Cada día que pasa, como se dice popularmente, la soga aprieta más el cuello del pueblo cubano, que tira brazadas para sobrevivir. La actual crisis en Cuba podría considerarse un intento de exterminio masivo, ya que el régimen no es capaz de satisfacer ni siquiera las mínimas necesidades alimentarias del pueblo.
En lugar de cumplir con las demandas básicas, ha reducido lo poco que antes ofrecía a través de la libreta de abastecimiento, la cual, en los últimos meses, se ha convertido solo en un recuerdo de lo que una vez fue un sistema de raciones normadas.
Hoy, de manera irónica, venden un pequeño panecillo que antes pesaba 80 gramos y ahora se reduce a solo 60 gramos. No hay arroz ni productos de higiene, y el café se ha desvanecido por completo. Igualmente, es indignante que se distribuyan solo dos libras de azúcar al mes, entre los días 25 y 30, algo incomprensible para un país productor de azúcar.
Lo que el pueblo recibe llega a cuenta gotas, acompañado de justificaciones que evidencian la incapacidad del gobierno para garantizar la seguridad alimentaria, problema que persiste por más de seis décadas.
Ante esta cruda realidad, la población, cada vez más desesperada, se ve obligada a pagar precios abusivos en las Mipymes creadas por el régimen hace tres años. Un cartón de huevos cuesta entre 3,400 y 3,600 pesos, más que el salario de un trabajador, mientras que la carne de cerdo se vende a 650 pesos y un paquete de pollo de 2 kg alcanza los 1,650 pesos, cuando el salario promedio es de 2,800 pesos.
Para muchos, la opción es pagar estos precios o morir de hambre; para otros, especialmente los más ancianos, no queda más que la muerte silenciosa por inanición. Cuba atraviesa, en definitiva, la peor crisis desde la década de 1990, caracterizada por una inflación descontrolada, una caída en la producción agrícola y una población sumida en una profunda hambruna.
Publicado originalmente en la edición 193 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano
El destacado jurista y escritor cubano René Gómez Manzano, en su libro Constitucionalismo y cambio democrático en Cuba, señala con extraordinaria precisión: "Los marxistas, como sus primos los fascistas, despojaron a los individuos de sus derechos y los estabularon en un Estado que sería administrado por un partido supuestamente consagrado a defender los intereses y los ideales de los trabajadores, aunque en la práctica se dedicara a preservar los privilegios de la nomenclatura y a ejecutar las delirantes fantasías de sus líderes…".
La revolución de enero de 1959, que se proclamó comunista en abril de 1961 traicionando los ideales políticos de muchos de los que la llevaron al poder, abrazó con rapidez la ideología y postulados del marxismo poniendo en evidencia las palabras citadas por el jurista cubano. Con una propaganda engañosa, apelando a un nacionalismo extremo, al estilo de la propaganda fascista de Goebels, el régimen cubano logro atraer a multitudes de cubanos, que confundidos, engañados y manipulados le sirvieron de instrumento para consolidarse en el poder.
Bajo el liderazgo único de un partido comunista que se proclamó defensor de los humildes y amparados en discursos enardecidos por el triunfo y llenos de promesas y cambios, la dictadura, que había prometido libertad y derechos, pronto comenzó a mostrar su verdadera naturaleza política, privando a todo un pueblo de esa libertad y los derechos prometidos. Muy pronto, la política de despojos y violencias del modelo comunista comenzó a manifestarse.
Las persecuciones políticas contra opositores, los encarcelamientos, los fusilamientos, la constante violación de los derechos humanos, la represión política, la censura y un sistema legal que ampara la violencia bajo una constitución antidemocrática impuesta, son algunos de los frutos del modelo comunista en la isla.
Desde sus inicios y durante sesenta y cinco años el proceder no ha cambiado y su fracaso como modelo político se ha visto en países como Venezuela, donde se adoptó el modelo marxista cubano y hoy enfrenta una profunda crisis estructural y política, que ha provocado un poderoso movimiento social.
La ideología comunista en la isla ha sembrado miseria, violencia y atropellos durante sesenta y cinco años. El sistema político cubano ha mostrado su fracaso total y solo puede existir garantías para los cubanos bajo una transición hacia la verdadera democracia, que garantice como expresara nuestro Martí la dignidad plena de los cubanos. Si algún ejemplo en materia de política ha ofrecido al mundo el modelo marxista cubano, es que ha demostrado el fracaso y la verdadera esencia del comunismo, como sistema cuyo único fruto es el despojo.
Publicado originalmente en la edición 193 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano
Las violaciones a la libertad de expresión y de prensa en Cuba continuaron con cifras alarmantes durante el mes de noviembre, siendo los ciudadanos sin apego a ninguna organización contraria al régimen ni activismo político los más afectados por la represión de la dictadura. El Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) registró un total de 65 violaciones durante ese mes, de las cuales 53 corresponden a la libertad de expresión y 12 a la libertad de prensa.
El mayor número de agresiones se registró en detenciones arbitrarias (29), ataques, amenazas y/o agresiones psicológicas (16), uso abusivo del poder estatal (13), además de 4 restricciones en el espacio digital, 2 agresiones físicas y una reclusión. Nuevamente, la Seguridad del Estado y la Policía Nacional Revolucionaria fueron los principales órganos represores.
La crisis energética en el país y los constantes apagones han provocado protestas ciudadanas en varias localidades. La respuesta del régimen se ha basado en detener a los manifestantes, imponerles prisión preventiva e iniciar procesos penales en su contra, acusándolos de “atentado, desórdenes públicos y daños”.
Durante noviembre, 31 ciudadanos comunes fueron víctimas de agresiones, la gran mayoría de ellos por salir a las calles a protestar ante las deplorables condiciones de vida en la isla y por ejercer su legítimo derecho a expresarse. También entre las víctimas se contabilizaron 8 periodistas, 6 activistas, 8 presos políticos y un opositor; de estas, 36 son hombres y 18 mujeres.
Las provincias con mayor número de violaciones a la libertad de expresión y de prensa fueron Santiago de Cuba (15), La Habana (12) y Villa Clara (12), territorios donde ocurrieron la mayor cantidad de protestas por los apagones.
En noviembre se realizaron los juicios de dos presos políticos: Onailkel Infante Abreu, quien lleva más de un año en prisión por escribir frases antigubernamentales en una sábana y exhibirla desde la azotea de su vivienda, y Sulmira Martínez Pérez, detenida en enero de 2023 por publicar en Facebook mensajes que animaban a los cubanos a protestar contra la dictadura. Para Onailkel, la fiscalía solicitó una condena severa de entre 15 y 20 años, catalogándolo como un “peligro para la sociedad”. En el caso de Sulmira, se mantuvo la petición fiscal de 10 años de privación de libertad durante un juicio que se llevó a cabo bajo un fuerte despliegue policial y de la Seguridad del Estado.
La situación de los presos políticos en las cárceles cubanas también es alarmante, familiares denuncian constantemente que permanecen incomunicados, en celdas de castigo, recibiendo golpizas y amenazas por protestar ante las pésimas condiciones en las que se encuentran los reclusos. El preso político y líder de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), José Daniel Ferrer García, permaneció incomunicado durante varios días sin que su familia conociera su estado de salud tras recibir una golpiza en la prisión de Mar Verde, Santiago de Cuba, por la que tuvo que ser hospitalizado.
Durante este mes, el ICLEP documentó otro caso que demuestra la complicidad existente entre las dictaduras de Cuba y Nicaragua. El periodista Enrique Díaz Rodríguez y cinco miembros de su familia quedaron varados en Perú luego de que las autoridades nicaragüenses les negaran la entrada a ese país. Tras años de acoso y represión por parte del régimen cubano, el periodista decidió abandonar la isla junto con su familia, pero los tentáculos de la dictadura trascienden las fronteras físicas de Cuba.
En el punto de mira del régimen también se encuentran los activistas del Foro Antitotalitario Unido (FANTU). Durante noviembre se reportaron varias amenazas y detenciones a militantes de esa organización por realizar proselitismo político, llamar a la desobediencia civil y colocar carteles antigubernamentales. Uno de ellos, el activista Amaury Díaz Martínez, continúa arrestado y bajo investigación para ser sancionado.
En octubre, el ICLEP reportó 74 violaciones a la libertad de expresión y de prensa en Cuba, un mes en el que los ciudadanos comunes también fueron uno de los grupos con mayor cantidad de víctimas. Esto demuestra que la dictadura está enfocada en reprimir y acallar a cualquiera que intente denunciar la situación del país. Para los gobernantes cubanos, constituyen una amenaza no solo quienes cuestionan abiertamente al régimen desde el punto de vista político, sino también todos aquellos que reclaman sus derechos y exponen las realidades de la dictadura ante el mundo.
Dicen los que estuvieron allí, cuando el presidente cubano visitó el municipio costero de Batabanó, en la provincia de Mayabeque, que todavía se escucha el eco del chirriar de los neumáticos de la caravana presidencial por la prisa en abandonar esta plaza al sur de la Isla. El asunto no pasó inadvertido ni para los lugareños ni para la prensa ciudadana. “¿Qué objetivo tuvo esta visita si el hombre ni tomó café”, se preguntan algunos vecinos en tono de chanza.
Contexto asociado a la llegada de la comitiva: un despliegue de seguridad exagerado que trastocó la dura cotidianidad de los residentes que ya estaban en busca del sustento de todos los días, algo duro, misión casi imposible. Si la intención era la interacción con el pueblo, habló más con los dirigentes locales que con los de a pie; para dialogar con los suyos un teléfono hubiera bastado, y le hubiera ahorrado al país unos litros de combustible, que tanta falta hacen.
En fin, lo que vimos, lo que se vio: en las imágenes de redes sociales se aprecia al Díaz-Canel conversando brevemente, como quien tiene prisa porque se le va la guagua, saludando de manera apresurada a varios vecinos y abordando con rapidez el carro sin cumplirse el supuesto objetivo de la visita presidencial: la comunicación prolongada con la comunidad. Ahora, si la misión era vender la idea de cercanía del poder con el pueblo, dónde está.
Lo que vimos en Mayabeque fue todo lo contrario, el despliegue de seguridad buscaba más cuidar la imagen pública del presidente ante las posibles expresiones espontáneas de los vecinos, como sucedió en Guantánamo. Es lo percibido, el análisis que hacemos periodistas ciudadanos en conjunto con nuestros lectores. Volvemos al inicio caminos a conclusión, cuáles son razones de tanta prisa si el objetivo era un baño de pueblo. No hay que buscar mucho, al menos eso creemos.
Se saben, ellos, la nomenclatura dirigente, los que se enganchan la ropa verde ante el primer susto de pérdida del poder, se perciben objetos abierto y velado de descontento popular. Están atrapados en lo que ellos mismos sembraron, la pésima administración de un país que hoy se muere. Y no queda de otra, hay que ‘luchar’ imagen para el exterior del país, el bloqueo no alcanza.
Buscar imagen, pero sin arriesgar demasiado que el pueblo descontento se las trae; y debajo de cualquier piedra le sale un sapo al gobernante, y todo se viene abajo, y se gastó el petróleo de la visita. Solo que este último de los rechazos, el velado, el rechazo oculto, ese que cohabita en el fondo del cerebro, es el más peligroso: en momento de masa crítica puede explotar, con la condición de mayoría. Y ellos lo saben. Por tanto, y sin dudas en el horizonte, los aullidos de neumáticos del ‘corretaje’ del presidente en Mayabeque hoy hablan más de Cuba que la propia visita. Constituye una poderosa lectura.
Publicado originalmente en la edición 228 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa
En ocasiones, los humanos creemos tenerlo todo bajo control en nuestra cabeza, o creíamos en algún momento pensamiento cerrado, creencia infinita, porque era lo que nos inculcaban: el comunismo es para allá, y avanzando; y todo lo que tocaría lo convertiría en oro, ¡qué tiempos aquellos! Solo, que el deporte revolucionario, uno de los logros de la Revolución, lejos de lo que hoy piensan muchos continúa siendo muestra de sentimiento de país. En otras palabras, hoy el deporte es rostro de Cuba, pese a su descalabro.
¿Quién no sintió orgullo en esta Isla con la etiqueta deportiva del régimen “defender las cuatro letras, Cuba”? Era como tomarse una infusión de nueva era, de futuro luminoso para la humanidad, tan solo con ser partícipe de una victoria deportiva cubana desde un butacón de choza humilde. Aquello se vivía con euforia en los hogares, mientras el régimen vociferaba su logro a los cuatro vientos, y cuidado con esparramarse por allá fuera, el deportista que desertaba era considero por la gente como el más vil de los traidores.
Pero, qué tenemos hoy. Quien escapa de un equipo nacional o por su medio, quizás en travesía de fronteras, ya no es visto como un traidor, sino como alguien que se ganó la lotería. Así se vive en los pueblos, donde la gente no se cansa de alabar al fugitivo.
¡Qué cambio de señales que a través del deporte dice mucho de un país! Y cuánto orgullo cuando los escurridizos atesoran logros deportivos en otros lares, lejos de la maquinaria propagandística de la dictadura. Esta semana tenemos el caso del ajedrecista Leinier Domínguez.
Cuánta alegría en los barrios cubanos por su segundo lugar en el Campeonato Nacional de Ajedrez de Estado Unidos, un joven que escapó de la Isla como se dice con una mano atrás y otra delante, pues ni con Internet estable, además de costosa, contaba para su entrenamiento, como en una ocasión declaró a la prensa nacional todavía estando en Cuba.
El oriundo de Güines, Gran Maestro en la disciplina de los trebejos, con Elo de 2741, hoy nacionalizado estadounidense, concluyó en la segunda plaza con un acumulado de 5.5 puntos de 10 posibles, empatado con otros cinco jugadores de altísima calidad. Pero ahí estaba el de Cuba, el que escapó de las garras de la metralla y propaganda comunista. Aquel que un día fue blandido por el régimen como vitrina de un poder espurio.
No obstante, no solo Leinier o el ídolo de Güines, como también se le conoce, alegró al de a pie, sino que en el mismo evento, pero en la parte femenina, la cubana igualmente nacionalizada estadounidense Thalía Cervantes alcanzó la quinta posición compartida con otras dos jugadoras. La nacida aquí cerró su participación con acumulado de 5.5 puntos. Para cerrar, solo señalar lo que hoy es titular en medios internacionales: “Suman seis los prospectos cubanos que han abandonado la Isla en lo que va de semana”.
Lanzadores, en este caso de béisbol, con somatotipo y velocidad que cautiva al más reacio de los scouts. No escampa. Esos muchachos eran el futuro, lo mejor que quedaba en el patio. Todos eran talentos escogidos por la Federación Nacional cubana.
Ahora, adónde íbamos cuando iniciamos este diálogo con nuestra gente de barrio, la estampida de deportista, las señales de esa gota constante de agua, es otra muestra de que el deporte revolucionario ha sumado pixeles al rostro de la Cuba de hoy. La decadencia del país bajo dominación comunista asoma desde cualquier arista social.
Publicado originalmente en la edición 228 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa
Cuando se hablaba de Cuba en los años 80 y principios de los noventa, siempre se solía decir que era uno de los países más seguros del mundo, por el cual podías caminar a cualquier hora de la noche o el día sin correr peligros, para aquellos años era una realidad, pero esa imagen que se vendía al mundo y que aún hoy se intenta vender al turista o visitante foráneo es solo un mito.
Cuba se ha convertido en un país inseguro, donde abundan los robos, la violencia y los asaltos, todo ello resultado de una crisis económica que ha comenzado a dar a luz a los males sociales que ha ido engendrando poco a poco.
Las altas tasas de feminicidios que son reportadas hoy por organizaciones de la sociedad civil, las muertes de jóvenes y adolescentes en las calles de las ciudades, por hechos violentos, el asalto y robo a viviendas y el asesinato de personas pacificas dentro de sus hogares, muestran la verdadera realidad de la isla, realidad que el gobierno trata de ocultar para estimular el turismo, sin importar el sufrimiento de víctimas y familiares.
Andar en las calles de cualquier ciudad, puede ser peligroso, muchas personas son asaltadas y amenazadas para robarles una prenda o celular. Dejar que nuestros hijos salgan a la calle de noche a divertirse, suele ser el desvelo de los padres, quienes temen que se los golpeen o en el peor de los casos se los maten.
El temor y la inseguridad hoy cohabitan en los hogares cubanos. Esta cruda realidad es aún más dolorosa al observar que la mayoría de los involucrados, tanto víctimas como agresores, son personas jóvenes, en su mayoría adolescentes, todos ellos producto de un sistema que no les ofrece garantías ni oportunidades para una vida digna y pacífica.
El panorama se vuelve aún más sombrío cuando vemos cómo el régimen cubano y la policía ignoran estos problemas, permaneciendo al margen de una realidad violenta que cada día amenaza con cobrarse más víctimas.
Publicado originalmente en la edición 192 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano
No hubo terminado Alfredo López Valdés, director de la Unión Eléctrica (UNE), de soltar su disparate, la compra por parte de las familias de paneles solares para independizarse del Sistema Eléctrico Nacional, en medio de un horizonte desolador de apagones y colapsos de termoeléctricas, cuando de inmediato la polémica se esparció como Oropouche por toda la Isla. “Este hombre está loco”, era la expresión más escuchada en los barrios artemiseños.
Lo primerísimo que salta a la vista, un solo panel, el panel solo, sin el convertidor, los dispositivos de control y la batería, no vale dos quilos. Esto, en medio de un contexto donde el salario de los cubanos no alcanza ni para comer; además del acoso de una inflación que parece no tener frenos. Pero, lo significativo del caso, lo inconcebible, el disparate del director de la UNE se soltó durante la conferencia televisiva que el jueves 17 de octubre el primer ministro Manuel Marrero Cruz dictaba para apaciguar los ánimos de los cubanos por el apagón masivo.
Desde las alturas del alto funcionario, que terminó sumándose a tal desatino, no hubo rechazo, ni una coma, de aquel primer ministro. ¿Qué quedará para nosotros? El barrio continúa, esta vez por medio del profesor William Pérez, vecino en la calle República: “Esta gente se está riendo de nosotros o viven en una burbuja de silicona, desde donde la poca transparencia de las paredes del globo no permite advertir la realidad de los cubanos. La gente no tiene para comer, dígame usted para enredarse con los paneles”.
De inmediato, como era de esperase en distintos escenarios, la UNE, y para “corregir distorsiones”, intentó aclarar que las palabras de Alfredito fueron malinterpretadas; agregando que el revuelo nacional acerca del tema responde a una “manipulación mediática” -llegado a este punto no se sabe si de algún medio del enemigo o del bloqueo, pero está por ahí; aunque las palabras salieron de la boca de Alfredo-.
Finalmente, indicó la UNE, que no hay planes formales para la venta de paneles solares. Entonces, qué. ¿Por qué jugar con la miseria de la gente? Esa tendencia de siempre de los funcionarios del régimen de proyectar falsas esperanzas a un pueblo agobiado.
“La maldita propaganda”, como dicen algunos. “Te enredas con el panel, que puede durar décadas en pagar en caso de créditos, o te come la croqueta”, dicen otros. Cubanos, quién ignora en los barrios que todavía hay gente encausada por impagos de cuando los equipos repartidos a crédito durante la llamada Revolución Energética.
Entonces, de qué estamos hablando. Esta bueno ya de los embustes de régimen. Se trata de un detalle que marca el actual descalabro estructural cubano: no hay día, uno solo, que la crisis no abandone el rumbo a “vamos por más” caos. Por tal razón, y sin otra solución que saque al país del desastre, el jueves de marra, aterrizó el duérmete mi niño eléctrico del régimen. El último de ellos
Publicado originalmente en la edición 227 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa
El conocido político y estratega militar Napoleón Bonaparte expresó en una ocasión: "Solo se puede gobernar un pueblo ofreciéndole un porvenir. Un jefe es un vendedor de esperanzas". Esta reflexión tiene un sentido verdadero cuando las promesas de un futuro o porvenir llegan a convertirse en realidad y no solo llegan a ser palabras huecas y simples promesas de políticos que tratan de mantenerse en el poder, engañando a un pueblo todos los días, como es el caso de Cuba.
Durante décadas la dictadura cubana ha tratado de ganarse el respaldo del pueblo ofreciendo promesas y migajas en las más diversas formas. Discursos políticos cargados de promesas de mejoras y cambios son la estrategia de control político del sistema, buscando mantener en la servidumbre, como perros falderos a millones de cubanos. Una mirada a las décadas del 60,70 y 80, muestran a un régimen populista prometiendo al pueblo carente y necesitado un futuro digno que nunca ha sido una realidad.
Los cubanos que nacieron con la llamada revolución, fueron las primeras víctimas del engaño y les ha tocado experimentar en carne propia la verdadera naturaleza y esencia humillante del comunismo. Estos cubanos han vivido los difíciles días de los años 70, cuando no había alimentos en el país y la inflación crecía por días, cuando las madres desesperadas cocinaban espaguetis como arroz, después vivieron los duros años del periodo especial a finales de los ochenta, etapa de largas jornadas sin corriente y escasez total de alimentos y porúltimo estos cinco años que nos han tocado vivir, marcados por el hambre, la inflación, la falta de corriente, medicinas y carencias de todo tipo.
Como suelen decir muchos, no ha escampado la miseria en este país desde el 59. El sistema político cubano ha mantenido la demagogia y las promesas como los verdaderos pilares que sostienen su endeble y carcomida existencia. Los mismos gobernantes que prometieron durante décadas al pueblo quitarles los bienes a los ricos para entregarlo a los pobres, hoy mantiene a esos pobres en una total miseria y ellos se han convertido en los nuevos ricos.
Tal realidad, no resulta un secreto para nadie, excepto para quienes servilmente pretenden ser cómplices. Ya muy pocos cubanos simpatizan o creen en las palabras engañosas de los gobernantes de la isla, porque la realidad que se vive dice algo muy diferente. Hay quien dijo y con toda claridad que se puede engañar un pueblo unos días, pero no toda la vida.
Sesenta y cinco años de mentiras, manipulaciones, migajas y engaños son suficientes. No es permitido hoy sucumbir ante la manipulación, es el momento de exigir a quienes gobiernan el ejercicio de una política que garantice una verdadera dignidad humana y libertad total.
Publicado originalmente en la edición 192 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano