que está haciendo el gobierno cubano es acabar de sepultar en vida a millones de cubanos que trabajan y reciben su salario en pesos cubanos. Esto va a provocar un rechazo total y de seguro la gente se va a manifestar en las calles para exigir un cambio”.

María Antonia Suarez Ríos, ama de casa, residente en la calle Luis Estévez: “Los precios de los alimentos y los productos de primera necesidad suben casi a diario, las personas ya no saben lo que van a comer y el hambre está provocando desesperación. Lo más inaudito es que el presidente Miguel Díaz Canel y los demás dirigentes del Estado, sigan pidiendo confianza en la revolución”. Manuel Villa Soriano, jubilado del sector de la Salud: “Esto demuestra la gran incapacidad del sistema tiránico comunista que gobierna Cuba para garantizar el bienestar de su pueblo.

Todo lo que están haciendo es para mantenerse en el poder sin importar el sacrificio que están viviendo los millones de cubanos que seguimos en esta isla”. Carlos Alberto Suarez, estudiante de Informática: “Nuestro país necesita un cambio de sistema con urgencia y el apoyo de toda la comunidad internacional para salir del abismo económico en que nos encontramos.

Este gobierno es incapaz de hacer algo por el bienestar del pueblo y las medidas que entraron en vigor el 1ro de febrero así lo demuestran”. Domingo Ramírez, trabajador del sector privado: “Nuestro país ha tocado fondo en todo los sentidos. El Gobierno está reprimiendo a todo el que proteste contra las medidas y la gente ya está desesperada, en mi opinión creo que es muy posible que todo esto termine en un baño de sangre”.

 

Publicado originalmente en la edición 113  del medio de comunicación comunitario del ICLEP,  Páginas Villareñas.

 

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¿Cuántos cubanos tendrán que morir para que el régimen autorice las farmacias privadas?
Mar 4, 2024

La crisis de medicamentos en la Isla, asunto de agudo descontento social, presenta una impactante realidad: cada vez son más los cubanos que están muriendo por falta de fármacos, mientras el régimen continúa reacio a la liberación de este sector a la empresa privada.

Todo parece indicar que la obstinación en esta conducta se debe al orgullo ideológico de la dictadura: el socialismo no es capaz de garantizar ni lo más elemental para el sostenimiento de la vida. De ahí el complejo de barrio: el sistema social es un fracaso.

Otro elemento de peso radica en la pérdida creciente de valor frente a la ciudadanía, pues van quedando pocos renglones donde el régimen se pueda mirar en el espejo del único proveedor de los cubanos; y cuando ya no hay nada que dar queda poco espacio para la obediencia.

Traducidas las palabras anteriores a la realidad, cuando ya tú no eres el tipo, el poderoso absoluto, el que lo suministraba todo y la gente solo dependía de ti, comienzan a llegar al oído popular otras voces y cualquier cosa puede suceder.

Ese temor existe en la cúpula militar. Temor justificado en el hecho de que el grueso de los medicamentos que consumen los enfermos cubanos no provienen de la red de farmacias estatales, sino del mercado negro.

Gracias al mercado informal hoy mueren menos personas en la Isla. Claro está, para aquellos ciudadanos que pueden pagar los fármacos. Al resto, sólo les queda morir, en un país que se vende al planeta como el oasis universal de la salud pública.

Actualmente, como se informó en el recién finalizado Periodo Ordinario de Sesiones del Parlamento cubano y publica el medio oficialista Tribuna de La Habana, existen 251 medicamentos en falta, tanto los fabricados nacionalmente como los importados, lo que representa el 40 % del cuadro básico.

Añade Tribuna: “En la reciente cita parlamentaria, el doctor Eduardo Martínez Díaz, presidente del grupo empresarial BioCubaFarma, reiteró como causa principal del desabastecimiento la no disponibilidad de las materias primas y materiales necesarios para la producción”.

Como se observa, el cuadro pinta oscuro y creciendo. Pero, dónde están los brazos cruzados en este asunto de vida o muerte. Están en la terquedad de los que mandan en Cuba, que no proveen y tampoco dejan que el sector particular de modo legal asuma la tarea.

La pregunta lógica que se hacen las personas dentro y fuera de Cuba es muy sencilla: ¿Cuántos cubanos tendrán que morir para que el régimen autorice las farmacias privadas?

 

Publicado originalmente en la edición 232 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero.