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Por el periodista ciudadano Lidier Pérez
Aug 6, 2023 | 10:30 AM
La inflación se ha convertido en centro de los problemas del cubano común y en el punto más crítico que identifican las autoridades en sus políticas económicas. Lo evidencian el ascenso prolongado de precios en mercados mal abastecidos, mientras los salarios permanecen estáticos, y la lentitud del gobierno para implementar estrategias que ha enunciado públicamente.
En un intento desesperado por frenar este fenómeno económico, el régimen cubano ha diseñado varias estrategias económicas, sin resultado alguno, entre ellos el control de los precios y salarios, en una errada política de reordenamiento salarial y fiscalización de precios.
No hay que ser un dotado economista para entender que los controles de precios y salarios resultan ineficaces como curas para la inflación existente por estos días en Cuba. En algunas oportunidades aliviaron momentáneamente los síntomas de la inflación, en otras redujeron las expectativas de inflación, sin embargo, en todos los casos, dichos controles duran poco tiempo y nunca fueron totalmente efectivos en lo que se refiere a los fines previstos.
Estos controles o reordenamiento monetario de salarios y precios, lejos de disminuir el proceso inflacionario han provocado un efecto pernicioso en la economía, de modo tal que empeoran la situación inflacionaria. Los actuales índices de inflación que existen en Cuba, según fuentes oficialistas (dato conservador) alcanza el 45 %.
Si bien es cierto que los procesos inflacionarios son los de mayor complejidad que puede enfrentar una economía y no existen soluciones sencillas y rápidas para en