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Opinión
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El salario en el régimen de Cuba está mal distribuido
Apr 27, 2023

Las políticas laborales establecidas por el régimen cubano, tras la implementación de la llamada “Tarea Ordenamiento”, están completamente saturadas de múltiples errores provocados, por el voluntarismo, la improvisación, la prisa y el analfabetismo sobre esta importante esfera, de parte de aquellos que han tenido la responsabilidad de aplicarlas.

El salario, dada su importancia económica, política y social constituye un aspecto relevante de la política laboral, en el cual las incongruencias que se cometen, se manifiestan con mayor agudeza.

En su organización, dentro de Cuba, esta remuneración nunca ha reflejado adecuadamente el cacareado principio de que “cada cual reciba un salario en correspondencia con su aporte laboral” y se haga realidad que a igual trabajo corresponda igual salario.

Que el salario es un tema caliente, es una realidad. Este no es un problema nuevo, se viene sucediendo desde hace varias décadas. Este viejo principio de distribución socialista, nunca ha funcionado y el problema radica en que desgraciadamente quienes menos trabajan son los que más reciben.

El reajuste salarial iniciado con el ordenamiento económico, hizo pensar a muchos que al fin se estaba haciendo justicia, más de un año después todo continúa igual, la pirámide salarial de la isla es tá invertida. Funcionarios públicos y políticos, unido a personas vinculadas a los negocios, ganan más que un obrero vinculado directamente a la población o un profesional universitario.

No se logra entender cómo es posible que un especialista en medicina, gane apenas cinco mil pesos mensuales, mientras un policía sin el doce grado de escolaridad, le duplique en salario.

Es realmente incomprensible. Es muy normal por tanto, la deserción de médicos, cuando salen de misión, primero por ser esclavos del régimen, y segundo por los miserables salarios que reciben y que hace que el trabajo aportado no sea el medio fundamental de vida.

Cuando el salario de un obrero le permita garantizar una existencia digna para él y familia, las cosas han comenzado a andar bien, mientras un salario malamente permita comer unos pocos días del mes, el país anda muy mal.

Con tres mil pesos como salario medio, una familia cubana, apenas logra sobrevivir una semana( limitándose de otras necesidades). La barrera de separación, entre ingreso salarial y capacidad adquisitiva crece cada día.

Como dicen muchos, en Cuba se trabaja malamente para comer, y no el mejor bocado, sino el más barato y cuando aparece.

 

Publicado originalmente en la edición 154 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano

 

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Reflexión sobre una esperanza malograda
Apr 24, 2023

Han pasado muchos años desde la expedición de la Brigada 2506 a Cuba, 17 de abril de 1961, con el resultado de que la mayoría de la juventud de la ínsula desconoce ese trascendental suceso de nuestra historia y aún peor, sufren de una desinformación al respecto que afecta seriamente su juicio, lo que conduce a una conclusión errada.

Lo primero que hizo el castrismo fue acusar a los expedicionarios y a quienes los apoyaron de traidores por asociarse a una nación extranjera, Estados Unidos, para atacar a su país de nacimiento.

Falso, el traidor fue Fidel Castro que prácticamente desde el momento que asumió el gobierno se vinculó estrechamente a la extinta Unión Soviética, convirtiendo a Cuba en una plataforma del Kremlin, lo que obligó a la oposición a buscar aliados para combatir a enemigos poderosos que no dudaban en implementar las practicas más brutales.

La alianza entre los dos países se concretó con la masiva presencia de asesores soviéticos en la Isla. Los efectivos castristas combatieron a los expedicionarios con armas rusas, subametralladora PPsh41, morteros 82mm y obuses M1938 de 122 mm y los aviones de la Brigada enfrentaron el fuego antiaéreo del M1939 de 122 mm. Los rusos estaban en Cuba ante que los expedicionarios armados por Estados Unidos desembarcaran.

No debemos pasar por alto que mientras los expedicionarios llevaban cinco tanques Sherman M-41, las huestes castristas contaban desde 1960 con más de un centenar de tanques soviético T-34, siendo uno de ellos el que utilizó Fidel Castro para montar el teatro de su participación en combate, una noticia falsa porque esa foto fue después de la batalla, según numerosos testigos.

Los que se incorporaron a la Brigada 2506 fueron hombres ejemplares, porque muchos de ellos como Rafael Cabezas, Jorge Gutiérrez Izaguirre, Emilio Martínez Venegas y Luis González Lalondri, después de conspirar en la Isla contra el incipiente totalitarismo, solo la dejaron para incorporarse a una expedición armada en la que podían perder la vida.

Aún más, fuera de Cuba tuvieron la oportunidad de rehacer sus vidas y, al contrario, la pusieron en peligro, no faltando adolescentes, 17 años, como Frank de Varona que llevaba años estudiando en Estados Unidos, que se sumaran a la patriótica expedición. 

Esos jóvenes desinformados deben conocer que en esos momentos en Cuba se luchaba arduamente por la libertad. El movimiento clandestino en contra de la dictadura estaba presente en todo el país y de un extremo a otro de la Isla, llanos y montañas, operaban grupos guerrilleros prácticamente sin armas ni municiones.

Por su parte el régimen no perdió tiempo. Consciente del peligro ordenó el arresto de más de 250,000 personas y usó los estadios deportivos del país como campos de concentración, antes, que el dictador Augusto Pinochet empleara el Estadio Nacional de Chile con igual propósito. No lo dude, en abusos y violaciones a los derechos humanos, el castrismo tiene la primicia en nuestro continente.

El totalitarismo nunca ha subestimado a sus enemigos. Si antes los alzados en armas movilizo millares de sus efectivos sin perder un minuto, hizo otro tanto para enfrentar el desembarco, a la vez que inicio varias jornadas de fusilamientos en la que cayeron algunas de las más notables figuras de la resistencia de aquellos años, Alberto Tapia Ruano, Virgilio Campaneria, el comandante Humberto Sori Marín y Rogelio González Corzo, una lista sumamente larga.

Cierto que la derrota de los expedicionarios fue una dura derrota para la oposición interna de la época, generando una gran desesperanza e inseguridad, pero eso no es responsabilidad de los combatientes, esa recae sobre las autoridades estadounidenses que después de elaborar una estrategia y disponer recursos para la misma, en base a requerimientos de lo que llamamos en la actualidad “corrección política” decidió retirarla, o con otras palabras como afirma el escritor José Antonio Albertini, “no se puede hacer la guerra con pólvora importada”.

Quizás para algunos investigadores fue un error la asociación con Estados Unidos, que como es razonable, siempre va actuar en base a sus intereses, no de sus aliados, pero es que la oposición cubana no tenía otra alternativa puesto que los Castro se habían sometido a Moscú y contaban con el respaldo de este.

Sin embargo, para el pesar del castrismo ni las ejecuciones ni la derrota de las guerrillas y de la Brigada 2506, por falta de recursos bélicos, ha vencido el espíritu de libertad de la mayoría de los isleños, en Cuba, se sigue bregando por la libertad como lo evidencia el creciente número de prisioneros políticos, según informa la ONG, Prisoners Defenders.

 

 

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"Trampeando y mintiendo vamos viviendo, mintiendo y trampeando vamos pasando".
Apr 22, 2023

Marcel Pagnol, escritor y cineasta francés expresó : "Trampeando y mintiendo vamos viviendo, mintiendo y trampeando vamos pasando". Asi anda el régimen cubano, tanto en su política interna como exterior.

El reciente fallo, del Tribunal Supremo de Londres, el pasado sábado 4 de abril, en relación a la demanda puesta por el fondo CRF I Limited contra el gobierno de la isla, ha puesto eufórico a la dictadura.

Tras la decisión de la Jueza Sara Cockerril, de la alta corte inglesa, expresando que esta corte no tenía jurisdicción para escuchar el caso contra Cuba, los portavoces del régimen han realzado una campaña triunfalista alegando una supuesta victoria.

En un montaje que pretendió dar una imagen distinta a lo que el veredicto representa, el portavoz oficialista, Humberto López expresaba, que "Cuba no tiene nada que esconder". Una mentira más.

El fallo de la corte británica esconde una realidad: aparentemente el régimen salvo su imagen y participación en la deuda contraída, pero tras la decisión judicial , hay una realidad que se trata de esconder al pueblo y requiere análisis, para evitar caer en las trampas demagógicas y manipuladoras de gobierno de la isla.

No hay tal victoria, ni ha concluido el proceso. El juicio continúa contra el Banco Nacional de Cuba, entidad que hasta 1997 era el Banco Central de Cuba, con quien se negoció la deuda.

Esta entidad implicada, pese a la supuesta responsabilidad y culpabilidad de un funcionario, quien "actuó a espaldas del gobierno", será demandada por el acreedor. Esto preocupa a la Habana, pues al final, aunque el nombre halla sido cambiado, es una entidad financiera del régimen y no puede hacer nada sin contar con este.

En palabras muy clara, el chivo expiatorio no servirá de mucho esta vez. La deuda contraída, 78 millones de dólares es real. Fue otorgada por bancos europeos, solo que el régimen la negoció solo con el Club de Paris y no con el de Londres, principales acreedores.

Esta demanda siembra precedentes en el mundo financiero, con relación a Cuba, y es que cualquier de los acreedores, a los que se le deben millones, puede sentar a la dictadura en la corte y demandarla por impagos.

El discurso triunfalista de estos días , es solo una estrategia mas de manipulación para hacer sentir culpable a la victima y excomulgar de responsabilidad al verdadero culpable. Quien pide debe pagar, así de sencillo.

 

Publicado originalmente en la edición 154 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano

 

 

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¿Quiénes son los verdaderos dueños de los carros estatales?
Apr 18, 2023

Con el recrudecimiento de la crisis de la transportación en el país, acentuada en la capital cubana, han salido a la luz verdades que no por brotar en estos momentos han sido ampliamente conocidas. Nos referimos a los verdaderos dueños de los autos estatales: ¿los choferes o el régimen?

El pasado 11 de febrero el Noticiero de la Televisión (NTV) hizo público uno de los “sapos” que hoy acosa a la junta militar: los puntos de “amarillos”. En las preguntas del reportero Lázaro Manuel Alonso al público presente en varios sitios de recogida, la gente habló sin tapujos cuando apuntaron con todas sus letras que los choferes de carros del gobierno no paran en dichos sitios porque se consideran los dueños de los vehículos.

Sí, ante el reclamo del pueblo a los choferes de autos oficiales estos aseguran ser los verdaderos dueños, pues ellos le compran al vehículo todas las piezas en el mercado negro para mantenerlos funcionando; pues supuestamente el régimen no tiene recursos para esto.

Si no lo hacen, se paraliza el parque automotor de la mayoría de las empresas, organismos centrales del estado y hasta del mismísimo Comité Central del Partido Comunista. Lo paradójico del asunto es que las piezas que se ofertan en el mercado informal provienen, a su vez, del mismo régimen: alguien se las roba de otro lugar cualquiera, ajeno al sitio donde está asignado el auto que precisa del repuesto. Pero, ¿dónde se complica el asunto?

El NTV se lanzó a realizar un trabajo periodístico en la vía pública para el cual no estaba preparado: las críticas a raja tabla de la población. “Ustedes no son dueños de nada, los autos son de los choferes”, coincidían las opiniones. Los cubanos le estaban diciendo en público al país y al planeta sobre la pérdida de poder de la junta militar con respecto a los recursos sagrados del estado.

Algo nunca antes visto, esa es la lectura de trasfondo. El hecho de que los choferes de los carros estatales se opongan a dar botella (aventón) a cubanos de a pie, que sufren largas horas en las paradas los desmanes de la crisis del transporte urbano, significa que están violando abiertamente una disposición de la cúpula militar que rige el país.

Estas personas, los conductores estatales, hablan con una seguridad, a consecuencia del dinero invertido en los autos, que todo hace indicar que de verdad están dispuestos a pararlos. Hay dos salidas a la crisis: comprar autos nuevos que aplace unos años la necesidad de repuesto; la otra, imaginemos a la gente del Comité Central moviéndose por toda la ciudad en coches tirados por caballos.

Nada, que donde quiera le sale un sapo a esta gente: parece que cada vez mandan menos. Solo que el pueblo continuará esperando largas horas en los puntos de recogida de los “amarillos”, debido a que los choferes son los verdaderos dueños de los carros estatales.

 

Publicado originalmente en la edición 189  del medio de comunicación comunitario del ICLEP,  El Majadero de Artemisa.

 

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La papa y el aceite en un país por hacer: Cuba
Apr 17, 2023

Como si fueran pocas las fatalidades, en sucesión, por estos días una nueva contradicción agita la opinión ciudadana en los barrios de la Cuba profunda: después de un año esperando la temporada de papas en la Isla, ahora no hay aceite; y no lo hay “ni en los centros espirituales”, como suele decir la gente en la calle. Colapsó la producción nacional.

No puede ser que no salgamos de una fatalidad para inmediatamente comenzar con otra, que los números no siempre se pueden ir de un solo lado. ¡¿Hasta cuándo?! No hay ámbito de la vida nacional que escape al contrasentido, a lo ilógico, a la fatalidad. Cuando no es el suministro eléctrico es la producción de azúcar o las arbitrariedades con los medicamentos; y los cubanos ya están cansados de esto. Un ejemplo ilustrativo: la crisis en el sector eléctrico, específicamente, en la tenencia de este vital servicio en los hogares cubanos.

Ayer el apagón era por falta de generación, hoy, es por caos en las líneas de transmisión; y nadie duda que, mañana, será por el polvo del Sahara. El resultado es que siempre el régimen tiene una justificación engavetada, de oficio, para la disfuncionalidad del país; y, al final del día, la gente continúa sin esto o aquello, años tras años.

En otros rincones planetarios alguien pudiera pensar que lo del aceite, ahora que después de un año de espera está la cosecha de papas, no es como para cortarse las venas. A lo sumo, es alimento y hervida pasa igual. Pero no es así, la papa frita es un símbolo universal al cual los cubanos, ni siquiera los niños, tienen derecho; después de salivar frente a la TV con los dibujos animados.

Algo esperado cada año con ansiedad, al menos, para disfrutarla una o dos veces en función de la disponibilidad de aceite. No disponer del conjunto completo – papa, aceite, dando por sentado la tenencia de combustible, otro de los problemas–, más que un indicador de muestra de las calamidades nacionales, es tema político más que económico; y con matices ideológicos: ¿por qué la gente bajo el comunismo no puede comer papa fritas?

El tema que se ha traído a este trabajo pudo ser otro cualquiera, de fatalidades tenemos lleno el morral, solo que el desencuentro del aceite y la papa, alimento que en su variante frita hace brillar los ojos, es lo que más comenta el ciudadano común en la Cuba de los barrios.


Publicado originalmente en la edición 189  del medio de comunicación comunitario del ICLEP,  El Majadero de Artemisa.

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A propósito del II Domingo de Pascua. (Evangelio: Juan 20, 19-31)
Apr 17, 2023

Todos nosotros hemos tenido experiencia de eso que llamamos “dobles discursos”, cuando una persona hace promesas, o defiende en discursos impecables ciertos comportamientos o ciertos valores cuando, en realidad, no tiene la intención ni de cumplir sus promesas, ni de vivir aquello que predica. Los “dobles discursos” pueden ser totalmente conscientes, y muchas veces lo son, pero pueden ser inconscientes, pueden ser auto engaños, dobles discursos que nos creemos nosotros mismos.

Juan pone en boca de Tomás una declaración hacia Jesús: “Señor mío y Dios mío”. Juan escribe su Evangelio en la época del emperador Domiciano, que quería ser honrado como señor y dios y cuyas órdenes empezaban diciendo: “Domiciano, nuestro señor y nuestro dios ordena que…” Ante esta pretensión, Tomás, símbolo de la Iglesia, de todo aquel que sigue a Cristo, dice refiriéndose a Jesús: “Señor mío y Dios mío”. Pero, ¿qué ha sucedido antes?

Ha sucedido que los discípulos estaban encerrados “por miedo a los judíos”. Los “judíos”, para el apóstol Juan son los incrédulos, los que se oponen a la propuesta de Jesús, los que se sienten incómodos con la luz de Cristo. Son los que no aceptan el Evangelio como propuesta de vida y no sólo se oponen a los cristianos sino que los atacan, los acosan, los persiguen… Y los discípulos están asustados, tienen miedo y se repliegan, se “refugian” entre muros seguros, se avergüenzan de ser discípulos. Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia…

Ante esta realidad, Jesús “se deja ver”. El texto no dice que “se aparece” sino que “se deja ver”, porque siempre está, su presencia es permanente. Y muestra sus manos, signos del obrar humano, de la propuesta de un mundo mejor donde se trabaje por construir la paz, el amor, la justicia, la vida. Es el modo de recordarnos que existimos como Iglesia para hacer presente y visibles las manos del Señor, para realizar su obra. Y esto es imposible si Cristo no es “mi Dios y Señor”, aquel que me hace caminar por encima de mis miedos.

Por eso Jesús les desea la paz, la serenidad que nace no de la ausencia de problemas sino de la certeza de que, pase lo que pase, él está. Por eso “sopla” sobre ellos, y Juan usa un verbo que solamente se utiliza dos veces en el Antiguo Testamento: cuando Dios “sopla” aliento de vida para crear al ser humano, y en la visión de Ezequiel de los huesos secos, donde el “soplo” de dios hace revivir lo muerto. Cristo “sopla” su aliento de vida sobre los discípulos y luego pide “perdonar los pecados”, con una expresión que significa “echar fuera el mal, hacer desaparecer lo injusto”, pero acoger esta misión es imposible si Cristo no es “mi Dios y Señor”, aquel que me hace caminar por encima de mis miedos.

Tomás duda, le cuesta fiarse, le cuesta “lanzarse”, le cuesta confiar en la fuerza del Evangelio y enfrentarse a un mundo agresivo donde aparentemente es inútil hablar de amor, de justicia, de paz, un mundo donde aparentemente el cristianismo está destinado a fracasar.

Pero Tomás, símbolo y modelo nuestro, no se deja secuestrar por su inseguridad, no deja que sus temores tengan la última palabra, y se reafirma en su condición de discípulo proclamando a Jesús como su Dios y Señor, como el único que puede hacerlo caminar por encima de sus miedos.

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Hatuey y los hatueyes de hoy
Apr 10, 2023

Uno de los primeros hombres que bañó con su sangre la tierra cubana ante la conquista española, fue sin duda, el cacique Hatuey. Proveniente de la vecina isla de La Española (actual territorio compartido entre Haití y República Dominicana), Hatuey llegó a Cuba con el fin de concientizar a sus pacíficos pobladores del peligro tan grande que representaba para ellos, esos extranjeros de allende el mar.

La tarea fue difícil para el cacique indómito, pocos le creyeron. La geografía jugó un papel oportuno para los conquistadores españoles. La palabra de Hatuey sólo pudo ser escuchada por caciques de la región oriental del país. No era fácil escudriñar dentro de los corazones de aquellos que no experimentaron en carne propia, los sufrimientos y padecimientos que Hatuey relataba.

Pueblos y familias cautivas por soldados con armas que escupían fuego, no era un concepto a digerir por hombres pacíficos que lanzaban flechas para cazar y defenderse de otros como ellos, nada pacíficos, que incursionaban cada cierto tiempo en sus territorios.

De ahí que la misión de Hatuey no pudo desarrollarse a cabalidad, muy pocos se opusieron al colonizador y menos aún tomaron la iniciativa en la batalla. Más tarde Pánfilo de Narváez pacificó la isla, entiéndase, arrasó con quienes se le opusieron.

Los conquistadores comprendieron pronto la labor que Hatuey desarrollaba entre los suyos, en términos modernos lo hubieran calificado de ideólogo. Por ello su captura se convirtió en prioridad. Lo persiguieron, acosaron y tomaron prisionero.

Lo que sucedió es de todos sabidos, fue quemado vivo en las proximidades del río Yara. Los detalles debieron haber sido muy ricos para la historia. No obstante, fue un diálogo el que trascendió, imbricado con elementos reales y leyenda: ¿quieres ir al cielo?, preguntó un fraile al indio rebelde antes de ser quemado. Hatuey respondió con una pregunta: ¿y los españoles van al cielo?, el sacerdote afirmó. La respuesta del cacique fue lógica: si ellos van yo no quiero ir.

Nadie quiere ir en otra vida al mismo lugar de quienes le están asesinando en ésta, porque repetirían el crimen. Cualquiera de nosotros en circunstancias parecidas, hubiera respondido igual. Hatuey no rechazó la doctrina del Reino de los Cielos. Rechazó al hombre cruel que lo atormentaba y pretendía continuar siendo su verdugo por la eternidad.

Los cubanos recordamos a Hatuey por la cerveza que lleva su nombre, memoria indigna. Quizás otros, con algo de cultura, lo identifican con el poema del Cucalambé (Juan Cristóbal Nápoles y Fajardo): “Con un cocuyo en la mano y un gran tabaco en la boca, un indio desde una roca contempla el cielo cubano...”

Una pregunta válida es ¿dónde está Hatuey? En la etiqueta de una cerveza promocionada con palabras que despiertan el paladar, o en los versos del Cucalambé narrando su despedida de Guarina en medio de vocablos como: yagruma, atejes, corojos, siguarayas, palmas, y otros que, nos hacen latir de añoranza por la Isla distante.

Hatuey está en la patria, y ésta en mí y en ti. El cacique rebelde es el acicate que impide olvidar el sufrimiento colectivo de todo un pueblo, que vive bajo el mismo cielo que él contempló. La entrega desinteresada de Hatuey para que los cubanos no pasaran por lo que los suyos experimentaron, fue el gesto más bello de nuestra primera historia.

Hubo esclavos africanos que sin conocer posiblemente el mito de Hatuey tuvieron su misma impronta escapando del yugo esclavista y formando sus Palenques en el monte. Estos cimarrones eran perseguidos, golpeados con el látigo y ahorcados, pero no se rindieron.

En la Demajagua se alzaron los primeros mambises junto a esclavos recién liberados que lucharon y lo sacrificaron todo por la patria. El incendio de Bayamo fue prueba de la determinación de emancipación.

Más tarde en otra guerra se logró la independencia de España y Hatuey fue revindicado. Muchos mambises y españoles murieron, también las mujeres, niños y ancianos de la impedimenta junto a campesinos reconcentrados fuera de sus comarcas.

Hoy los conquistadores ibéricos fueron reemplazados por cubanos indignos, que a nombre de una ideología, extorsionaron las mentes de muchos, mutilaron y mutilan a los hatueyes que levantaron sus voces y manos contra la dictadura.

Conocí de hogueras dentro de los cañaverales para matar a opositores; de fusilamientos a lo largo y ancho del país; de torturas y asesinatos en las cárceles; mujeres en cámaras frías; disparos que cercenaron cuerpos o desbarataron testículos; de muertos asfixiados en una rastra sellada; de campesinos reconcentrados en el extremo occidental de la islas en los llamados pueblos cautivos, en represalia por ayudar a los alzados contra el régimen.

No se me olvidan los niños, mujeres y hombres, que murieron cuando hundieron el remolcador en que pretendían huir del país; los jóvenes de Hermanos al Rescate desintegrados por cohetes en el aire en aguas internacionales; el hostigamiento y represión en las calles contra las Damas de Blanco que marcharon por la liberación de sus familiares y lo siguen haciendo por la libertad del país sin miedo a morir sospechosamente como su líder en un hospital; los opositores pacíficos acosados y detenidos por breve tiempo después de ser golpeados y hasta uno de ellos muerto en un parque villaclareño; las muertes de presos políticos en huelgas de hambre y el asesinato del líder y un miembro del Movimiento Cristiano Liberación en un montaje falso de accidente automovilístico.

Tampoco se me olvidan muchas cosas más, pero es imposible relatarlas en unas líneas. Pero me causa un gran dolor ver mentes infantiles mutiladas repitiendo como loros el eslogan de turno bajo una pañoleta, jurando ser -quizás sin saberlo- como un hombre cruel y asesino.

Cuando creí conocerlo todo me quedaban cosas por aprender. Vi encarcelados a opositores tan pacíficos, como lo fueron nuestros indios y esclavos; periodistas que se atrevieron a pensar independientemente; a poetas que se negaron a ir al mismo cielo que el opresor; a médicos, enfermeras y personal sanitario combatiendo el ébola en África sin derecho a retornar a la isla si contraían la enfermedad, utilizados como propaganda de la tiranía.

Experimento el ser hijo de un pueblo esclavo que ante el látigo castrista se niega a desaparecer como los indios y cimarrones. Pero al agudizar mi vista, veo a traidores que complacen a la tiranía para mantener su “modus vivendi” y que ésta sobreviva aunque el pueblo quede castrado o exterminado.

Pero todos los patriotas y mártires con pupilas dilatadas por el fuego que se dispone a devorarlos, no renuncian al mito de Hatuey.

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Castro y Chávez, criminales transnacionales
Apr 9, 2023

Mi desconocido, pero apreciado y respetado amigo, Américo Darío Gollo Chávez, un venezolano que honra el gentilicio, tiene la opinión de que los tiranos solo mueren cuando sus obras desaparecen, en consecuencia, Fidel Castro y Hugo Chávez, están vivitos y coleando como popularmente se decía en la Cuba que perdimos, por solo hacer referencia al nefasto legado de dos sujetos que además de destruir a sus países de nacimiento, perjudicaron seriamente el resto del hemisferio. 

Para desgracia de venezolanos y cubanos, esos dos opresores se apropiaron de ambas naciones con la complicidad de amplios sectores de la población gracias al encanto que ejercieron sobre muchos de sus compatriotas, logrando, como consecuencia, un alto nivel de servidumbre, lo que hizo posible unos regímenes de gran capacidad destructiva.  

Lo primero a afirmar sobre Castro y Chávez, es que traicionaron a sus respectivas naciones. Fueron crueles hasta con sus partidarios y brutalmente feroces con sus opositores, demostrando una incapacidad absoluta en la generación de riquezas, aunque contaron con poderes absolutos en la gestión económica. 

Los regímenes que impusieron fueron un rotundo fracaso, con la excepción de su sobrevivencia y el hecho de haber extendido sus maléficas propuestas, a otras naciones como Bolivia, Nicaragua y en su momento, al Ecuador de Rafael Correa.    

Fidel Castro entregó la Isla a la extinta Unión Soviética por más de treinta años, convirtiendo al país en un satélite de Moscú y así recibir los subsidios necesarios que le permitirían perpetuarse en el poder, e imponer un sistema de control sin precedentes en el hemisferio.  

La dependencia de Moscú se institucionalizó en la Constitución de 1976, que, en su Preámbulo, decía, “Apoyado…en el internacionalismo proletario, en la amistad fraternal y la cooperación de la Unión Soviética y otros países socialistas y en la solidaridad de los trabajadores y pueblos de América Latina y el mundo” y se concretó con el absoluto respaldo a las incursiones imperialista del Kremlin, particularmente África y Afganistán. 

Fidel Castro, copió al detalle del modelo soviético y hasta corrigió algunas debilidades de este, haciendo que el totalitarismo establecido en la Isla fuera mucho más férreo que el de la metrópoli, como afirman ciudadanos que residieron en los dos países.   

Por su parte Hugo Chávez, otro depredador, traicionó a su país sometiéndolo ciegamente a la voluntad imperial de Fidel Castro. Venezuela, se transformó en una especie de provincia de Cuba, sin dudas, la más rica, que proveía al despotismo insular de los bienes necesarios que era incapaz de producir. 

El legado de Chávez es tan devastador, quizás más, por las amplias riquezas del país sudamericanos, que el de los hermanos Castro. El militar golpista quebró el ritmo institucional que el país había asumido en 1958, e incentivo la corrupción gubernamental a cotas inimaginables. Despilfarró miles de millones de dólares, empobreciendo a unas de las naciones más ricas del hemisferio. 

Aun aquellos que muestren simpatías hacia Hugo Chávez y Fidel Castro, si les resta un mínimo de sentido común, deben concluir que ambos mandatarios fueron nefastos para sus países con independencia de la justicia que pudieran implicar sus propuestas políticas y sociales, las que enarbolaban mientras manipulaban y reprimían a la población.  

Tal y como apunta el amigo Gollo Chávez, los regímenes de ambos autócratas les han sobrevivido, agrego, en las personas de otros dos incapaces, Nicolás Maduro y Miguel Díaz Canel, cuya gestión es tan precaria como la de sus antecesores, llevando a no pocas personas a olvidar quienes fueron en realidad los constructores de esas dictaduras, responsabilizando a los actuales déspotas de los crímenes del presente y también de los del pasado. 

Hay que trabajar intensamente para que Fidel Castro y Hugo Chávez no se transformen, gracias a la gestión de sus admiradores, en dioses benefactores cuyos discípulos no fueron capaces de interpretarlos correctamente, algo que podría ocurrir con Daniel Ortega en Nicaragua y Evo Morales en Bolivia, dos subproductos del castro chavismo. 

Castro y Díaz Canel, Chávez y Maduro, son géneros lógicos de propuestas ideológicas y políticas que a través de la historia han resultado en fracasos, no solo por su intrínseca maldad y desconocimiento de la condición humana, además de que su implementación obliga a un control social que violenta los más elementales derechos de las personas.