Artemisa, Cuba - Los altos precios que hoy tienen las confituras y dulces para niños es fuente de conflictos en el seno de la población artemiseña, debido a las diferencias sociales que genera.

Según los criterios recogidos en barrios de la ciudad, donde se concentra la población menos favorecida, no se trata solo de los altos precios, sino que no dejan de aumentar día a día.

“Estoy harta de tener que decirles a mis hijos que yo no les puedo comprar un caramelo porque son muy caros, que con el dolor de mi alma tienen que conformarse con ver a otros niños en la calle degustar de las confituras”, denunció la ingeniera de profesión Lourdes Arguelles Jiménez.

Un simple paquete de galletas tiene un precio de 300 pesos, el pomo de papas fritas 700 pesos, un refresco enlatado 170 pesos, una chupeta pinta lenguas 80 pesos, etc.

La madre artemiseña residente en la calle 56 entre Colón y República, Yurima Puente Méndez, manifestó a El Majadero de Artemisa su pesar y agregó que “duele ver a tu hijo de tres años deseoso de un dulce y otro niño con la confitura pasar por su lado”.

Por su parte Ramón Alfaro Muñoz, vendedor de dulces y confituras, explicó a este medio que se vio obligado “a subir los precios de las confituras debido a que él no tiene divisas para comprar en las tiendas MLC y debe acudir a los particulares, que a su vez alzan los precios”.

Mientras los niños cubanos de padres que viven solo del salario sufren como consecuencia de los precios de las confituras, el régimen no tiene solución para atenuar las crecientes diferencias sociales.

Publicado originalmente en la edición 174 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa.