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No se puede controlar las necesidades con acciones policiales

Foto de Ricardo IV Tamayo de Unsplash

Por la periodista ciudadana Laritza Contreras

May 21, 2023 | 9:20 AM


Por estos días fuerzas policiales montaron un operativo policial en varias zonas de la capital espirituana, para controlar y eliminar a los coleros, revendedores y acaparadores de productos alimenticios y medicamentos.

Procedimiento para nada nuevo. Esta es ya una estrategia instrumentada en otros momentos para intentar enfrentar algún tipo de crisis surgidas en el seno de la sociedad cubana y propias de su estructura interna.

Esta decisión de las autoridades del régimen en la provincia, con el apoyo policial, merece un análisis y reflexión más profundo. Sin temor a equivocaciones podemos decir, con total seguridad, que una vez más están enfrentando los efectos en vez de las causas .

Cualquier, espirituano o cubano sabe que hay tantos coleros y revendedores que se aprovechan de las necesidades ajenas, porque quien debe de garantizar al pueblo los recursos no lo hace. La causa de tantas colas, y de revendedores se generan en un país donde la falta de recursos y alimentos están en crecimiento.

Las personas hacen colas o compran a sobreprecio por la incapacidad del estado de abastecerles con los productos y mercancías que necesitan para vivir dignamente.

Habrá coleros y revendedores hasta que el régimen no cumpla las obligaciones con la ciudadanía.

La necesidad es la madre de casi todos los males en cualquier sociedad, y coleros y revendedores son su producto más acabado, en el caso cubano. Lo que se debe combatir es la falta de recursos y productos de primera necesidad, que hoy no garantizan que lleguen a toda la población de manera equitativa.

Ahí está el problema en cuestión, no podemos seguir con la conocida historia de que la culpa es de la vaca, no aquí es responsabilidad directa del dueño de la vaca. No se puede ver solo las ramas del árbol. Hay que conocer sus raíces, y en función de ello actuar.

Es algo absurdo controlar el efecto en vez de aniquilar las causas del problema. Los revendedores y coleros son tan solo los efectos colaterales de un fenómeno bien conocido: la escasez y el desabastecimiento.

El régimen cubano continúa evadiendo con medidas torpes su responsabilidad con 11 millones de cubanos hambrientos y necesitados .

 

Publicado originalmente en la edición 156 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano

 

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