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“Fulano nos traicionó”, el último chiste callejero en Cuba

Foto de Ricardo IV Tamayo en Unsplash

Por la periodista ciudadana Aniuska Paredes López

Jan 16, 2024 | 2:00 PM


¿Cuánta certeza hay sobre la mesa de que los cubanos se toman en serio las históricas etiquetas que ha usado y usa el régimen para denigrar a quienes rompan filas? La vía pública tiene la última palabra. Las esquinas y las colas hablan. No existe ninguna certeza. A los cubanos de hoy le entran por un oído y le salen por el otro las palabras gusano, merolico, traidor, etc. Muestra de ello, el último chiste callejero en Cuba: “Fulano nos traicionó hace dos días, está en Miami. Yo pienso traicionar la próxima semana”.

Lo que tiempos atrás pudo haber sido motivo de estigma social, de ser catalogado contrarrevolucionario, hoy se asume como lo más natural del mundo. Las personas hablan abiertamente dondequiera sobre las intenciones de abandonar el paraíso comunista. Ya pocos están dispuestos a someterse al experimento de hombre nuevo. No valen los abanderamientos a deportistas con palabras altisonante, donde en ocasiones está presente el Presidente de la República, al final mucho de los atletas escapan; y a ninguno lo conmueve la palabra traidor.

Tiempos atrás, el apelativo merolico era sinónimo de delincuente, de personas de escasos valores. La razón, el dinero y el comunismo eran incompatibles, al menos teóricamente. Hoy, ser merolico es un orgullo y un proyecto de vida a seguir. Incluso, ahora el régimen cataloga el meroliqueo como “iniciativa privada”, pero sigue siendo el mismo merol