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La Revolución SÍ desampara a sus hijos (II): "Olvidados"

Manolito, desamparado por las autoridades de Camagüey, Cuba. (Tanteando Cuba).jpg

Por Tanteando Cuba

Jan 22, 2023 | 11:00 AM


Por nuestras ciudades, calles y parques deambulan muchas personas de un lugar a otro sin un rumbo exacto, no tienen un hogar para vivir, padecen de adiciones, duermen a la intemperie, en los portales de las casas o han sido abandonadas por sus familias quedando desamparados.

Según el Censo de Población y Viviendas de 2012, al menos 1,108 personas con esta situación, sobreviven en Cuba. Se subdividen, en 958 hombres y 150 mujeres. Unos 641 están en el grupo etario de 16 a 59 años y otros 467, tienen 60 años o más. Estas cifras, tal vez inexacta, demuestran una verdad muy latente en las avenidas cubanas.

La madrugada del 16 de enero de 2023 en Cuba fue de las más frías, con reportes por debajo de los 10 grados Celsius (°C), incluso récords en algunas regiones del país, como es el caso de la provincia de Guantánamo que la temperatura bajó a 9.9 °C.

Ante esta situación ¿qué medidas han tomado el Gobierno y el Partido para protegerlas de estos días invernales? Tanteando Cuba salió a buscar respuestas en los protagonistas de este comentario.

Miguel, como se le conoce en la zona por donde está, cerca de la tienda “El Encanto” de la ciudad de Camagüey. Tiene 44 años, lleva un tabaco apagado en la boca y dos pomos pequeños de crema en una mano, “por si alguien quiere comprármelo”, me dice.

Cuenta que hace años anda de portal en portal. Su hermano lo botó de la casa y cada vez que va por allá, este le da golpes para que se vaya. Una señora mayor que vende cigarros y tabaco frente a la acera que siempre está sentando, le da cuando puede un poco de café o un plato de comida.

“Es una buena persona, no se mete con nadie y yo trato de darle algo a pesar que la cosa está apretada”, cuenta la señora, quien quiso mantener su anonimato.

 

Miguel

 

En Cuba existe un Programa de Prevención, Asistencia y Trabajo Social, que tiene especial énfasis en el funcionamiento de los Centros de Protección Social para la Atención a las Personas con Conducta Deambulante, según publicó el medio de prensa Cubadebate.  

Estos centros tienen un carácter temporal. En ellos se tiene que hacer una caracterización social de las personas, asegurarles protección, asistencia médica y rehabilitación, e incluso aseo y ropa. Entre sus misiones, está garantizar la reinserción al medio social y familiar.

La ministra de Trabajo y Seguridad Social, Martha Elena Feitó Cabrera detalló que esas instituciones no se pueden convertir en albergues. Cada caso tiene que llevar una solución, que puede ser el traslado a un hogar de ancianos, a un hospital siquiátrico o al seno de la familia obligada a la protección.

En cada provincia debe haber un Grupo Provincial de Prevención, que es el que coordina todo lo referente a la atención de estas personas, pero sin dudas, en la práctica no funcionan

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Manolito y su hermano Ricardo llevan más de 4 años en la calle. Dos años viviendo en un portal ubicado en la Avenida de la Caridad, cerca del Palacio de los Matrimonios de la ciudad de Camagüey.

«Nuestro armario, son esas tres cajas que ves ahí, de las cuales nos han robado pitusas y otras cositas más», dice Manolito

Para poder alimentarse, lo mismo que recogen materia prima o las personas los buscan para que cuiden colas durante las noches. También, de la panadería que les queda en frente, reciben algunas bolitas de pan para ir tirando.

«Si almorzamos no comemos, si comemos no almorzamos, porque todo está bien caro, y acá luchamos lo que se pueda»

«En este mismo piso que estamos sentados ahora, hemos pasado cumpleaños, fin de años, frío, mucho frío, con lágrimas en los ojos junto a las perritas que jamás dejamos abandonas», expresa Manolito con una voz llorosa.

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Manolito

 

Por otra parte, es difícil encontrar normas jurídicas que protejan a los vagabundos.

El artículo 71 de la Constitución de la República de Cuba, dice que “se reconoce a todas las personas el derecho a una vivienda adecuada y a un hábitat seguro y saludable”.

También, el artículo 88 dicta que “el Estado, la sociedad y las familias, en lo que a cada uno corresponde, tienen la obligación de proteger, asistir y facilitar las condiciones para satisfacer las necesidades y elevar la calidad de vida de las personas adultas mayores”. Y el artículo 89, refiere que “el Estado, la sociedad y las familias tienen la obligación de proteger, promover y asegurar el pleno ejercicio de los derechos de las personas en situación de discapacidad”.

A pesar de esto, cada día es más común ver recorriendo nuestras calles a muchos Manolito, Miguel y Ricardo a la vista de todos y de los principales encargados de prestarle ayuda a estas personas que, sin importar el motivo que los haya inducido a estar así, tienen la responsabilidad estatal y no lo hacen.

Urge diseñar políticas más eficientes y crear otras formas de inclusión en las que el respeto a los derechos de estas personas en condiciones de vida muy extrema se inserte en una nueva cultura, para de esta forma contribuir a su bienestar social y no queden Olvidados.  

 

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