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“La tiñosa de los Megawatts” y su cola emplumada

Foto de Ricardo IV Tamayo

Por el periodista ciudadano Leinier Álvarez García

Mar 23, 2024 | 10:10 AM


Presentarse cada mañana en Televisión Nacional para comunicar a todo un pueblo que hoy habrán más apagones que ayer, no debe resultar tarea nada placentera. El rostro del vocero, Lázaro Guerra Fernández, director técnico de la Unión Eléctrica, no deja mentir. Pero si la función de vocero es denigrante –la gente en la calle lo asocia con los males de los apagones, donde no faltan los insultos–, cómo será relacionarlo con el paquete de adversidades que arrastra cada pluma de la cola del ya nombrado por el barrio como “la tiñosa de los Megawatts”.

Para ser justo, Guerra Fernández no es responsable directo de la desgracia: sólo es la cara. Un rostro que se encuentra en medio de un fuego cruzado. Tiene dos opciones: mantenerse como heraldo y no sacudirse el peso de los ojos de Cuba en la vía pública o, de lo contrario, renunciar y romper fila con ‘la ley de conservación del carro’. Una ley comunista que ha empobrecido más al país que el propio bloqueo.

Entrando en materia, qué significa para un cubano de a pie desayunar cada mañana sin pan y con el anuncio de Lázaro. Simboliza una jornada con más de 14 horas de vida semiparalizada, en un momento donde también falta el gas para cocción, no trabajan las oficinas públicas y la mayoría de los servicios sanitarios se detienen.

Sin embargo, para plumas de una tiñosa se han hecho los colores comunistas, siempre de tintes oscuros. Otras plumas del ave: se descongela el pedazo de pollo que con mil sacrificios monetarios se atesora para los niños de la familia.

Aun así, y puede que la desgracia sea mayor, el quita y pon de la corriente o el bajo voltaje les ha pasado factura a no pocos refrigeradores, como ha sucedido y está sucediendo. Los reclamos del pueblo a la Empresa Eléctrica tienen siempre una respuesta salomónica: “Hemos informado que se debe estar pendiente a las variaciones de voltaje”.

En otras palabras, la gente no puede salir a la calle, siempre con el ojo encima del tomacorriente. Por último, que la cola del ave es copiosa en males, hoy muchos emprendimientos particulares como las mipymes, el respiro apurado de los que menos tienen, han tenido que cerrar, y definitivo. Sólo nos remitiremos a dos causas. La ya existente (los apagones); y la otra, por dónde vienen los tiros a partir del inicio de marzo.

Primero, los apagones han traído pérdidas millonarias por descongelación de los alimentos, salones a oscuras o falta de energía para elaborar. Sin embargo, los impuestos se mantienen igual y se espera que pronto asuman otro valor hacia arriba. Segundo, la subida de la tarifa eléctrica para los que consuman por encima de 500 KW. ¿Qué negocio particular no consume muchas veces este valor? Pocos.

Esto sin tener en cuenta el nuevo valor del precio del combustible, que agregará carga sustancial a la materia prima, pues el poco combustible en Cuba está en el mercado negro. Señores, que el trabajito que tiene el vocero de la Unión Eléctrica por encomienda del régimen no es nada de juego. La cola de la tiñosa mañanera de los Megawatts es copiosa en plumas prietas y cada día ‘va por más’. Ser el rostro de las desgracias de un país es asunto serio. Hay que mirarse en el espejo del ministro de Economía desplumado.

Publicado originalmente en la edición 212 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa

 

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