Publirreportaje pagado al medio de propaganda oficialista Cubadebate por la empresa de jabones M & Max y Yoandy Riverón González, represor de la seguridad del estado y propietario de M & Max (Facebook de José Raúl Gallego)
Por periodista José Raúl Gallego
Jun 20, 2024 | 1:32 PM
Desde hace años, el régimen cubano se ha preparado para mutar hacia un Estado corporativo donde la propiedad sobre los diferentes sectores del país ya no esté disfrazada bajo la forma de propiedad estatal, sino que, bajo la forma de propiedad privada, pertenezca directamente a la cúpula y a sus fieles.
Así tenemos a Sandro Castro dueño de bares, a Raúl Guillermo controlando negocios de importación de autos, gestión de artistas, sector turístico, Mariela Castro con empresas de cuidados de salud, restaurantes y hostales, la familia García Frías dueña de la venta de carbón, tiendas online, paladares, Juan Guillermo Almeida controlando a través de testaferros las cafeterías Rápido ubicadas en la carretera central desde el Km 259 hacia el oriente del país, y una lista mucho más extensa de represores, cuadros partidistas y enchufados a los cuales les entregan negocios más pequeños, territorializados, pero igual de jugosos en un país donde no existe libre competencia y cuentan con una serie de beneficios y licencias que no tienen otras personas.
Este esquema no solo está diseñado para generar ingresos, sino también para captarlos (vía cooperación internacional con la promesa de que traerá un cambio político a Cuba) y en menor grado también redistribuirlo hacia otras partes del aparato que sostiene el régimen, como son los medios de comunicación que, a partir de la nueva Ley de Comunicación Social, se les autoriza a realizar publicidad.
La foto que vemos abajo es un publirreportaje pagado al medio de propaganda oficialista Cubadebate por la empresa de jabones M & Max, creada bajo la forma de "Proyecto de Desarrollo Local" por el represor de la Seguridad del Estado Yoandy Riverón González, quien se dedicaba a amenazar, interrogar, torturar psicológicamente y expulsar a profesores y estudiantes en la Universidad de Las Villas bajo el seudónimo de "Cristian".
El represor Yoandy Riverón, comisor de violaciones de derechos humanos, ha ido expandiendo sus "negocios" desde revendedor de productos de primera necesidad hasta fabricante de jabones y hoy por hoy, desde su puesto de empresario comprometido con el régimen, es un actor político paralelo, el cual, según una persona del municipio, "tiene más poder que el secretario del Partido". En una misma persona se mezcla poder del aparato represivo, poder económico, poder político y posiblemente poder social por los capitales que tiene a su disposición en un país hambreado y desinformado. Y este es solo un personajillo de nivel territorial. Extrapolen esto mismo a una escala mucho mayor en volúmenes de capitales y a nivel nacional. ¿Les suena parecido a los oligarcas rusos? Pues ese es el monstruo que se está alimentando con la anuencia y cooperación de Estados Unidos y otros países democráticos, los cuales también van a ser víctimas (más aún) de la serpiente que está creciendo.
Estas empresas, son las mismas que el régimen vende al mundo como ejemplo de apertura, que funcionan como caballo de Troya para pedir la eliminación de sanciones que limitan la capacidad represiva de la dictadura, que incluso aplican a fondos internacionales que en vez de beneficiar al pueblo de Cuba terminan en los bolsillos de sus captores y aceitando el mecanismo represivo que impide que Cuba funcione como un país medianamente normal.
Es falsa la tesis alentada por la Seguridad del Estado de que una apertura económica controlada necesariamente va a llevar a la apertura política. Por el contrario, en momentos en que la población ha perdido el miedo a salir a las calles, darle oxígeno por vías alternativas a quienes detentan el poder político, es la peor de las estrategias para favorecer el cambio de régimen en Cuba.
Tomado del perfil de Facebook del periodista José Raúl Gallego