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El magisterio en Cuba, una profesión que sobrevive al éxodo migratorio

Foto de Javier Roche, con licencia como Atribución-NoComercial

Por el periodista ciudadano Daniel Camejo López

Jan 15, 2024 | 2:35 PM


En los asuntos del cubano de a pie, por muchas vueltas que el Noticiero de la Televisión Cubana (NTV) les de, al final termina por imponerse el rumbo de la lógica humana. Es una dirección infalible, sin grietas. Sucede ahora mismo con el éxodo creciente de maestros en Cuba. ¿Por qué los maestros abandonan las aulas? ¿Estamos ante un desplome viral del amor a las tizas? No, mucha gente en la Isla ama su profesión y lamenta alejarse del salón de clases, pero la necesidad obliga.

Según la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI), el salario de un educador cubano oscila entre 3 800 y 4 500 pesos mensuales –ni 20 dólares al cambio actual–; monto que se reduce a un paquete de pollo de 10 libras, sin contemplar ningún otro gasto.

Los maestros deben permanecer ocho horas en clase, pensando entre números, palabras y conceptos, que ese día no tiene jabón para bañarse y sin saber qué van a comer o darles a los hijos cuando lleguen a casa.

Un jabón cuesta 250 pesos y un litro de aceite tres veces esa cifra. Es lógico que ante esta situación los conceptos a los estudiantes se joroben y los números se tuerzan dentro de la ecuación; de ahí que muchos educadores, por decoro, abandonen las aulas y se concentren en sobrevivir en cualquier otr