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Opinión
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Mientras menos ómnibus, más se hunde La Habana en las paradas
Apr 2, 2024

Uno de los sitios donde quizás más se pueda apreciar la quiebra en todos los sentidos que hoy sufre la capital cubana lo constituyen las paradas de ómnibus, incluso más que en las bodegas. En esos lugares Cuba no es un país, es sólo un pedazo de tierra que da bandazos en el mar.

Los paraderos habaneros son la confluencia y mezcla de los aspectos, la necesidad inmediata de la movilidad y el daño psicológico de la espera, que se revierte en descontento y severas críticas al poder establecido. Allí no sólo se sufre por la guagua que no llega, sino que se pide a gritos el fin de la dictadura.

Lo duro de la situación, no hay esperanzas a corto ni mediano plazo de salir del hueco. El mismo régimen confirma el caos a través de sus medios de comunicación: más de la mitad de los ómnibus de la capital están paralizados por diferentes causas.

Según los números del Ministerio de Transporte, a través de la publicación Granma, de las 561 guaguas que deberían estar en las calles cada día, solo 252 lo hacen, lo cual no pasa de un discreto 55%. Como es lógico, quien no tiene para un auto privado no se mueve, y quizás no coma.

Pero como si llover sobre mojado fuera arte caribeño, a lo dicho hay que sumar la falta necrológica de combustible, el pésimo estado de las calles, la decrepitud del parque automotor y el aumento del costo de pasajes y carburantes, del recién implementado paquetazo.

El desespero por trasladarse en función de necesidades básicas, llegar al lugar de trabajo o a un hospital; la impotencia de las horas en medio del ritmo sostenido de decrecimiento por días de la movilidad en la capital y la falta de esperanzas, de ese siempre deseo humano de la mejora, convierten a las paradas en termómetro social.

Yunier de la Rosa Hernández, Director General de Transporte de La Habana, en el balance anual del Ministerio de Transporte, señaló que los tiempos de espera suelen ser hasta de tres horas en las rutas principales y cuatro en las alimentadoras, lo cual provoca un creciente malestar en la ciudad.

Pero, el desastre ha venido engordando por años. Agregó el funcionario que en la década de los 80 la capital contaba con 2 500 ómnibus circulando diariamente; y hace cuatro años tenía 600. La tendencia habla por sí sola, ¿quién asegura que a la vuelta de meses de las 252 guaguas de hoy quede alguna?

Tiempos atrás la frecuencia de arribo de los autobuses a los paraderos no permitía todos los matices de la exposición sobre la realidad nacional, hoy los oídos del régimen arden de tanto rechazo. Desde que llega un carro hasta que aparece otro las personas se desahogan a placer.

Desde siempre, las paradas de ómnibus capitalinas han sido termómetro con alto grado de fidelidad de la Cuba profunda, de cuál país tienen la gente en la cabeza ahora mismo. Sólo que mientras más demora una guagua en llegar, más se hunde La Habana en los paraderos.

Publicado originalmente en la edición 234 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero.

 

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La corrupción en Cuba: un fenómeno eterno
Mar 31, 2024

El reconocido físico alemán Albert Einstein sentenció en una ocasión: "La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa". Una frase que resuena con particular fuerza para los cubanos, tanto dentro como fuera de la isla.

Desde los espacios más insignificantes, desde el punto de vista social, hasta los principales escenarios institucionales y gubernamentales, se oculta la impunidad, la falta de transparencia, control de los recursos de aquellos que tienen la responsabilidad de preservar lo que pertenece al pueblo. Esto ha provocado una abismal diferencia en la sociedad cubana de hoy.

Por un lado está el bandido jefe de cuello blanco, que quiere perpetuarse con el viejo cuento o discursos de hace casi 60 años, que ya es arcaico a los ojos de muchos, y por otro lado está el cubano miserable al que se le pide Resistencia creativa.

El funcionario que miente deliberadamente, se ha convertido en una especie que se reproduce por días El hábito obtener privilegios y manipular a la gran mayoría, se ha convertido para la gran mayoría de ellos en un modo de actuación normal en todas las esferas y espacios de la vida social, transformándose en su recurso más usado para evadir la responsabilidad personal, escalar posiciones.

Este morboso hábito, que vulnera cualquier código de ética, ha penetrado hoy en muchos de los principales escenarios de la vida cívica y política de la sociedad cubana y la ha carcomido desde sus entrañas.

No obstante a ello la paciencia y tolerancia del pueblo con una mente renovada y sin temores, está desnudando a la luz pública a estos bribones, y muchos han sido atrapados infraganti, tanto dentro como cruzando fronteras en busca del imperio que tanto han criticado. Esta debe ser una vergüenza y alerta para aquellos que deben de responder a la ciudadanía.

El patrón de comportamiento que predomina en estos corruptos sujetos, es necesario aniquilarlo pues la realidad es que Cuba se nos muere, y la enfermedad del comunismo va en ascenso. Si no se reconoce con toda honestidad esta triste realidad y se olvida el recelo en pos de la patria, para una definitiva libertad, todo está perdido. La patria, como dijera nuestro apóstol José Martí es ara no pedestal, como en los tiempos de la colonia española, no podemos permitir que una plaga de funcionarios corruptos vivan del sudor y el sacrificio de millones de cubanos.

 

Publicado originalmente en la edición 176 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano

 

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Hace falta una carga para matar bribones
Mar 29, 2024

Cuando el poeta e intelectual cubano Rubén Martínez Villena expresara en su poema lírico: Hace falta una carga para matar bribones, para acabar la obra de las revoluciones para vengar los muertos, que padecen ultraje…", lo hacía en un contexto muy parecido al actual, la dictadura de Gerardo Machado.

Un período de nuestra historia donde al igual que hoy un régimen totalitario y violento ha sumido a los cubanos en la total desesperanza y desamparo. Un sistema donde las libertades y garantías ciudadanas son violadas a cada paso y donde las leyes son cadenas que oprimen.

La vigencia de tales palabras es una dura realidad para más de once millones de cubanos, hace falta una carga para matar bribones, estos quitaron a los anteriores y ocuparon su lugar, prometiendo una república "con todos y para el bien de todos", que no han creado. Si bien es cierto que nos sacudimos de la costra del coloniaje español hoy nuestros hijos y pueblo permanecen esperando la patria que les prometieron en 1959.El sueño martiano sigue siendo tan solo una esperanza y promesa inconclusa.

Gobernantes y funcionarios corruptos, a todos los niveles que viven y lucran con el sudor de un pueblo, hambre, carencias, llanto, dolor y violencia es la única herencia que tenemos. La presencia de más de mil cubanos presos en las cárceles por protestar y hacer valer sus derechos cívicos y humanos, es una muestra de la ignominia oficial.

Cuba es una inmensa cárcel, alestilo de la Corea del Norte. Con un discurso oficial, preñado solo de promesas, el régimen cubano trata de mantener su hegemonía política. Compartiendo de vez en cuando algunas migajas trata de someter la voluntad popular.

Las bellas palabras de Villena, son hoy un himno de lucha para los cubanos. No queremos que se derrame sangre inocente en nuestra bella isla, pero se impone un cambio urgente que permita a los cubanos vivir dignamente, con decoro. Un cambio que se genere desde abajo, apartado de cualquier alianza con los políticos de turno, pues sería fatal si sucediese. 

No se puede pactar con el enemigo. Las verdaderas revoluciones son de pueblo, comienzan y terminan con el pueblo y no tienen cabida en ellas el oportunismo político. Hace falta verdaderamente una carga, una carga de pueblo, de cambios que echen por tierra a quienes han usado la patria por pedestal, para levantarnos sobre ella y sus dignos hijos. Para hacer realidad el pensamiento martiano que la patria es de todos.

 

Publicado originalmente en la edición 177 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano

 

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El año del pulpo en Cuba, segunda temporada: el otro animal
Mar 24, 2024

En la edición No. 230 este medio ciudadano publicó el trabajo “2024, el año del pulpo en Cuba”, referente a pronósticos sobre el incremento acelerado de esa manía compulsiva del ‘hombre nuevo’ de cargar (robar) todo lo que le caiga a mano en los centros de trabajo, como consecuencia de la tendencia actual al recrudecimiento de la crisis que corroe a la Isla. El hoy de Cuba indica que se requiere de un ajuste de percepciones.

Como parte del seguimiento a esta calamidad nacional se imponen las siguientes preguntas: ¿qué ha cambiado desde entonces hasta la fecha? ¿Se han cumplido los pronósticos del medio del ICLEP, Amanecer Habanero? ¿Hoy los cubanos –los asalariados estatales– son menos delincuentes que hace un mes y medio?

¿El pulpo que tan sólo tiene ocho brazos será el animal correcto para la imagen de la realidad nacional después de pocas semanas? Iremos por parte, de a poco, para cuidar detalles: Desde finales de enero, cuando se publicó el trabajo, hasta ahora, el contexto nacional se ha enrarecido aún más.

La inflación incrementa su paso; las farmacias continúan vacías y la gente muere por falta de medicamentos, cada vez más caros en el mercado negro, o por suicidios; la producción agrícola, colapsada, y la ponderada canasta básica causa menos risas que un mal chiste.

En este panorama, el objetivo declarado del régimen para 2024 es detener la tendencia a la caída, no mejorar con respecto al año anterior, 2023. Como vemos, sólo a la vuelta de tres ediciones de este medio informativo, de la 230 a 233, el paisaje nacional ha empeorado con creces y rumbo al fondo del pozo; pues sólo detener la tendencia a la caída es prioridad, según las palabras del primer ministro Manuel Marrero Cruz.

Con respecto a los pronósticos del ICLEP, resulta que en tan sólo mes y medio el asunto, el latrocinio, ha florecido como marabú en tierras estatales.

Cuando el trabajo anterior tomábamos como base el desfalco millonario de semillas de cebollas en un frigorífico de Sancti Spíritus; lo cual redundaría en menos cebollas para plantar este año. Pero, desde aquello hasta acá ha llovido mucho. Para comenzar, se robaron 133 toneladas de pollos del puerto habanero; donde la asociación delincuencial no sólo contó con trabajadores, sino que hay varios funcionarios involucrados.

Como si fuera poco, a mediados de febrero, en el sector habanero de Comercio: “Sancionan en Cuba a más de 200 trabajadores estatales a penas de hasta 22 años de cárcel”, titula el medio El Debate. Aquí también hay funcionarios involucrados, falsificación de documentos.

Es claro, entonces, que la tendencia es a por más. ¡Se verán horrores! Sobre si los asalariados cubanos han ganado en honradez desde enero a finales de febrero, la respuesta es obvia, si las condiciones del país van en sentido contrario a la mejora claro que hoy los trabajadores son más delincuentes que ayer; en un país donde los niños en el seno familiar están expuestos a todo esto.

Y con respecto a las pericias funcionales del animal de enero, que con sólo ocho brazos no da abasto, en febrero la imagen de la realidad nacional es otra: el pulpo ya no sirve, se queda chiquito. Habrá que buscar otro animal. Los pronósticos del ICLEP van viento en popa.

 

Publicado originalmente en la edición 233 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero.

 

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“La tiñosa de los Megawatts” y su cola emplumada
Mar 23, 2024

Presentarse cada mañana en Televisión Nacional para comunicar a todo un pueblo que hoy habrán más apagones que ayer, no debe resultar tarea nada placentera. El rostro del vocero, Lázaro Guerra Fernández, director técnico de la Unión Eléctrica, no deja mentir. Pero si la función de vocero es denigrante –la gente en la calle lo asocia con los males de los apagones, donde no faltan los insultos–, cómo será relacionarlo con el paquete de adversidades que arrastra cada pluma de la cola del ya nombrado por el barrio como “la tiñosa de los Megawatts”.

Para ser justo, Guerra Fernández no es responsable directo de la desgracia: sólo es la cara. Un rostro que se encuentra en medio de un fuego cruzado. Tiene dos opciones: mantenerse como heraldo y no sacudirse el peso de los ojos de Cuba en la vía pública o, de lo contrario, renunciar y romper fila con ‘la ley de conservación del carro’. Una ley comunista que ha empobrecido más al país que el propio bloqueo.

Entrando en materia, qué significa para un cubano de a pie desayunar cada mañana sin pan y con el anuncio de Lázaro. Simboliza una jornada con más de 14 horas de vida semiparalizada, en un momento donde también falta el gas para cocción, no trabajan las oficinas públicas y la mayoría de los servicios sanitarios se detienen.

Sin embargo, para plumas de una tiñosa se han hecho los colores comunistas, siempre de tintes oscuros. Otras plumas del ave: se descongela el pedazo de pollo que con mil sacrificios monetarios se atesora para los niños de la familia.

Aun así, y puede que la desgracia sea mayor, el quita y pon de la corriente o el bajo voltaje les ha pasado factura a no pocos refrigeradores, como ha sucedido y está sucediendo. Los reclamos del pueblo a la Empresa Eléctrica tienen siempre una respuesta salomónica: “Hemos informado que se debe estar pendiente a las variaciones de voltaje”.

En otras palabras, la gente no puede salir a la calle, siempre con el ojo encima del tomacorriente. Por último, que la cola del ave es copiosa en males, hoy muchos emprendimientos particulares como las mipymes, el respiro apurado de los que menos tienen, han tenido que cerrar, y definitivo. Sólo nos remitiremos a dos causas. La ya existente (los apagones); y la otra, por dónde vienen los tiros a partir del inicio de marzo.

Primero, los apagones han traído pérdidas millonarias por descongelación de los alimentos, salones a oscuras o falta de energía para elaborar. Sin embargo, los impuestos se mantienen igual y se espera que pronto asuman otro valor hacia arriba. Segundo, la subida de la tarifa eléctrica para los que consuman por encima de 500 KW. ¿Qué negocio particular no consume muchas veces este valor? Pocos.

Esto sin tener en cuenta el nuevo valor del precio del combustible, que agregará carga sustancial a la materia prima, pues el poco combustible en Cuba está en el mercado negro. Señores, que el trabajito que tiene el vocero de la Unión Eléctrica por encomienda del régimen no es nada de juego. La cola de la tiñosa mañanera de los Megawatts es copiosa en plumas prietas y cada día ‘va por más’. Ser el rostro de las desgracias de un país es asunto serio. Hay que mirarse en el espejo del ministro de Economía desplumado.

Publicado originalmente en la edición 212 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa

 

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El huevo en la cocina cubana: ¿protagonista o complemento?
Mar 17, 2024

Históricamente, desde el primer Periodo Especial de inicio de los años 90, el huevo de la canasta básica ha clasificado en términos nutricionales como la posibilidad que tienen los cubanos de acercarse a un plato fuerte; aunque ahora no se sabe cuán fuerte es.

El descalabro de la producción de huevos de gallina en Cuba asombra por sus niveles de decrecimiento, en un país donde por decreto está vedado el consumo de carne de res. La producción ha degenerado a tal punto que se empalma de un mes a otro sin suministros a las bodegas.

El ministro de Agricultura, Ydael Pérez Brito, reconoció en el Noticiero Estelar de la Televisión en octubre pasado, que la producción de huevos en Cuba disminuyó de cinco millones diarios en 2020 a 2,2 millones en 2023. Como se aprecia, un total desastre.

Según este funcionario, la crisis está relacionada con la escasez de gallinas ponedoras que experimenta el país. Pero, por qué no se previno esto cuando se inundaban los sitios estatales de las llamadas ‘gallinas bailarinas’; como apreciamos, ahora sin remplazos.

No obstante, aquí se observa un giro en el discurso oficialista en busca del amparo de la justificación: tiempo atrás, las autoridades del sector avícola en una Mesa Redonda vinculaban el decrecimiento a que las gallinas estaban estresadas.

Hoy, ni tristes están, han desaparecido. En un sector tan vital, donde lo único que tienen la mayoría de los cubanos son los cinco escasos huevos, nadie puede darse el lujo de actuar por reacción, a la retaguardia o caboose (furgón de cola) de los problemas de la nación.

Pero, gracias a Dios o al temible imperio estadounidense, todavía a las mesas de la Isla llegan, un mes sí y otros no, los cinco huevos de la cuota. Valgan al pueblo cubano las fisuras del poderoso bloqueo yanqui, que según las opiniones en la calle, parece más un queso suizo (el de los huequitos) que una barrera infranqueable.

El Departamento de Agricultura de EE.UU., asegura en diversas publicaciones de dominio público que en el penúltimo mes de 2023 la cifra invertida por Cuba en la adquisición de huevos ascendía a no menos de 1 049 102 USD.

Cifra millonaria. Pero, aún siendo así, con este aporte del enemigo yanqui los cubanos continúan contra la pared: cinco huevos al mes para una persona como única proteína a largo plazo es un suicido, desnutre.

Esa es la cuestión, qué cosa será, ser o no ser, en un país cuyos gobernantes alardean en eventos internacionales sobre los poderes de la canasta básica. Los huevos de los cubanos: ¿plato fuerte o plato débil?

 

Publicado originalmente en la edición 211 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa

 

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¿Cambiarán algo las recientes destituciones de funcionarios?
Mar 16, 2024

“¡Se fue el de Economía!”, era el comentario del pasado 4 de febrero en cuanta cola y plaza se juntaban al menos dos cubanos, resultado del grupo de ministros defenestrados la jornada anterior. Pero, ¿cambiarán algo en Cuba las recientes destituciones de funcionarios?

Atendiendo a que el Ministerio de Economía se asocia con la mesa del cubano de a pie, no hay que pasar por alto cierto asomo de esperanzas en la anterior exclamación popular, como si la destitución de Alejandro Gil Fernández redundara en un alivio de la miseria reinante. Los titulares, en apenas minutos del anuncio, dieron la vuelta al planeta. “El presidente de Cuba, Miguel DíazCanel, destituye al ministro de Economía ante la grave crisis que golpea al país”, replicaba el diario El País.

Otros medios se lanzaron tras el nuevo suceso en la Isla caribeña. Señores, hay que ser muy ingenuo para no advertir, en primer término, la maniobra lava imagen de la máxima dirección de la junta militar que mal gobierna al país; y segundo, quien imagine que este cambio de fichas encumbrada redundará en mejoras económicas esperará otros 65 años en pos de los resultados.

La historia es sencilla, la eterna letanía de las justificaciones, donde el bloqueo ocupa un sitial de honor, ya no se la traga ningún cubano. Como dijo el primer ministro Marrero Cruz en uno de sus arrebatos de sinceridad, “ya al pueblo no se le puede dar más justificaciones, espera resultados”.

Sin embargo, sucede que los resultados no llegan, el tiempo pasa, la miseria crece y las buenas nuevas, pese a los enormes esfuerzos publicitados por la prensa oficialista, continúan desaparecidas. Alguien tiene que pagar. Le tocó a Gil Fernández.

Se puso fatal; y con él arrastró a otros ministros, como corderos silenciosos al matadero, para marear la jugada contra Gil. Tan es así, que el ex ministro de Economía fue durante su reinado ‘el cartero de las malas noticias’ al pueblo cubano. Encargado, por ese mismo régimen que ahora lo echa a un rincón, de anunciar cuanto descalabro padecía e iba a padecer la gente de a pie en la Isla.

Catálogo de desgracias: no había leche para los niños, suficiente harina de trigo para el pan de la canasta básica (para las mipymes sí), café o carne de cerdo. También fue el vocero, esto sí le tocaba de cerca, para comunicar la contracción de la economía en 2023 en un 2%. Y para rematar, le correspondió decir bajito, pero se escuchó alto, que la inflación en Cuba rozaba el 30%.

Sencillo, había que cortarle la cabeza al cartero. Una maniobra antiquísima en un intento de culpar de los males que sufre el país a una persona y no a un sistema fallido. Aquí nadie hace nada si no lo mandan. Pero, hay que recordar que Gil Fernández es el último defenestrado de una saga relativamente resiente que comenzó con José Luis Rodríguez García y Marino Murillo Jorge.

La pregunta, ¿mejoró la economía en la Isla durante ese periodo de sucesivas destituciones? No. Hoy tenemos nuevo ministro de Economía, Joaquín Alonso Vázquez. ¿Cambiarán algo en Cuba las recientes destituciones de funcionarios? La respuesta, el pueblo cubano la sabe.

 

Publicado originalmente en la edición 211 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa

 

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El colapso del régimen cubano es evidente
Mar 10, 2024

No hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista, reza un refrán popular y es una gran realidad, si de la realidad sociopolítica de Cuba hablamos. Desde hace más de 60 años los cubanos han sido víctimas de un sistema político autoritario y dictatorial, que ha consumido las esperanzas y sueños de toda una nación y que violenta los más elementales derechos de sus ciudadanos.

Décadas de miserias, carencias y violencias han marcado el día a día de los cubanos. Miles se han visto forzados a abandonar la isla y otros muchos permanecen encarcelados por alzar sus voces de protestas, pero esa triste realidad hoy ha comenzado a cambiar.

El régimen ha agotado todas sus posibilidades de seguir ejerciendo su política violenta y está dando muestra del colapso total de la estructura económica y política que lo ha sostenido. Con una economía completamente devastada, sin esperanzas de restablecerse y con una crisis del poder político, manifestada en el fracaso de un discurso oficial demagógico, cuestionado por lapoblación, los portavoces del sistema ya no pueden continuar ejerciendo el control total sobre los cubanos.

Las torpes consignas de "resistencia creativa" y "si se puede", son sencillamente palabras huecas que ya no logran controlar las ansias libertarias de millones de hombres y mujeres del pueblo, que han dicho basta y exigen un cambio como única solución a la crisis que se vive.

Ni las supuestas visitas de la dirigencia oficial del régimen a las diferentes provincias y municipios, ni las promesas de mejoras y soluciones a los problemas que existen, logran crear un clima de confianza hacia los gendarmes de la dictadura.

Cada cubano que ha experimentado el engaño oficialista y las tantas promesas incumplidas, reconoce hoy que prometer es parte de la política de manipulación oficialista, poco digna de crédito. Cuando un pueblo se une buscando cambios y libertad, nada lo puede detener, porque al final son los pueblos y no los líderes políticos los que determinan el futuro de una nación.

Publicado originalmente en la edición 175 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano