Artemisa, Cuba, (ICLEP). El balance preliminar del desastre provocado por el huracán en el estadio de béisbol 26 de Julio, que tres días después todavía se cuantifican, abarca la caída de tres torres de iluminación de cinco; además de la desaparición de la cubierta en dos de las tres gradas.

La ruina, que ha destapado las alarmas en toda la comunidad de aficionados de este deporte en la provincia, donde dicho pasatiempo constituye una de las pocas válvulas de escape que le queda al cubano de a pie en medio de la miseria reinante, según dijeron algunos a este medio, sacará del circuito de presentaciones a dicha arena deportiva.

En tanto, una de las torres pudo haber provocado víctimas fatales cuando cayó en medio de la calle en momentos que transitaban dos autos por el lugar; pero, para fortuna, una racha potente de viento la desplazó de último minuto. El 26 de Julio había concluido una reparación recientemente, lo que lo mantuvo alejado un tiempo prolongado de las presentaciones de la programación competitiva nacional, luego de que un ciclón anterior se cargó en aquella ocasión con dos de sus torres.

“Ninguna de las tres torres que se cayeron esta vez tiene que ver con aquellas dos cuando el otro ciclón. Esas quedaron bien fuertes. Estas tres de ahora tienen que ver con la falta de mantenimiento, que hacen cosas y se olvidan. Este año tampoco hay pelota en Artemisa.

Televisor que tú conoces, si es que no hay apagón”, explicó a El Majadero el aficionado Rogelio Morales Ecué, vecino de la instalación en la calle República. Por su parte Raícelo Miranda, activista deportivo, dijo a los reporteros: “Desde el inicio de la última reparación se manejó pasarles la mano a las tres torres que no se habían caído cuando entonces, pero al final no se hizo. No Estadio 26 de Julio. Foto: ICLEP alcanzó el presupuesto”.

Publicado originalmente en la edición 228 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa