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No más mentiras con el pueblo de la provincia

Foto de AXP Photography en Unsplash

Por el periodista ciudadano Adalberto Casanueva

Oct 9, 2023 | 10:00 AM


El tradicional modo de actuación de "barrer por donde mira la suegra" (entiéndase por esconder problemas), ha sido una práctica política, muy cotidiana, en el proceder de las autoridades políticas del régimen en la provincia.

Los cacareados objetivos económicos de la provincia se han quedado en papeles desactivados, por las tecnologías obsoletas y la burocracia oficial. Las faltas de insumos y de materias primas ha provocado muchas polémicas entre la población local.

La forma en que el gobierno local trata de causar una impresión favorable, es catalogada por muchos como una farsa política, que se burla del pueblo. Pero quizás las cuestiones que más han molestado a la población de la capital provincial, han sido las referente a la alimentación.

Durante varios días los mercados locales, centros de comercio y gastronomía no tienen ofertas, solo algunas MIPYMES y revendedores de diversos productos altamente cotizados, con precios altísimos, cuestión que ha provocado estados de opinión muy desfavorables dentro de la población, que no entiende como no existen alimentos ni ofertas, predominando las carencias y necesidades.

Centros como el Complejo Arrocero Sur del Jibaro, que fueron promocionados con bombos y platillos, hoy son un desastre económico. Muchas son las interrogantes y aunque parezca difícil la respuesta es bien sencilla: se trató de fabricar una imagen de la provincia, que en muchos aspectos no se corresponde con la realidad y lo más triste es que es la población quien ha sido burlada.

Seguir viviendo de apariencias o encubriendo las cosas mal hechas. Hasta cuándo será este juego que daña y afecta a todos, pero en especial al cubano de a pie. La preocupación por los desvíos de recursos, impagos, corrupción y problemas en los servicios que afectan a los locales, exigen ser tratados con seriedad y prisa.

Nada, que la vieja estrategia de esconder los problemas no siempre funciona para algunos, porque el pueblo siempre es el que paga, pero se da cuenta. El tiempo de mantener a los espirituanos, entretenidos con promesas ya pasó. Se quiere ver resultados rápidos y tangibles, así de sencillo.

Publicado originalmente en la edición 164 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano

 

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