La Habana, Cuba - Ana María García, madre de la prisionera política transgénero Brenda Díaz García, recibió una llamada de su hija desde la prisión Cuba-Panamá para enfermos de VIH, en la provincia de Mayabeque, tras permanecer dos meses incomunicada.

"Hice una directa denunciando a la prisión, que hacía dos meses que los teléfonos estaban rotos, supuestamente, por un rayo. Yo hice la directa y al otro día a las 8:00 de la mañana Brenda me estaba llamando", manifestó García en conversación con Martí Noticia.

Según contó la madre, la próxima llamada sería el miércoles, debido a que las autoridades del penal solo tienen habilitado un solo teléfono para la comunicación con familiares y amigos de los reclusos.

"Dije que iba a seguir denunciando que no entendía que en dos meses un teléfono no se podía arreglar, que [los prisioneros] eran personas que tienen VIH y necesitan estar comunicadas con sus familias, no solo Brenda, sino el penal completo", expresó.

Brenda, de 29 años, fue acusada por los presuntos cargos de desórdenes públicos y sabotaje, y sentenciada a 14 años de cárcel por su participación en las protestas antigubernamentales del 11 de julio de 2021, en el municipio de Güira de Melena.

La prisionera acusada de lanzar piedras contra una tienda y sustraer artículos de esta, fue juzgada con su nombre legal, Freddy Luis, por un tribunal en Mayabeque.

Actualmente, más de un centenar de mujeres se encuentran cumpliendo sanciones de privación de libertad por motivos políticos en centros penitenciarios de la isla, según cifras de la organización no gubernamental Prisoners Defender