Cuando se llega a cierta edad en la vida y los sueños no se han podido cumplir, la frustración llega y la vida pierde el sentido real y con ello el hombre vive movido por las circunstancias, en un estado de total enajenación, donde todo llega a perder su significado. Esta es la cruda realidad que enfrentan los cubanos.
El fracaso de los paquetes de medidas económicas aplicados por el régimen, en un intento por salvar un sistema político ya colapsado, ha convertido la vida cotidiana en un calvario, especialmente para nuestros jóvenes. Condenada a una existencia de pocas opciones, la juventud cubana sufre con impotencia, sin vislumbrar mejoras en el horizonte.
Las calles de nuestros pueblos y ciudades son testigos silenciosos de una generación sin futuro, que carga sobre sus hombros el peso de una vida miserable impuesta durante años y que ya no está dispuesta a aceptar. Si hay droga en nuestras calles que se lleva vidas jóvenes, no puede combatirse únicamente en los tribunales; es el reflejo de la desesperanza y la mutilación de los sueños. Culpar y condenar a un joven a prisión por reclamar sus derechos es absurdo, porque los seres humanos responden a los estímulos de su entorno.
El pensamiento humano está condicionado por la realidad en la que se vive, y eso eses precisamente lo que expresa nuestra juventud: el reflejo de su tiempo. Para quienes ya hemos vivido algunas décadas, resulta difícil soportar la carga que significa vivir en Cuba. Para los jóvenes entre 18 y 30 años, que apenas comienzan a vivir, esa carga es aún más pesada.
No podemos culparlos por su rebeldía; han sido empujados a ella. Son esos jóvenes los que hoy claman por el cambio, los que protagonizaron el 11 de julio, los que permanecen en la cárcel, porque en ellos está el temple y el coraje de querer cambiar para poder vivir como seres humanos y cumplir sus sueños.
No podemos seguir creyendo que la juventud cubana está perdida, como algunos pesimistas quieren hacer ver, nuestros jóvenes son preciosos, lo que sucede es que han sido sacrificados en el altar de un sistema político que precisa de sacrificios para poder mantenerse en el poder y que sabe que la juventud está despertando del letargo de décadas de manipulación y engaños.
Cada vida joven que hoy sobrevive a una existencia brutal, impuesta en contra de su voluntad, no es motivo de crítica, sino de reflexión. Son el reflejo de lo que vivirán nuestros niños, si el actual escenario político de Cuba no sufre un cambio urgente.
Publicado originalmente en la edición 206 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano.
En medio de la crítica situación económica que atraviesa el país llegan noticias sobre posibles soluciones a problemas, como el del transporte público, que pudieran ser risibles. Por ejemplo, el Ministerio de Transporte, con el acompañamiento de los medios oficialistas, anunció que 100 microbuses reforzarán la transportación en seis provincias cubanas.
En primer lugar, cada uno de esos vehículos tiene capacidad solo para 14 pasajeros; en segundo, las provincias en cuestión agrupan una población de 5 311 126 habitantes.
En el tema del transporte hay más tela por donde cortar, las motos eléctricas se han convertido en otra alternativa con líneas de taxis incluidas, en un país en el que es más el tiempo que la población pasa sin servicio eléctrico que con él.
No es por redundar, pero en ese sentido en medio del déficit energético que atraviesa la nación cada vez son más los vehículos de este tipo que circulan por las calles, irónicamente vendidos en dólares como parte de una estrategia para recaudar divisas.
¿La ganancia y los beneficios para el pueblo cuáles son? ¿Más apagones? Por otra parte, las familias cubanas que dependen del gas licuado para la cocción de alimentos llevan más de un año sufriendo los atrasos en la distribución de ese combustible. Con el último barco que entró al país ni siquiera se pudo recuperar el atraso existente y la mayoría de los clientes desde el pasado año no pueden adquirir un cilindro de gas licuado, en el tiempo establecido en el contrato firmado con la Empresa del Gas.
Para colmo, hasta que el Gobierno no tenga el dinero para pagar al proveedor no se puede descargar en puerto cubano un barco que según informó el Misterio de Energía y Minas, se encuentra en las aguas territoriales del país.
Esto, sumado a los cortes de electricidad que llegan a superar los 20 diarios, ha obligado a muchas personas a depender del carbón vegetal para cocinar, un producto que el Gobierno tiene como exportable y por el cual las familias cubanas deben pagar en ocasiones más de 2 000 pesos, cuando el salario promedio, según la Oficina Nacional de Estadísticas e Información, es de 6 500 pesos, una cifra risible con los precios actuales.
Pero si queremos hablar de cosas descabelladas cerremos con el deporte nacional, hace dos años la Serie Nacional de Béisbol y la Liga Élite, los principales torneos domésticos, se juegan a estadio vacío; no porque a los cubanos les haya dejado de gustar la pelota, sino porque los juegos se disputan en horarios laborables, de 10:00 de la mañana a 2:00 de la tarde. El pensamiento oficialista está distorsionado y lleva al país en caída libre por un barranco.
Publicado originalmente en la edición 240 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa
La historia de la prensa independiente en Cuba es digna de escribirse. Mucho se reñirá por su nacimiento, pero lo único cierto es que el futuro de la Isla depende de ésta. En 1959, con la llegada de los guerrilleros liderados por Fidel Castro al poder, luego de una guerra de tres años, una de las primeras estrategias para consolidar el mando del país fue suprimir la prensa que no sirviera a sus intereses.
Fueron intervenidos y confiscados todos los medios de prensa escrita y radial y la televisiva se unificó, bajo la dictadura de comandantes y capitanes del Ejército Rebelde que pasaron a desempeñar cargos de funcionarios. A partir de ese momento, los medios informativos se volvieron canales de propaganda, utilizados por Fidel para adueñarse no solo de la opinión política internacional; también los cubanos oyeron por décadas una sola voz, una solo opinión, un solo punto de vista.
Era imposible saber la verdad por esos años. El mundo solo sabía de Cuba que era faro y guía de América, y muchos movimientos sociales y populares se gestaron siguiendo las directrices del Gobierno de La Habana. Pero fue en 1988, con la creación del Comité de Derechos Humanos creado por Ricardo Bofill y un grupo de patriotas, que comenzaron a salir al exterior noticias de violaciones a los Derechos Humanos que el régimen cometía pero era de desconocimiento público.
Tania Díaz Castro, una periodista de larga data ya fallecida, dijo en una ocasión que cuando se creó el Comité de Derechos Humanos, a los pocos días en un discurso del 26 de Julio, Fidel dijo que “por ahí había aparecido un partido de bolsillo y que nos aplastarían como cucarachas”.
En su apartamento se reunían y le dictaban las notas que ella enviaba al exterior para que publicaran. De acuerdo con la difunta periodista, Ricardo, el doctor Samuel Martínez Lara, Pablo Yabre, Rodolfo Rivero Caro, Rolando Cartaya y ella, crearon la prensa independiente sin darse cuenta.
Y a pesar de que les cortaban el teléfono, iban a casa de las amistades y citaban las noticia. Nada los detuvo. Precisamente por eso consideró que fue una lucha muy dura, ya que permanecían asediados por la policía política, amenazados.
Todos fueron a prisión o al exilio, y según sus palabras, “otros siguieron el camino”. La creación de periódicos y sitios web de noticias por periodistas independientes dentro de Cuba se convirtió en objetivo, y en la Primavera Negra de 2003, de los 75 sancionados a largas penas de cárcel el número de periodistas independientes ascendió a 27.
Hoy, muchos sitios de Internet trabajan las 24 horas con periodistas que viven en Cuba para mostrar la realidad que los medios informativos oficiales, únicos permitidos, no muestran. Ineludiblemente el futuro pertenece a la prensa libre, porque cada día más la gente del pueblo busca la verdad, porque la que muestra el periódico Granma les resulta imposible de digerir.
Publicado originalmente en la edición 257 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero.
El comienzo de la Operación León Naciente por parte de Israel el pasado viernes, a puesto al mundo en vilo. Aviones israelitas bombardearon objetivos militares y del programa nuclear iraní en Teherán y otras ciudades del país persa. Acciones a las que el gobierno iraní respondió lanzando un ataque con misiles y drones contra el país hebreo. El hecho detuvo en seco las conversaciones entre los Estados Unidos e Irán para llegar a un acuerdo sobre el mencionado programa, que se llevaban a cabo en Omán.
Como era de esperar, el presidente Donald Trump no abandonó a su aliado y apoyó las acciones del gobierno israelita. No se puede olvidar que recientemente el gobierno iraní había advertido que de ser necesario desarrollaría armas nucleares y no había dudado en amenazar con usarlas contra sus enemigos, entiéndase por ello, contra los Estados Unidos e Israel. En medio de la escalada bélica el gobierno iraní continuó amenazando a otras naciones y anunció que se adjudicaba el derecho de atacar las bases militares en la región de cualquier país que apoyara a Israel.
Para colmo, el miércoles un misil iraní impactó cerca de la embajada estadounidense en Tel Aviv, la capital israelita, causando daños menores en el inmueble. Mientras tanto, Trump valora si los Estados Unidos intervienen directamente en el conflicto.
Por su parte, el líder supremo iraní Alí Hoseiní Jamenei amenazó a los Estados Unidos y a Israel con consecuencias irreparables si los Estados Unidos lanzaban un ataque directo contra su país. Pero el problema no queda ahí, los hutíes yemenitas no han perdido la oportunidad para atacar Israel y organizaciones terroristas como Hamas y Hezbolá no han dejado de existir.
De hecho, el conflicto entre Israel y Palestina está en activo. Volviendo a la advertencia iraní de atacar las bases militares en la región de cualquier país que apoyara a Israel de atacar las bases militares en la región. Si el ejército de Irán llegara a cumplir su amenaza, otros países pudieran entrar en el conflicto.
Por ejemplo, recientemente fue detectado un destructor de la armada británica en la zona y no se puede perder de vista que todos estos países cuentan con armas nucleares, menos Irán, al menos de manera oficial.
De momento nadie sabe cómo se desarrollarán los acontecimientos, lo cierto es que el conflicto pudiera extenderse e involucrar a otros países. No olvidemos que soldados de Corea del Norte intervienen en la guerra entre Rusia y Ucrania. Y el líder norcoreano no pierde oportunidad para mostrar músculo en cuestiones bélicas.
Publicado originalmente en la edición 239 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa
Llega un aniversario más de las protestas populares del 11 de julio, un día que ya, para siempre, será un hito en nuestra historia. Y a ese día yo lo llamaría el día de la verdad.
Fue el día que mostró la verdad de lo que quiere este pueblo, el día en que las voces pidieron a gritos un “cambio de sistema”, y se escuchó en todas partes “patria y vida” y “libertad”.
Porque es mentira que, como pueblo, queremos seguir viviendo bajo un régimen marxista-leninista, es mentira que, como pueblo, queremos prolongar esta llamada “Revolución” y ser “continuidad”.
Fue el día que mostró la cara real de los que ejercen el poder político sobre esta isla, el día en que se hizo evidente que esta “Revolución” no es “de todos y para el bien de todos”, no es para el pueblo sino contra el pueblo. Fue el día que mostró que los que ejercen el poder no están allí para escuchar y servir al pueblo sino para someterlo y usarlo como plataforma de una vida que no conoce límites, aunque el precio sea la destrucción del país y de las personas, cuya realidad no les importa.
Fue el día que mostró la sumisión obediente de aquellos que fueron capaces de reprimir y golpear, de agredir y encarcelar, personas que sufren las mismas penurias de los demás, las mismas escaseces y dificultades cotidianas del resto del pueblo, pero que en vez de unirse a los que clamaban libertad, prefirieron ser la mano dura de aquellos a los cuales deben una vida miserable, tal vez incluso la emigración de sus hijos, aquellos que los hacen vivir en el miedo y la amenaza.
Fue el día que mostró la fragilidad psicológica de tantos jóvenes: del servicio militar, de los Camilitos, Boinas rojas… a los cuales se les ordenó golpear a su propio pueblo, y que fueron incapaces de elegir una postura digna y decir: “Yo no haré eso”.
Fue el día en que mucha gente se rindió ante el miedo y las amenazas, ante la incertidumbre y las presiones, ante el abuso desmedido de poder y las exhibiciones de control y de fuerza de los órganos represivos.
Pero también, fue el día en que mucha, muchísima gente, se creció ante el miedo, el día en que tantos levantaron la cabeza con dignidad heroica y mantuvieron de mil formas diversas el “¡Basta ya!” que los impulsó a salir a las calles. Fue el día en que muchos asumieron los precios de decir la verdad y defender, para todos, la libertad, llevándose con ellos a las cárceles la dignidad de todo un pueblo.
Y fue el día de la esperanza, el día que nos demostró que el alma de este pueblo sigue viva, que el ansia de libertad no está vencida. Fue el día que mostró al mundo que la propaganda idealista ha sido mentira, y que Cuba es cárcel y no paraíso. Fue el día en que este pueblo demostró que puede unirse y levantarse, el día que nos confirma que somos capaces de encontrar una salida.
Vivimos en un país donde resulta imposible vivir, porque sencillamente nos han quitado ese derecho y nos han dejado a cambio solo dolor e impotencia. Impotencia de ver como nuestros hijos, padres y familia en general agonizan cada día como resultado de un sistema político fallido, que solo produce hambre, muerte y sufrimiento.
Un dolor difícil de mitigar porque cada día aparece con nuevas fuerzas, y es que esa es la naturaleza de esa vergüenza frustrante y decadente que se hace llamar revolución. Cada amanecer en la isla resulta difícil, es un reto diario por la supervivencia.
Rodeado por las carencias y necesidades sobrevivimos como el pobre náufrago que viaja cobre una frágil tabla, a riesgo de perecer en cualquier momento. Así es nuestra vida. En medio de esa infernal realidad para los cubanos resulta desafiante e insoportable superar y aceptar las burlas, engaños y humillaciones de los gobernantes de la isla, quienes viven en mansiones de lujos y viajan como turistas por todo el mundo, mientras que un pueblo se muere de hambre.
Esos que nos llaman a resistir porque para ellos no es difícil. Después de más de 60 años de promesas y mentiras expuestas en discursos vacíos y carentes de verdad, nada sucede, no hay una esperanza real de que las cosas cambien o mejoren. Permanecemos como el vigía del faro que no deja de mirar hacia el horizonte a la espera de algún barco.
A este mal gobierno corrupto y demagógico, que por desdicha nos ha tocado, es él y sus verdugos el único responsable del dolor que padecemos, de las lágrimas que vertimos y de la tristeza que soportamos. Ya no es el tiempo de callar y soportar como el indio o esclavo servil, es el momento de convertir ese dolor en motivo de batalla abierta y desafiante contra el gobierno dictador. Se avecina el 11 de julio, día significativo para los cubanos, el despertar de la conciencia y la rebeldía contra el régimen.
Si bien es cierto que muchos buenos cubanos permanecen tras rejas por su heroica participación en las manifestaciones ocurridas en esta fecha, quienes permanecemos fuera, no podemos dejar de seguir defendiendo nuestro derecho a un futuro más digno y mejor, es nuestro compromiso continuar la lucha por la reivindicación de nuestros derechos como hombres y ciudadanos. Está prohibido olvidar las heroicas jornadas del 11 de julio y la estoica posición de los jóvenes de San Isidro.
Publicado originalmente en la edición 204 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano.
Una vez más, el aparato mediático del régimen cubano intenta proyectar una imagen positiva ante la prensa internacional y la opinión pública, con el objetivo de ocultar la verdadera naturaleza de un sistema político fallido. El pasado 19 de junio, la televisión cubana transmitió una entrevista entre el presidente Miguel DíazCanel y el periodista brasileño Breno Altman, conocido por su cercanía a los regímenes de izquierda en América Latina.
Durante las dos horas de conversación, Díaz-Canel protagonizó un diálogo cargado de justificaciones y manipulaciones, en el que intentó victimizar al sistema cubano, recurriendo al bloqueo como el argumento tradicional para explicar la profunda crisis sociopolítica y económica que atraviesa la isla.
En su intervención reconoció la crisis del sistema Eléctrico Nacional, culpando al bloqueo de la falta de este servicio en la isla y dejando ver promesas de mejoras para el verano, promesas que ya muy pocos cubanos aceptan. De igual manera justificó con el bloqueo el desabastecimiento e incumplimientos de la entrega de los alimentos normados, argumento absurdo pero que al régimen le sirve para justificar el desabastecimiento oficial y el colapso de la producción nacional de alimentos.
En temas sensibles como la libertad de expresión y los presos políticos, abordó con extraordinario cinismo las respuestas, alegando que en la isla no hay presos políticos, sino comunes. Sobre este tema explicó que las manifestaciones que se han dado en la isla son hechos vandálicos que afectan la seguridad nacional, por lo que a ser juzgados los participantes se les condena no por oponerse al gobierno, sino por delitos comunes.
