Foto de rivage en Unsplash
Por la periodista ciudadana Mirtha Noyola
Jun 20, 2024 | 10:00 AM
Sancti Spíritus, Cuba, (ICLEP). En Sancti Spíritus, la proliferación de huertos familiares se ha convertido en una respuesta a la escasez de alimentos y los elevados precios en los mercados agrícolas, tanto estatales como privados. Los patios, azoteas y áreas públicas abandonadas de la ciudad ahora albergan estos huertos, que son cada vez más comunes y representan una opción vital para muchas familias en la búsqueda de seguridad alimentaria y estabilidad económica.
Esta nueva modalidad, es el resultado del desabastecimiento oficial de alimentos, por parte de las autoridades locales del gobierno y la agricultura, quienes no han logrado cumplir el compromiso de garantizar la seguridad alimentaria de la población y de los abusivos precios impuesto a los escasos productos en venta, que hoy se han multiplicado en más de veinte veces y parecen no detenerse.
"Yo y mi familia hemos tenido que sembrar el patio de nuestra casa, porque a cómo van los precios de las viandas y alimentos, que se venden en los puntos de venta de la ciudad, no hay quien los pague y si lo siembras no te cuestan y te ayuda la economía familiar", aseguró Ricardo Perdomo Montes, residente en el reparto Kilo 12 .
"Si no siembras aunque sea una mata de plátano en el patio de tu casa,no vas a poder comerlos , pues ya una mano de esta fruta cuesta doscientos pesos en los puntos de venta, imposible para quienes ganamos apenas 2500 pesos de salario", comentó Orlando Montano Espinosa, residente en el barrio El Chambelón.
Evelin Fonseca Ramírez, delegada de la circunscripción 35 del reparto Kilo 12 explicó al medio que en su área hay más de veinte patios familiares convertidos en huertos, donde puede hallarse plátanos, yuca y tomates y algunos vecinos le han solicitado un terreno cercano al consultorio que permanece vacío, para sembrarlo.
El fracaso y estancamiento de la agricultura como consecuencia de la falta de recursos materiales e insumos no ha podido garantizar las 30 libras mensuales de viandas y hortalizas, prometidas por las autoridades locales del régimen.
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