El régimen cubano continúa aplicando medidas antipopulares que agravan las condiciones de vida de la población. Recientemente, la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba S.A. (ETECSA) implementó una nueva medida que ha generado un profundo malestar y rechazo entre amplios sectores de la sociedad cubana.
Estas decisiones unilaterales, adoptadas sin ninguna consulta popular previa, implican un aumento significativo en las tarifas y cambios en las condiciones de acceso a los servicios de internet y telefonía móvil, limitando el acceso de más del 90% de la población a estas plataformas.
Bajo el pretexto de una supuesta necesidad financiera para mejorar los servicios, el gobierno ha impuesto esta medida abusiva, que rápidamente ha provocado una fuerte reacción ciudadana. Para gran parte de los cubanos, especialmente obreros, estudiantes y personas con bajos ingresos, los precios elevados de la telefonía y los datos móviles representan una carga económica considerable, sobre todo en un contexto donde los salarios promedio son insuficientes.
Las muestras de indignación y rechazo no se han hecho esperar: denuncias en redes sociales, protestas estudiantiles, foros y comentarios expresan la preocupación por el impacto de esta medida en el acceso a la información, la comunicación con familiares dentro y fuera del país, así como en el desarrollo profesional de jóvenes y trabajadores que dependen del internet. Uno de los aspectos más criticados por la población es la falta de alternativas realesya que ETECSA mantiene el monopolio de las telecomunicaciones.
Para muchos, esta medida impopular y abusiva busca limitar el uso de las redes sociales por parte de los cubanos, dado su papel fundamental como medio de denuncia frente a la brutal política de la dictadura, así como un intento desesperado del régimen por obtener divisas a costa del pueblo y sus familiares en el extranjero.
Este control casi absoluto ha generado una sensación de impotencia entre los usuarios, quienes perciben que sus quejas rara vez generan cambios efectivos en la política de la empresa. La implementación de esta medida, en medio de una crisis económica profunda, agrava aún más el descontento social.
Para la mayoría de los cubanos, el acceso a la información y la conectividad ha pasado de ser un lujo a una necesidad básica, especialmente para las familias que dependen del contacto con el exterior.
Publicado originalmente en la edición 203 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano.
Abordar hoy el impacto de la crisis alimentaria en la tercera edad en Cuba implica enfrentar una realidad marcada por desafíos cotidianos, incertidumbre y una profunda vulnerabilidad. Las personas mayores en la isla, que ya tienen necesidades especiales de salud y nutrición, se ven aún más afectadas por la creciente escasez de alimentos básicos, un problema que se ha agravado en los últimos años debido a la incapacidad del régimen para garantizar la alimentación de su población.
Con más de 2,4 millones de personas mayores —cerca del 23% de la población oficial— este grupo es especialmente vulnerable ante la escasez y el encarecimiento de los productos esenciales. Para ellos, las dificultades no solo se traducen en largas colas y esperas agotadoras, sino en una desprotección nutricional que impacta de manera severa su salud. Muchos ancianos viven solos o dependen de pensiones bajas que no alcanzan para comprar los pocos alimentos disponibles, cuyos precios se han disparado.
Estas carencias generan un deterioro físico progresivo que se manifiesta en pérdida de peso, debilitamiento muscular, fragilidad ósea y mayor riesgo de enfermedades crónicas. A esto se suma un estrés psicológico constante, ansiedad y un sentimiento de abandono que se intensifica ante la imposibilidad de acceder a alimentos básicos.
La situación empeora por la falta de apoyo real de las instituciones de Seguridad Social, que ofrecen cantidades insuficientes y productos debaja calidad para las necesidades de la tercera edad.
Fuentes cercanas al sistema estatal de racionamiento indican que el Estado solo logra cubrir aproximadamente el 30% de las necesidades nutricionales de los adultos mayomayores, obligándolos a depender de la solidaridad comunitaria, la ayuda familiar o, en el peor de los casos, a saltarse comidas o mendigar en las calles.
Durante 2024 y la primera mitad de 2025, este panorama se ha vuelto aún más crítico: un 96,9% de los ancianos encuestados por organizaciones no gubernamentales y civiles reportan haber perdido acceso a alimentos debido a la inflación descontrolada y la caída del poder adquisitivo.
