Pedro Corzo
Feb 22, 2021 | 10:03 AM
Por Pedro Corzo
Hay que reconocer que los que orquestan campañas a favor de la dictadura castrista son hábiles publicistas. Presentan los hechos y lo ensamblan en un marco de medias verdades, grandes mentiras y tergiversaciones absurdas, en la que siempre su cliente es la victima acosada por un cruel agresor.
El objetivo de estas personas o entidades, que no son precisamente los que suscriben las proclamas sino quienes la gestan y orquestan, no es erigirse en defensores de la dictadura ni de sus caudillos, sino en procurar demostrar que las medidas punitivas que rechazan en sus campañas solo afectan al ciudadano y no al régimen y que responden a sentimientos de odio y frustraciones, nunca a la búsqueda de la justicia.
Estos sujetos son diestros en presentar sus operaciones como un ejercicio de justicia y humanismo, nunca son actos de solidaridad política o ideológica, de esa manera logran que se sumen a la campaña personalidades internacionales que no tienen compromisos y que se caracterizan por sus gestos humanistas y solidarios, lo que le aporta a su gestión una mayor importancia, a la vez que facilita la manipulación constante a la que el régimen somete al desinformado ciudadano promedio de la isla.
Es una estrategia muy útil porque aquellas personas que disienten de ciertas estrategias y propuestas, pero que se oponen al régimen tajantemente, pueden suscribir la querella como una expresión de imparcialidad, un gesto que a su juicio demostraría a los firmantes comprometidos con el régimen su sentido de justicia, una ilusión, una buena intención, que ayuda a asfaltar el camino del infierno, ya que después de más de 62 años de fracasos acumulados, empedrarlo no es suficiente.
En estos momentos hay al menos dos operaciones orientadas al gobierno de Estados Unidos y a un sector de su clase política y empresarial que tienen el objetivo de lograr que Cuba sea excluida de la Lista de Naciones Terrorista que elabora Washington y otra que promueve que las sanciones impuestas bajo la administración del presidente Donald Trump sean derogadas en su totalidad.
Es interesante destacar que las instituciones y personas que se involucran directa o indirectamente en estas campañas, salvo muy contadas excepciones, no tienden a rec