Una gran mentira quecontradice la presencia en las cárceles cubanas de más de 1000presos políticos o de conciencia. Al responder las críticas de la opinión pública internacional sobre la existencia en Cuba de una dictadura, Díaz Canel a modo evasivo comentó que no hay una dictadura en Cuba, sino una democracia, argumentos absurdos para más de 9 millones de cubanos que sufren cada día la violencia y represión del régimen comunista.
Durante el diálogo se puso de manifiesto la falta de respeto hacia la población cubana en lo referente al tema de la democracia en Cuba, donde una vez más utilizó la tradicional estrategia de cuestionar la democracia norteamericana. Al abordar este aspecto expresó que en Estados Unidos las personas van a las elecciones pero eligen a los candidatos de la elite, mientras que los cubanos eligen a sus candidatos, argumento absurdo para quienes conocemos que los diputados a la Asamblea Nacional, son elegidos por los gobiernos locales.
Otro de los momentos donde se pudo de manifiesto la hipocresía oficial del mandatario cubano, fue al abordar las medidas de ETECSA y su impacto social, expresando que ha habido diálogos con el pueblo sobre el tema y se vuelve a acusar a Estados Unidos de estar manejando los hechos.
Al abordar el tema de las protestas estudiantiles contra las medidas, habló que el propósito del imperio es que en Cuba se establezca el modelo neoliberal y se privaticen las universidades, privando al pueblo del acceso a ella, algo irónico y ofensivo para quien tiene a sus hijos estudiando en universidades extranjeras privadas y neoliberales. En síntesis la falacia oficial ya no sabe cómo manejar los descalabros y fracasos de su engendro político.
Publicado originalmente en la edición 204 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano.
El sistema de Salud Pública cubano ha sido utilizado por el régimen comunista con fines propagandísticos, pero también como fuente de ingresos monetarios. Las misiones médicas han resultado ser su pilar. Miles de galenos alejados de sus familias y en lugares recónditos de otras geografías trabajan por un salario 20 veces mayor que el que ganan los médicos en Cuba, pero cien veces menos que lo que pagan en realidad esos países por los servicios de un profesional de la salud cubano.
¿Cuántos médicos hoy prestan regularmente sus servicios fuera del país? Hasta marzo de 2024, la Unidad Central de Cooperación Medica UCCM contaba con 48 729 colaboradores en 63 países. Estos servicios que se conocen como misiones médicas incluyen el envío de profesionales sanitarios a naciones que lo solicitan al Gobierno cubano, por no contar con personal suficiente en situaciones regulares, o durante crisis sanitarias, como ha sucedido en la pandemia del coronavirus y en otras situaciones de desastres naturales.
Pero las quejas de los médicos por las condiciones de vida a que son sometidos en los países donde prestan servicios han trascendido en las redes sociales con testimonios de los doctores víctimas de estos programas de colaboración. La capital cubana es la provincia que más médicos aporta a las misiones en el extranjero.
De Arroyo Naranjo es la doctora Dayli Coro, quien le comentó a este reportero que el control por parte de los funcionarios de las embajadas y la dirección de las misiones, de la vida de los médicos, es una de las cosas que más les molestan a los galenos.
Dijo también que un incentivo para que ella aceptara salir de misión fue el salario, pues en Cuba ganaba el equivalente a 15 dólares mensuales y en Venezuela nada más en el primer año pasó a ganar 125 dólares, una diferencia notable. Esa cifra aumentó a 250 dólares en el segundo año y a 325 durante el tercer año.
Más tarde se enteró que su salario era de más de 2 000 dólares y el Estado cubano se quedaba con el resto. Aunque muchos médicos cubanos añoran ser elegidos para una brigada médica, todavía no se conocen las interioridades de esta experiencia. En el caso de Dayli, muchas veces se vio con un arma apuntándole la cara, con el objetivo de que salvara a un herido de bala.
La lista de médicos fallecidos en el cumplimiento de misiones en el extranjero es larga. El suceso de este tipo más mediático hasta el momento fue el asesinato de dos galenos secuestrados en Kenia, que permanecieron durante años en paradero desconocido.
El Gobierno cubano nunca se ha brindado a hablar de las cifras, en cambio con su cinismo habitual los llama “héroes de batas blancas”. Recientemente el gobernante Miguel DíazCanel los describió como “guardianes de la virtud humana”, un eufemismo que a la doctora Dayli Coro, y a los familiares de los tantos médicos fallecidos lejos de sus familias, les parece una infamia.
Publicado originalmente en la edición 255 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero.