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Se encoge como acordeón hospital artemiseño

Foto Samuel Ramos en Unsplash

Por el periodista ciudadano Daniel Camejo López

Feb 28, 2024 | 2:00 PM


De los asuntos que a diario llegan de Cuba, de esas informaciones que animan el contagio intelectual por indagar más sobre el tema, se nutre lo insólito de una isla en dictadura. En esta ocasión, un hospital que por días se pone más chiquito.

Se trata del Hospital Provincial Ciro Redondo. ¡Provincial!, nada menos que la principal institución sanitaria de toda una región; en este caso, Artemisa, donde se supone lo mejor entre lo peor en cuanto atención médica en este territorio.

El Ciro Redondo atraviesa por un proceso creciente de reducción de locales destinados a las prestaciones a la comunidad, como consecuencia de las filtraciones desde la cubierta. Pero, una de las señales significativas de este fenómeno decadente no radica en el tiempo en que poco a poco los artemiseños se vienen quedando sin hospital, sino la impunidad en que se da el suceso. Nadie, ningún dirigente, le pone el cascabel al gato a dicha situación: se destruye y ya.

La solución que ha encontrado el régimen se resume en aceptar el proceso de descomposición: cerrar los locales, que se acumulan en la medida de los meses. Hoy, en Artemisa, respecto a este tema, no se aprecian señales que indiquen tomar el toro por los cuernos y de una vez por todas ocuparse del asunto. De nuevo, las autoridades acuden a la manida justificación de la falta de recursos.

Mientras el régimen barre bajo las justificaciones su inoperancia clásica, los locales fuera de servicio por filtraciones continúan acosando a las prestaciones de dicha institución sanitaria. Incluso, se sabe de las consultas jimaguas o gemelas; donde en un mismo local se hace necesario brindar atención especializada de temas diferentes.

Esto es, dos especialistas con sus respectivos pacientes deben compartir el mismo local; uno en un costado y, el otro galeno, en el otro extremo.

Artemiseños, esto es más de los mismo de un mal gobierno que se mantiene por décadas sin encontrar el camino que enrumbe hacia la lógica la buena conducción de la Isla. Mostrar luces sobre este asunto sólo corresponde a las denuncias ciudadanas; pues mientras el Hospital Provincial Ciro Redondo como las ecuaciones matemáticas tiende a cero, los logros de la atención sanitaria en el noticiero de la televisión abruman.

Y como en Cuba desviar un grano de cemento de la construcción de hoteles constituye pecado capital o traición a la patria, llegará un momento en que de tantas filtraciones ya no podrá encogerse más el Ciro Redondo: desaparecerá.

 

Publicado originalmente en la edición 210 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa

 

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