Universidad de La Habana. Foto tomada del perfil institucional en Facebook.
Por ICLEP
Jun 9, 2025 | 9:00 AM
La reciente subida de precios anunciada por la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A (ETECSA) para sus servicios de datos móviles ha provocado una ola de inconformidad en el sector universitario cubano. Estudiantes de distintas facultades han alzado su voz en rechazo a lo que consideran un ataque directo a su derecho a la información y la comunicación. La medida, divulgada el 30 de mayo, es una clara censura económica y supone una drástica reducción en la capacidad de conexión con el mundo exterior, en un país donde el acceso a internet ya es limitado y costoso. En respuesta, los jóvenes organizaron paros docentes en varias universidades como forma de protesta pacífica.
Sin embargo, la reacción del régimen cubano no se hizo esperar. En un intento de frenar la movilización estudiantil, las autoridades desplegaron una ofensiva represiva encabezada por directivos universitarios, miembros del Partido Comunista de Cuba (PCC), profesores afines al sistema y agentes de la Seguridad del Estado. Estos actores presionaron a los estudiantes con amenazas, interrogatorios, detenciones y advertencias veladas, dejando claro que cualquier acto de resistencia será castigado. La escalada de represión muestra el temor del régimen a que la inconformidad universitaria se extienda y derive en protestas de mayor alcance.
A través de las redes sociales y medios de comunicación oficialistas se han empeñado en presentar los reclamos estudiantes como falsos, argumentando que los comunicados que han salidos a la luz no son reales y han sido orquestados e instrumentados por la oposición y la disidencia cubana y manipulados por la prensa independiente.
Sin embargo, los testimonios de universitarios y videos filtrados de los intercambios que han sostenido con autoridades en distintas universidades del país desmienten por completo esta estrategia burda de la dictadura y confirman que se trata de una protesta legítima de los universitarios cubanos, que en muchos casos han dejado a un lado la dirección de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) que, apegada a la cúpula política, no ha sabido representar al estudiantado.
En el presente texto, el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) recoge una serie de denuncias compartidas en redes sociales y medios de prensa que documentan la represión de la que han sido víctimas estudiantes universitarios en el contexto del tarifazo de ETECSA:
La Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA), del Instituto Superior de Arte (ISA) en La Habana publicó un comunicado el 31 de mayo oponiéndose a las nuevas tarifas de ETECSA. Según el testimonio de un estudiante a Martí Noticias, ese mismo día a altas horas de la noche fueron convocados a una reunión.
“Parece que el decano y el rector recibieron la noticia de que habíamos sido la primera facultad del ISA en pronunciarse en contra de lo de ETECSA. Ya otras universidades lo venían haciendo. Esto llevó a que a los estudiantes becados, a las 10 de la noche, se les sacara de sus cuartos y se les llevara a rectoría del ISA. Se hizo una reunión con ellos donde explicaron que estaban muy decepcionados de que hubiéramos sacado ese comunicado, que a dónde queríamos llegar, que nos iban a demandar por usar de manera ilegal el logo de nuestra Universidad en un comunicado que ellos no habían aprobado, ni emitido”, dijo el joven.
Las autoridades universitarias presionaron a los estudiantes para que abandonaran sus críticas: “Intentaron minimizar la situación, tipo decirnos que lo estamos haciendo… porque otras universidades lo estaban haciendo, y que cuando no había Internet también se hacía cine”. Al frente de las aulas pusieron a representantes de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) para replicar el discurso oficial y neutralizar el descontento de los demás estudiantes.
Cuando los estudiantes de la FAMCA publicaron un segundo comunicado el 1 de junio, el decano y el rector citaron a todos los estudiantes para una reunión al día siguiente: “Eso fue un domingo y el rector se pasó una hora y media hablando, como en una especie de charla emocional, para hacernos entender de que no íbamos a tener Internet, o sea, de que hay que conectarse a Cubadebate porque nos van a dar datos nacionales. Durante esa hora y media, ningún estudiante pudo hablar”.
Una estudiante de la Universidad de La Habana confirmó el 3 de junio que las informaciones que ya circulaban en redes sobre un paro estudiantil eran totalmente ciertas pero que estaban bajo amenazas de la policía política: “Su publicación es cierta pero la seguridad del estado obligó a borrar lo que habíamos grabado. Nosotros informamos que estaremos en huelga hasta que ETECSA cambie las tarifas, pero nos amenazaron y se llevaron de mi facultad a 3 estudiantes detenidos. No podemos hacer mucho”.
El 4 de junio la investigadora Miryorly Garcia compartió la captura de un grupo de WhatsApp donde una profesora amenazaba a estudiantes de primer año en la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villas con que independientemente de sus “convicciones” debían presentarse al otro día en un examen y de no hacerlo estarían desaprobados.
El periodista Yosmany Mayeta Labrada denunció en su perfil en Facebook el 4 de junio que una estudiante de la Facultad de Medicina #1 de Santiago de Cuba que se identificó como Roxana, envió un mensaje por un canal de WhatsApp en el que estaban profesores y estudiantes con planteamientos en contra del tarifazo de ETECSA y aludiendo que los universitarios santiagueros se habían quedado atrás con respecto a las protestas de otras universidades del país.
Automáticamente la joven “fue citada junto a otros estudiantes que comentaron la publicación, para que se reuniera en el decanato con varios miembros directivos de la Facultad de Ciencias Médicas, y la Policía, con un Teniente-Coronel del MININT”, una fuente de dicha institución a Mayeta.
“La Reunión estuvo llena de amenazas y chantajes hacia los estudiantes. Que podían correr el riesgo de perder la carrera y enfrentar problemas legales. La obligaron a entregar su teléfono para así tomar fotos y capturas de todos y cada uno de los que se pronunciaron a favor. La estudiante, estaba temblando de miedo ante las amenazas de los directivos y la policía, así como los demás estudiantes también citados”, dijo la fuente.
En su perfil en Facebook, la activista Yamilka Lafita visibilizó el 5 de junio el caso de la estudiante Yeema Martínez Yee de cuarto año de Periodismo en la Facultad de Comunicación y Letras de la Universidad de Holguín (UHo), quien en una de sus historias confirmó que había sido citada por su decana a una reunión el día siguiente “por armar campaña en la facultad” contra el tarifazo de ETECSA.
Estudiantes de la Universidad de Oriente se pronunciaron el 5 de junio contra un comunicado publicado en los canales oficiales de la Federación Estudiantil Universitaria (FEU) de esa universidad que fue concebido y publicado sin previa consulta con el estudiantado, demostrando la desconexión entre los dirigentes y las inquietudes de los jóvenes a quienes deben representar.
Los estudiantes denunciaron que “resulta especialmente alarmante que, tras la publicación del comunicado en la página oficial de Facebook de la Universidad de Oriente, se haya procedido a eliminar comentarios de estudiantes que, de manera respetuosa pero crítica, expresaban su desacuerdo. Esta práctica de censura digital es incompatible con los valores universitarios de pluralidad, diálogo y pensamiento libre”.
El 6 de junio estudiantes y egresados del Instituto Superior de Diseño (ISDi) hicieron una carta abierta en la que denuncian “la actitud autoritaria, egocéntrica y despectiva del Decano del Instituto Superior de Diseño, quien ha demostrado no solo una alarmante falta de empatía con la comunidad estudiantil, sino también una desconexión evidente con la realidad tecnológica, económica y social que vivimos los estudiantes cubanos”.
Jorge Peña, nombre del decano, llegó a decir “no se necesita internet para diseñar, negando así la esencia misma del diseño contemporáneo, que se nutre del acceso a referencias globales, plataformas colaborativas, bibliotecas virtuales, actualizaciones de software y comunicación constante. Tal afirmación no solo ignora el presente del diseño como disciplina, sino que atenta contra el futuro del ISDi como institución académica”.
Los estudiantes exigieron la renuncia de Sergio Peña, argumentando que lo más grave en su comportamiento fue “la amenaza directa de expulsar a un estudiante por el solo hecho de no alinearse con su discurso, una acción que roza la violencia institucional, la censura ideológica y la represión del pensamiento crítico. Esto, en pleno siglo XXI, en una universidad que debería cultivar la pluralidad de ideas, la ética profesional y el pensamiento transformador. La universidad no es propiedad de ninguna autoridad. Y mucho menos de alguien que, en su rol de servidor público, antepone sus negocios personales y conveniencia política por encima del bienestar de los estudiantes que dice representar”.
El 7 de junio estudiantes de la CUJAE denunciaron que la Seguridad del Estado estaba citando a varios estudiantes por un cartel que habían puesto el día anterior y que decía "La mentira no nos calla y la injusticia más nos une". De acuerdo con los mensajes que compartió un exalumno que obtuvo la información de antiguos compañeros, “a dos muchachos de la FEU los sacaron de una reunión y los metieron en un cuarto y los amenazaron que si seguían grabando y subiendo escritos les iba a quitar la carrera, les pidió sus móviles y que borraran todo lo que tenía que ver con las protestas”.
El grupo de Telegram que tenían los estudiantes también fue eliminado: “La Seguridad del Estado estuvo en la escuela e interrogaron a varias personas muchos de la beca no sé qué presión hayan podido hacerlos o amenazas pero hoy el grupo de ‘CUJAE habla’ fue eliminado. Quizás dieron con el que lo administraba”.
El periodista Mario J. Pentón denunció el 8 de junio denunció la represión contra los estudiantes en la Universidad Central “Marta Abreu” de Las Villa y replicó el testimonio de uno de los alumnos: “En mi facultad de Ciencias Económicas, la Seguridad del Estado ya empezó a actuar. Visitaron a tres estudiantes en sus casas, los amenazaron con expulsarlos de la universidad e incluso con prisión. Uno de ellos era el administrador del canal de WhatsApp ‘La voz de todos’, que buscaba unir a los universitarios y ya tenía más de 500 seguidores en pocas horas. Se estaba organizando una parada universitaria para el lunes, pero lo obligaron a cerrar el canal”.
El estudiante confirmó al reportero que “los jóvenes fueron amenazados delante de sus familias y obligados a escribir mensajes en el grupo de WhatsApp de la facultad ‘arrepintiéndose’ y expresando apoyo a la FEU. Todo, claramente bajo coacción”.
Lo que comenzó como un reclamo legítimo ante el encarecimiento del servicio de internet, se ha convertido en un nuevo episodio de tensión entre el gobierno cubano y la juventud más crítica. Las autoridades en lugar de dialogar y buscar soluciones acertadas han optado por la represión. La comunidad universitaria, históricamente clave en los movimientos sociales del país, vuelve a ser blanco de la censura y el control, en un contexto marcado por el descontento creciente y la vigilancia constante.
NOTA DE LA REDACCIÓN: El presente texto está en cambio constante y se irá actualizando con las nuevas denuncias de la represion contra el estudiantado universitario.