Esta realidad los mantiene totalmente vulnerables y desvalidos . Según estos informes, siete de cada diez cubanos han tenido que dejar de desayunar, almorzar o cenar por falta de recursos. Frente a esta dramática realidad, la buena voluntad del pueblo cubano se ha levantado frente a la indiferencia del régimen.
Surgen estrategias de resistencia como la solidaridad para compartir alimentos y la organización de redes de apoyo barriales, que funcionan como paliativos, pero no alcanzan a resolver la emergencia alimentaria. Nuestros ancianos mueren de hambre, y esta es una responsabilidad directa.
Publicado originalmente en la edición 203 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano.
Mientras el Gobierno cubano reprime a opositores y defensores de los Derechos Humanos, Europa observa. La Unión Europea (UE) insiste en mantener en pie el Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación entre la unión de naciones europeas y Cuba, así lo ratificó la alta representante de la UE para asuntos exteriores y política de seguridad Kaja Kallas, durante el debate efectuado en el Parlamento Europeo sobre los Derechos Humanos en Cuba.
Un debate del que la embajada cubana ante la UE tomó nota. El debate se llevó a cabo en un complejo contexto, justo unos días después de que le fuera revocada la libertad condicional a José Daniel Ferrer y Félix Navarro.
La posición europea ha generado descontento entre muchos opositores e integrantes de la sociedad civil independiente, pero lejos de quedarse detrás de la barrera observando los toros, las organizaciones han reaccionado y han hecho llegar varias cartas y comunicados al ente legislativo del Viejo Continente.
Recientemente un grupo de organizaciones vinculadas a la asociación española Raíces de Esperanza hizo llegar una carta al Parlamento europeo pidiendo que se tenga en cuenta a la sociedad civil cubana ante cualquier diálogo que sostenga Europa con el Gobierno de la isla.
Unos días después representantes del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) y del Partido Democratacristiano de Cuba se reunieron con algunos parlamentarios europeos y dejaron un mensaje claro, la sociedad civil cubana está preocupada por la posición europea ante la situación en Cuba.
Por otra parte, la directora ejecutiva de Ciudadanía y Libertad Carolina Barrero comenzó una gira por varias capitales europeas para explicar la importancia de que la sociedad civil cubana sea reconocida por los países de Europa.
La activista también pretende durante su recorrido, que incluye Bruselas, explicar el entramado legal que impide que las organizaciones opositoras sean reconocidas por el Gobierno cubano. Mientras tanto, el régimen se mantiene en silencio, pero mueve sus cartas.
La presentadora del programa televisivo oficialista Con filo, Gabriela Fernández, realiza una gira por España llevando el mensaje del Gobierno cubano, que no por gastado deja de tener adeptos. El 9 de mayo un nuevo grupo de médicos cubanos llegó a la región italiana de Calabria, es válido recordar que el gobierno no solo usa a los médicos como una fuente de divisas, también hace diplomacia y vende el discurso solidario.
Esto evidencia que este ha decidido hacer diplomacia por su parte y sin dar la cara, un método que al parecer considera más efectivo, sobre todo si se tiene en cuenta que tiene todas las de perder; pues el Estado no tiene intenciones de respetar los derechos humanos y menos de reconocer de manera oficial a la oposición.
Todo esto sucede mientras el gobierno estadounidense aplica medidas más fuertes contra el régimen de La Habana. Lo que puede llevarnos a pensar que Europa pretende seguir haciendo el papel de policía bueno, un rol que no es efectivo con el Gobierno, cuyo principal interés es mantenerse en el poder sin importarle la postura de la comunidad internacional y mucho menos los derechos humanos del pueblo.
Publicado originalmente en la edición 237 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa
Resulta incómodo y molesto que quienes no son capaces de garantizar el alimento del pueblo tengan la moral de regañar a quienes hoy llevan a la mesa de los cubanos un plato de comida, a los campesinos cubanos.
El discurso de Miguel Díaz Canel en la clausura del XIII Congreso campesino se convirtió en el escenario usado por el mandatario para regañar a los campesinos y pedirles que produzcan más, obligándolos prácticamente a garantizar la alimentación de una población de más de diez millones de habitantes, cuya responsabilidad es del régimen.
Tras expresar que "hay mucha tierra por cultivar", Díaz Canel, responsabilizó a los campesinos de la baja producción de alimentos y de no emplear de forma efectiva las tierras en usufructos, olvidando la obligación del gobierno con el aseguramiento de los recursos que requieren los productores para garantizar las cosechas, recursos de los que nada se habló en la cita campesina.
Esta declaración del "puesto a dedos", ignoró los problemas estructurales que afectan al sistema agropecuario cubano, como son el acceso a los insumos, tecnologías y falta de autonomía los campesinos. Durante su discurso el tono resultó evasivo, evitando en todo momento reconocer el compromiso del estado en este problema.
De igual manera, criticó a los intermediarios, a quienes culpó de encarecer los precios de los alimentos agrícolas, pero olvidó reconocer que es el propio estado el que controla esta cadena de distribución y que a través de las Empresas de Acopio roba al campesino y le impone precios de compraventa abusivos, para luego especular con estos precios al vender en sus redes de mercados.
Tampoco reconoció, que el intermediario es el resultado de las amargas experiencias que tienen los campesinos, con los prolongados impagos que sufren durante meses, cuando deciden vender sus producciones al estado y que por ello prefieren vender a estos nuevos comerciantes que le pagan al momento.
Una vez más el régimen cubano trata de echar su falta de gestión sobre los campesinos cubanos. Haciendo uso del viejo discurso sobre la ley de reforma agraria y la entrega de la tierra a los campesinos, "como un acto noble del gobierno revolucionario", el mandatario trató de manipular el corazón y la nobleza de los hombres y mujeres del campo.
Tales palabras sólo han provocado el malestar de los campesinos cubanos, para quienes alimentar al pueblo no resulta fácil, por las tantas carencias. Muchos catalogan el discurso oficialista como una forma irónica de pedir favores con escopetas.
Publicado originalmente en la edición 202 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano.
Una celebración es siempre motivo de alegría, pues nos recuerda fechas significativas que honran personas o acontecimientos que apreciamos. Este 20 de mayo, los cubanos conmemoramos el Día de la Patria, una fecha que rememora aquel esperado 20 de mayo de 1902, cuando, tras décadas de lucha, la bandera cubana ondeó libremente en el Castillo del Morro y se proclamó oficialmente la República de Cuba.
El sueño republicano de José Martí se hacía realidad. Aunque la República nacía con limitaciones políticas propias de su época, el ideal democrático del Apóstol comenzaba a concretarse. Durante los siguientes 58 años, los cubanos vivieron periodos de gobierno donde el derecho a intervenir y decidir sobre asuntos nacionales no era un delito, sino un derecho fundamental. Si en algún momento ese derecho fue violentado, ocurrió bajo regímenes dictatoriales, como el de Gerardo Machado, aunque esos fueron episodios excepcionales y no la norma de la República.
Por eso, en una fecha tan emblemática no podemos olvidar a Martí, cuyo ideal de una república inclusiva, con justicia para todos, ha sido sistemáticamente violado por el régimen comunista desde 1959 hasta la actualidad. Para Martí, la república democrática debía ser inclusiva, garantizando libertades y derechos plenos al servicio de todos los cubanos, donde cada ciudadano pudiera ejercer su derecho y libertad de manera plena.
Su concepto de patria dista mucho del que utilizan los gobernantes corruptos, quienes se es cudan en ese nombre para oprimir al propio pueblo. “Patria es humanidad, es aquella porción de la humanidad que vemos más de cerca, y en que nos tocó nacer; y ni se ha de permitir que con el engaño del santo nombre se defienda a monarquías inútiles, religiones ventrudas o políticas descaradas…”, sentenció Martí.
Esta es la verdadera naturaleza de la patria, un llamado a enfrentar a quienes la usan para fines mezquinos y personales. “Patria es ara, no pedestal”, afirmó en otro momento. Hablando del compromiso que tienen los cubanos con la defensa de la patria conquistada aseguró: “Ni hay hombres más dignos de respeto que los que no se avergüenzan de haber defendido la patria con honor: ni sujetos más despreciables que los que se valen de las convulsiones públicas para servir, como coqueta, su fama personal o adelantar, como jugadores, su interés privado.”
La oratoria martiana fue precisa y clara, la patria que nos quieren vender y que nos piden defender no es la de todos los cubanos, es la que han dibujado los gendarmes del poder político, la que les sirve mantener, porque representa sus intereses personales.
La patria que los cubanos exigen es la que prefiere y defiende el bien de muchos ante la opulencia de unos pocos. Como dice un buen cubano, nos quieren llenar la vasija solo con espuma, con un líquido sin sustancia, sin dejar espacio a aquello que realmente nos dignifica y nos hace verdaderamente humanos.
Publicado originalmente en la edición 202 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano.
El mandatario estadounidense Donald Trump y su gabinete han puesto al mundo en vilo más de una vez desde el ascenso al poder de este el pasado 20 de enero. La llamada guerra de aranceles ha llenado titulares durante semanas en la prensa de todo el planeta. Sin embargo, las gestiones diplomáticas de Trump y su equipo no se han quedado atrás y se ha involucrado en los conflictos más importantes del momento en la escena internacional, como el ucraniano.
El “ogro guerrerista del norte” actúa como mediador entre Rusia y Ucrania y después de varios encuentros del enviado especial de la Casablanca Steve Witkoff con el presidente ruso Vladimir Putin, finalmente ambas partes sostuvieron conversaciones directas en Estambul, Turquía.
Si bien no se llegó a acordar el cese de las hostilidades, las delegaciones de los dos países en conflicto acordaron un importante intercambio de prisioneros, así como la valoración de un alto al fuego y de una posible reunión entre Putin y el presidente ucraniano Volodimir Zelenski.
Algo que hasta el momento no se había logrado desde el comienzo de la invasión rusa en el 2024. Por otra parte, el Secretario de Estado Marco Rubio y el vicepresidente JD Vance jugaron un papel fundamental para detener la escalada entre Pakistán y la India.
Las dos potencias nucleares retomaron un conflicto latente por décadas en la región de Cachemira tras un atentado que mató a 26 turistas en la parte India. Ante el aumento de la intensidad de los combates ambos funcionarios sostuvieron conversaciones con los gobiernos de los dos países, logrando un alto al fuego inmediato. Si eso no es un logro está bien cerca de serlo, porque de desatarse una guerra entre las dos naciones el mundo hubiera estado de nuevo al borde de una guerra nuclear.
Recordemos que tras la invasión rusa en 2022, el presidente Putin puso en disposición combativa las armas nucleares del gigante eurasiático. Pero la cosa no para ahí, luego de fuertes tensiones con Irán por el programa nuclear del país persa, el presidente estadounidense optó por el diálogo.
Desde entonces se han llevado a cabo varias rondas de conversaciones con la mediación de Omán. La actividad diplomática del gobierno de Trump no se limita solo al tema bélico, después del anuncio que desató la tan sonada “guerra de aranceles”, su gabinete ha sostenido diálogos con China, la Unión Europea y Canadá.
Todo parece indicar que diálogo es la palabra de orden por estos tiempos en el gobierno de Trump. Más allá de lo que digan los tambores mediáticos de la prensa cubana y sus socios enfrentados al “ogro guerrerista del norte” y sus aliados.
Publicado originalmente en la edición 237 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa
La aguda crisis económica que atraviesa el país ha desembocado inevitablemente en una crisis social que se manifiesta en la pérdida de valores en la sociedad, sin embargo, la solución de las autoridades no ha sido trabajar por restablecer esos valores. Sus esfuerzos se han enfocado en reprimir a quienes abogan por una Cuba mejor.
Los informes de varias organizaciones defensoras de derechos humanos, tanto cubanas como extranjeras, han reflejado un incremento de la represión en los últimos tres meses, por lo que la afirmación no nace de la nada.
El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) reportó que durante el mes de abril ocurrieron en Cuba 322 acciones represivas. Esa misma entidad documentó en el mes de marzo 283 hechos de ese tipo a lo largo de todo el país, sin embargo, en los meses de enero y febrero las cifras fueron muy inferiores, 152 y 139 respectivamente.
Esto significa que en el mes de abril se llevaron a cabo 31 hechos represivos más que en los dos primeros meses del año, según el OCDH. Por su parte, el Observatorio Cubano de Conflictos detectó que en el mes de febrero habían ocurrido en el país 67 acciones represivas, pero en el tercer mes del año la cifra se elevó a 115, y para el cierre del mes de abril a 169. Como hay cosas que funcionan de manera proporcional en este mundo, esa misma organización reportó un incremento de los actos de protesta en la isla que culmina con un pico de 799 en el mes de abril, en marzo el mismo Observatorio había detectado 683 hechos de ese tipo en todo el país.
Varias organizaciones internacionales también alertaron sobre esta situación. El 3 de abril Prisoners Defenders emitió un comunicado en el que denunciaba que más de 100 personas habían sido detenidas en Santiago de Cuba para impedirles recibir ayuda humanitaria de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), dirigida por José Daniel Ferrer.
A finales de ese mismo mes el propio Ferrer y Félix Navarro fueron citados por los tribunales que atendían sus casos, ambos se encontraban en libertad condicional tras el acuerdo alcanzado entre la iglesia católica y el Gobierno cubano para la excarcelación de 553 personas privadas de libertad.
Finalmente, el día 29 de ese mismo mes en un aparatoso operativo los dos reconocidos opositores fueron apresados y les fue revocada la libertad condicional. La Unión Europea, el Gobierno de los Estados Unidos y un número importantes de organizaciones cubanas y extranjeras criticaron la encarcelación de José Daniel Ferrer y Félix Navarro, desde la fecha hasta hoy se han hecho varios reclamos por su liberación.
El último firmado por más de 40 organizaciones cubanas y extranjeras. Pero hay otros casos, el último de ellos realmente doloroso, la madre del periodista independiente y escritor José Gabriel Barrenechea Chávez, preso por participar en una protesta, falleció sin que las autoridades le permitieran ver a su hijo por última vez.
Publicado originalmente en la edición 236 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa
Silenciar a los medios de prensa puede ser una tarea fácil, sobre todo si esos medios le pertenecen a un Gobierno o si este ejerce un férreo control sobre ellos para que publiquen solo lo que va en favor de sus intereses. Pero lo que no puede hacer ningún Gobierno es evitar que esa verdad salga a relucir.
En ese sentido, el recién publicado ranking de Reporteros Sin Fronteras sobre la libertad de prensa a nivel global, deja en evidencia no solo al régimen cubano, también a varios de sus aliados. En el mencionado ranking la isla ocupa el lugar 165 entre 180 países.
Pero por si eso no fuera suficiente, sale a relucir el ‘dime con quién andas y te diré quién eres’. Venezuela, Nicaragua, México y Honduras, fuertes aliados del Gobierno cubano en la región, ocupan los puestos 160, 172, 124 y 142, respectivamente.
Si nos trasladamos hacia el otro extremo del mundo, los principales socios asiáticos del Gobierno de La Habana no se encuentran en una posición mucho más ventajosa. China aparece en el lugar número 178, Vietnam en el 173 y Corea del Norte en el 179.
Rusia y Bielorrusia, por su parte, ocupan los puestos 171 y 166. Sin embargo, un grupo de países del demonizado y tan criticado Occidente están en los primeros lugares en cuanto a libertad de prensa en el ranking de Reporteros sin Fronteras.
Noruega, Países Bajos, Suecia, Finlandia, Irlanda, Portugal, Dinamarca y Suiza están entre las 10 naciones con mejor puntuación según la ONG. Por si fuera poco, dos países del extinto bloque socialista, Estonia y la República Checa, completan esa lista.
¿Es casualidad? Pues no, si usted busca información en internet sobre la oposición en China, Rusia, Vietnam, Corea del Norte o Bielorrusia la información que encontrará será poca o nula. Eso demuestra el silencio al que están sometidos los sectores opositores en esos paladines de los derechos humanos que no dudan en señalar a otros gobiernos como violadores de estos derechos, y expertos en reprimir y restringir libertades. Pero la cosa no para ahí.
El pasado sábado 3 de mayo, Día Internacional de la Libertad de Prensa, el gobierno nicaragüense decidió retirarse de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura ( UNESCO). ¿El motivo? La UNESCO entregó a un diario opositor, el periódico La Prensa, el Premio Guillermo Cano a la libertad de prensa, un hecho que el canciller de ese país catalogó casi como una agresión contra Nicaragua. En fin, que el gobierno de La Habana, al igual que sus socios, podrán silenciar a la prensa, pero a la verdad no la pueden silenciar ni vencer.
Publicado originalmente en la edición 236 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa