Mary Karla Ares González
Por la periodista ciudadana Mary Karla Ares González
Oct 5, 2021 | 8:40 AM
La actual –y de moda– cruzada oficialista por los barrios de La Habana, muchos de ellos barrios marginales y desatendido por el régimen hasta la fecha 11/J, lejos del efecto triunfalista que se persigue nos ha mostrado que tenemos un país por hacer, desde los cimientos. Un país donde la miseria nos ha llevado a la última carta de la baraja: los malos sentimientos hacia nuestros semejantes; donde prevalece el sálvese quien pueda, todo por no permitir a los cubanos libertades económicas que hagan más digna la vida en la isla, bajo el supuesto de no ceder soberanía; lo que está llevando a un punto sin retorno, donde un día el régimen lo perderá todo.
Es tal la obstinación de los secuaces de la nomenclatura, el atrincheramiento ideológico de quienes a espaldas de la miseria de los cubanos cobijan ideales a golpes de prebendas, que han perdido el contacto con la realidad.
La grande de las preguntas sería: La Habana no, ¿cómo está el resto del país? ¿Qué se sabe sin escondrijos y falsedades de los barrios de Matanzas, Holguín y Tunas? ¿Ha llegado alguna información del sucedido triste y penoso en el hospital de Cárdenas durante la pandemia? ¿Qué come la gente después de los primeros días del mes cuando se agota la mísera canasta básica? ¿De dónde saca capital el padre de familia para dar de comer a los hijos si no es robando todo lo que pueda de su centro de trabajo? Lo triste