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La última pachanga en la Isla: “Yo soy un ciudadano bloqueado”

Foto tomada de Canva

Por el periodista ciudadano Daniel Camejo

Mar 14, 2023 | 2:00 PM


Artemisa, Cuba. En Cuba, según las autoridades, todo lo que funciona mal es responsabilidad del bloqueo imperialista. Esta letanía se ha llevado a nivel de absurdo; y la gente está hastiada de siempre escuchar lo mismo, mientras empeora su existencia. El régimen no dispone de un plan B para refrescar la justificación estrella a la incapacidad de hacer que el país despegue.

El embargo no solo se ha colado en todos los rincones de la improductividad nacional, sino que esta excusa ha calado profundo, cotidianidad adentro. Un dolor abdominal puede ser contribución del bloqueo, por algún lugar del reconocimiento médico sale el término; y como casi nada funciona bien aquí, estamos escuchando la palabra las 24 horas del día. Partiendo de este hecho la situación ha dado un vuelco. Ahora, las personas no ignoran o se disgustan cuando algún dirigente se justifica con el bloqueo, por el contrario, la gente ha llevado el asunto a nivel de pachanga. “Yo soy un ciudadano bloqueado”, es la frase que hoy se escucha en las calles artemiseñas cuando alguien evade responsabilidades en su accionar personal.

Los cubanos de a pie le han tomado la palabra al régimen, hoy, todo el mundo está bloqueado. No se alude al país como un todo, sino a lo personal. Pedro llega tarde al centro de trabajo y se justifica ante su jefe con la frase: recuerde que yo soy un ciudadano bloqueado. Este giro al uso y sobreuso del término tiene dos lecturas inmediatas, que muestran. el momento en que se encuentra la realidad cotidiana en la Cuba profunda: la del barrio. Una de ellas pudiera ser: quién bloquea a quién. En este caso al pueblo cubano, si el país del norte o el propio régimen que tiende un manto de improductividad y decretos absurdos sobre la isla. La otra lectura del sobre uso de la palabra bloqueo por parte de las autoridades parte del hecho de la burla.

Desde el instante en que el término se ha convertido en broma, apunta a que la gente no cree en la justificación del régimen, usada para taponear el descalabro nacional. Por otro lado, el directivo que en una comparecencia pública no mencione en su alegato al bloqueo como causa de males, puede ser despedido por no estar acorde con la situación que vive el país. Los cubanos están cansados de esto. En otras palabras, la gente ha tirado el bloqueo a caca. Muestra de esta realidad, hoy presente, es la última pachanga en la isla: “Yo soy un ciudadano bloqueado”. Toques de conga (t