Artemisa, Cuba (ICLEP) - Encara a la dictadura cubana una anciana que dijo vivir en la más absoluta pobreza con su hijo enfermo mental mucho antes y después de la Tarea Ordenamiento, por lo que el lunes desmintió en público la frase del régimen “nadie quedará desamparado”.

Juana Maura, de 78 años, se manifestó públicamente en la calle para las personas que quisieran escuchar, en un acto de desesperación, según dijo, como consecuencia al deplorable estado en que subsiste.

Todavía no ha llegado el primer beneficio social prometido por el presidente de la República y, sí, solo promesas, añadió.

Declaró para Majadero de Artemisa Cristina Fundora, delegada de la zona del Poder Popular, que el caso de Juana es uno de los que más desea resolver en el área que ella atiende, pero que no depende solo de ella.

Maura se desempeñó mientras su edad lo permitió en la fábrica de tabacos Villamil y es vivo ejemplo, según apuntó la vecina Lucía Torres, de lo que sucede con personas que la dictadura utiliza y más tarde desecha “como trapo”, dijo.

Publicado originalmente en la edición 155 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa.