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Por el periodista ciudadano Tom Toledo
May 6, 2023 | 12:00 PM
Muchas son las causas por las que la agricultura cubana no satisface las demandas alimenticias de nuestro pueblo, bajos rendimientos, pérdidas de las cosechas por plagas o fenómenos atmosféricos extremos y mal manejo de los mecanismos de distribución encargados de hacer llegar a nuestras mesas los alimentos, son las más señaladas por los especialistas vinculados al sector agropecuario.
La organizaciones Mundubat y Veterinarios sin frontera, miembros de un proyecto de colaboración ejecutado en la isla hace más de 10 años, publicaron un estudio que dio a conocer datos muy aclaratorios sobre la realidad que vive la agricultura cubana y fundamentalmente el sector cooperativo.
El análisis realizado por estas organizaciones no gubernamentales, indicó que las pérdidas durante las cosechas y la recogida representan aproximadamente el 30% de la producción total, mientras que en las fases de distribución alcanzan un 27%.
Sin embargo, el documento reconoce como positivo, que las cooperativas agropecuarias agrupen el 80 % de las tierras y producen cerca del 90% de los alimentos del país, aunque resaltó que esta cifra solo garantiza el 20% de las necesidades alimentarias de la población.
Alexei Pérez, ingeniero agrónomo que laboró por más de 30 años en la Delegación de la Agricultura en la provincia de Villa Clara, concuerda con el estudio realizado por estas organizaciones. Pérez opina, que muchos de los problemas que presenta la producción de alimentos en Cuba en la actualidad, se deben a la debilidad y falta de organización de los mecanismos que dirigen al sector cooperativo, los cuales frenan su desarrollo.
"Las cooperativas cubanas carecen de autonomía para producir, muchas veces les dicen desde los gobiernos lo que tienen que sembrar, a cuanto y a quien pueden venderlo. Tampoco poseen mecanismos sobre la eficiencia y sostenibilidad de su producción, lo que las coloca en una posición muy difícil para lograr rentabilidad", explicó.
El ingeniero también refirió, que la falta de inversión en nuevas tecnologías para el adecuado manejo de los suelos y las dificultades para acceder a equipos modernos como los tractores multiusos y las maquinarias para el riego, influye en la degradación de las tierras y causan los bajos rendimientos.