Artemisa, Cuba, (ICLEP). El robo y sacrificio de ganado mayor en el territorio, como consecuencia de la hambruna, amenaza con la extinción paulatina de los caballos. En la actualidad, los equinos han desplazado a las vacas de la primera fila del foco de los matarifes.

A esta epidemia de robos y posterior hallazgo de osamenta abandonada en matorrales, no escapa comunidad alguna. Tal es el caso del poblado La Pluma, donde las desapariciones de caballos tienen lugar a plena luz del día. Los jinetes temerarios se montan en el animal y ambos desaparecen, incluso, del mismo portal de las casas. Este sábado, por ejemplo, alrededor del mediodía dos yeguas fueron robadas del patio delantero de una vivienda, con sus moradores dentro.

“Lo que sucede es que es más fácil robarse un caballo que una vaca. Los ladrones se montan en el caballo y salen andando, con una vaca no pueden hacer eso. A las vacas y bueyes hay que arrastrarlos a los matorrales por una soga”, dijo a este medio el campesino Yoel Espinosa Núñez, residente en La Pluma.

Asimismo, Maribel García Carrillo, empleada en el comedor de una cooperativa agraria, contó a El Majadero que en la entidad donde labora ni con guardias armados de escopetas han dejado de robarse las vacas.

“Cuando los guardias están para un lugar se la roban de otro lado. Las cercas las han destrozado. Ya las autoridades no pueden con ese asunto, es mucho el hambre que hay”, añadió finalmente García Carrillo.

Publicado originalmente en la edición 211 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa