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Por el periodista ciudadano Daniel Camejo
Nov 7, 2023 | 2:00 PM
En la isla cubana se ha convertido en norma que cada vez que una carencia abruma al pueblo se suele decir, lo mismo por funcionarios de alto rango que en la Mesa Redonda, “por ahí viene el barco”.
Hay tanta diversidad de carencias en el país que la cola de barcos con destino a la mayor de las Antillas debe abarcar toda la anchura del Océano Atlántico. Simplemente, es una isla que vive de barco en barco porque en el territorio nacional apenas se produce algo; en un país que antes del año 1959 era suficiente y exportaba de todo. Sería difícil imaginar un escenario donde Cuba anduviera sin costas, que no estuviera rodeada de agua; pues pescado ya no hay.
¿Cómo sobreviviría? El flete de aviones es mucho más costoso. El pan, el alimento salva vidas, imprescindible a partir de mediado de mes, cuando se agotan las siete libras de arroz de la canasta básica, depende del navío de turno. Se han dado conatos de rebeldía popular por ausencia de pan. Esto es, que no sólo los terribles cortes eléctricos son los causantes de los toques de calderos en Cuba. El pan también tiene lo suyo.
En muchas ocasiones los camiones hacen cola en los puertos, con la mira puesta en el horizonte, a la espera de que asome el dichoso barco, para de ahí trasladar directo la harina de trigo hacia las panaderías; o en mejor de los casos hacia las industrias molineras.
Hoy, la dirigencia cubana tiene un método desastroso de enrumbar la econom&iac