Sancti Spíritus, Cuba, (ICLEP). La calidad de vida de los espirituanos sigue empeorando debido a la crisis socioeconómica que azota al país y la falta de acción por parte de las autoridades locales.

El cierre de diversas empresas ha incrementado la falta de empleos, mientras que la escasez de alimentos, la inflación creciente y el desmesurado aumento de los precios de productos básicos agravan aún más la situación.

A esto se suman el déficit de medicamentos en farmacias y hospitales, así como las carencias materiamateriales y la escasa oferta de opciones recreativas, lo que mantiene a la población sumida en la extrema pobreza y el abandono.

"La vida que llevamos no es digna ni siquiera de un animal, nos están matando lentamente, de hambre, sin medicinas, sin corriente, sin agua. Esta es una vida de perros, especialmente para los más viejos como nosotros", expresó Octavio Calzadilla Verano, un anciano local.

"Cuando se habla de calidad de vida, tenemos que reconocer que los principales indicadores que la expresan, hoy están afectados en su totalidad. Tenemos desempleo, problemas graves son el aseguramiento de la salud, de la vivienda, problemas y muchas otras limitaciones materiales", aseguró Damián Moreno Bermúdez, sociólogo jubilado.

Aunque los ancianos y personas de la tercera edad, son los más afectados en este aspecto, los jóvenes son otro grupo donde la calidad de vida ha descendido dramáticamente. Sin proyecto de vida realistas, ni oportunidades de una vivienda digna o empleo suficiente, viven a la expectativa y carentes de opciones.

Vivimos en un país donde cada día todo es peor, no hay esperanzas, ni oportunidades. Todo es escasez y carencias, sencillamente hay que salir huyendo de este infierno, comentó Ibrahim Corrales Chinea, joven residente en el reparto Colón

Como máximo responsable de esta compleja situación, la población identifica al régimen cubano y más de cerca a las autoridades gubernamentales de la provincia, para quienes garantizar una vida digna a sus ciudadanos, no parece ser su prioridad.

Publicado originalmente en la edición 200 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano.