Artemisa, Cuba, (ICLEP). Las gigantescas aglomeraciones desde la noche anterior a cada jornada, protagonizadas por trabajadores que han abandonado sus puestos de trabajo para intentar cobrar sus salarios, marcan el día a día de las sucursales bancarias del territorio.

La causa de este desastre radica en la aplicación del régimen de la llamada bancarización, sin haber creado las condiciones mínimas previas antes de su implementación. Una de las consecuencias directas del nerviosismo de los empleados, incentivado por la urgencia de efectivo para cubrir necesidades básicas en medio de una inflación galopante, consiste en el descuido de los centros laborales de donde proceden estos trabajadores.

Las oficinas y hasta las instituciones sanitarias se quedan semi abandonados durante la mayor parte del día. A lo anterior hay que agregar como agravantes al calvario frente a los bancos los cortes eléctricos, las caídas regulares de la conexión y las habituales riñas que generan las colas.

Yusimí Rivero Castillo, trabajadora de la Salud que reside en la calle Céspedes, dijo a Majadero de Artemisa que son tan grandes las colas frente a los bancos que parece que hay carnavales, pero se trata “del desespero de la gente por cobrar los cuatro quilos del salario”, según agregó, en un país donde todo aumenta de precio de la noche a la mañana. “Las personas tienen que comer. Claro que tienen que darse esas colas, y se pondrán peores.

El comunismo cubano es el más malévolo de todos. Hacen lo que les da la gana y no puedes protestar porque te acusan de un delito común y después te meten preso”, declaró a este medio Joaquín Espinosa Padilla, vecino de la calle 48.

El gerente del Banco Popular de Ahorro (BPA), conocido como Miguelino, declinó responder cualquier pregunta a los reporteros de Majadero, amenazando con solicitar la presencia de la policía de no retirarse del sitio los comunicadores.

Publicado originalmente en la edición 201 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa