Las violaciones a la libertad de expresión y prensa en Cuba mostraron un alarmante incremento durante julio, mes en que se conmemoraron tres años de las masivas protestas que sacudieron a gran parte de la isla el 11 de julio de 2021. Los 101 incidentes violarios registrados por el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) en esas fechas representan un aumento del 165,7 % en comparación con el mes anterior.
Desde los días previos al 11 de julio, el régimen cubano emprendió una fuerte escalada represiva contra periodistas y activistas, utilizando sus habituales métodos coercitivos, para silenciar las voces de los ciudadanos e impedir que el recordatorio de esta fecha sirviera para demostrar que el pueblo sigue teniendo las mismas razones para lanzarse a las calles en legítima protesta como lo hiciera en 2021. Nuevamente, para el 26 de julio, en medio de las “celebraciones” de la dictadura por el “Día de la Rebeldía Nacional”, la represión de la Seguridad del Estado se hizo sentir.
De las violaciones registradas el mayor número, 46, fueron restricciones en el espacio digital, lo que demuestra el temor de la dictadura a las redes sociales como vía de comunicación. También se contabilizaron 27 ataques, amenazas y/o agresiones psicológicas, 17 detenciones arbitrarias, 7 usos abusivos del poder estatal, 3 agresiones físicas y 1 reclusión. Los hechos tuvieron lugar en nueve provincias de país, la mayoría en La Habana (54), Sancti Spíritus (14), Artemisa (9), Villa Clara (8) y Pinar del Río (6).
Un total de 48 personas fueron víctimas de violaciones, 18 mujeres, 1 no binario y 29 hombres, varios de ellos con más de un incidente en diferentes momentos del mes, siendo los periodistas (33) y los activistas (9) los más afectados al ser sometidos a vigilancia y acoso en sus viviendas, cortes de internet, citaciones e interrogatorios. La mayor cantidad de agresiones fueron por parte de la Seguridad del Estado, el monopilo de las comunicaciones ETECSA, responsable de los cortes de internet, y la Policía Nacional Revolucionaria.
Los directores y periodistas de los medios comunitarios del ICLEP estuvieron en el punto de mira de la Seguridad del Estado. Además de los cortes de internet y vigilancia, Orlidia Barceló Pérez, directora de El Espirituano; Juan Manuel Moreno Borrego, director de Amanecer Habanero; Mabel Páez, directora de El Majadero de Artemisa; y Antonio Suárez Fonticiella, director de Páginas Villareñas, fueron citados a la misma hora en sus diferentes localidades exactamente el 11 de julio, interrogados y amenazados por la policía política para que no reportaran ningún incidente ese día. Justamente, Juan Manuel Moreno Borrego fue la persona con más violaciones durante julio con un total de siete agresiones.
El periodista independiente José Luis Tan Estrada fue detenido arbitrariamente a inicios de mes, lo amenazaron y le advirtieron que el día 11 de julio no podía estar en lugares públicos, ni hacer publicaciones o acciones para incitar a las personas. La periodista de Cubanet, Camila Acosta, estuvo sitiada durante tres días en su vivienda por el aniversario del 11J y posteriormente el 25 de julio para impedirle reportar lo sucedido en la protesta de los masones.
También en julio el régimen condenó al periodista independiente Carlos Michael Morales a ocho meses de prisión domiciliaria bajo acusaciones de desobediencia. El juicio se llevó a cabo mientras Carlos Michael se encontraba en un delicado estado de salud y con un deterioro físico considerable tras una huelga de hambre que hizo durante 27 días para exigir sus derechos.
Preocupante es el caso del joven preso político Onaikel Infante Abreu, víctima de agresiones físicas y tortura en la prisión Combinado del Este por escribir en una pared de la cárcel con su sangre un mensaje de libertad para Cuba y los presos políticos. Onaikel está preso desde octubre de 2023 sin que se haya realizado un juicio en su contra.
Las presiones de la dictadura se expanden incluso fuera de las fronteras cubanas. El periodista independiente Yoel Acosta Gámez, quien se encuentra en Uruguay, evidenció la complicidad entre los regímenes de Nicaragua y Cuba para regular a periodistas, activistas y opositores cubanos e impedirles la entrada al país centroamericano. Acosta Gámez reveló que existe un listado enviado por el Ministerio del Interior de Cuba a las autoridades migratorias de Nicaragua donde se les ordena detener y regresar al país a personas de interés para el gobierno cubano.
Las acciones represivas del régimen castrista contra los cubanos críticos no se detienen y se exacerban en fechas como el 11J, cuando se hace más evidente el miedo a volver a escuchar en las calles los gritos de libertad y “Patria y Vida”.
Bajo ningún concepto se pueden aceptar y normalizar las constantes violaciones a la libertad de expresión y prensa en Cuba, un legítimo derecho que deben tener los ciudadanos en cualquier parte del mundo. El llamado desde el ICLEP es a denunciar ante la comunidad internacional cada agresión que se comete en la isla contra los periodistas, activistas, opositores y ciudadanos que defienden su mirada crítica a la realidad cubana.
Por la forma déspota en que actúan los gobernantes de la Isla, más que por el propio autoritarismo de toda dictadura, el régimen siempre ha visto chiquitos a los cubanos ante él. Se ve en potestad de disponer a antojo de la vida de los demás. Los hechos no sugieren otra cosa.
Sencillamente, mira desde arriba al resto de los habitantes del país. La dictadura dispone a voluntad de leyes y decretos, aprieta tuercas cuando la lógica, debido al caos reinante, sugiere oxígeno para un pueblo que anda sin vida. Manipula sabiéndose con el poder de ahogar a través de métodos turbios los conatos de rebeldía.
¿Quién no sabe en este país, y en el resto de ese mundo hipócrita, conociendo al pájaro por su ‘cagada’, que uno de los objetivos esenciales del nuevo proyecto de Ley de Migración dejará el camino expedito para despojar de la ciudadanía a cubanos en disenso con el sistema comunista? La realidad, el hecho, radica en que quien no lo sabe se lo imagina.
La piel de conejo en anatomía de lobo marrullero no engaña a nadie, son muchos años de un pueblo sometido bajo la misma práctica. Ley que, como siempre, dejará zonas en galimatías, a discreción de las interpretaciones del poder reinante.
Solo que esta vez todo parece indicar que el alumno ha superado al maestro: el documento de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP) es una copia del modelo nicaragüense; donde cientos de opositores políticos a Daniel Ortega fueron despojados de su nacionalidad. Lo anterior, bajo la reserva de que el maligno, los castristas, no hayan tomado a Nicaragua como tubo de ensayo.
Dudas hay de que esta carta se le haya escapado a un régimen que lleva décadas desestabilizando a todo un continente, y más allá. Y hubo momentos, en que Nicaragua se las vio bien fea bajo el empuje popular. Por lo que todo sugiere, que de alguna manera en los despojos de ciudadanía nicaragüense allí estuvo la mano de la dictadura cubana. Es lo que sugiere la gente de los barrios de la Isla profunda. Nadie cree que el país Centroamericano enseñó al maestro a como reprimir al pueblo.
Pero, regresando al tema en cuestión, a raíz de la polémica y rechazo que ha generado el anuncio del proyecto de ley, la ANPP lo ha pintado bonito con letras de colores suaves. Para nada hay una tilde represiva. “No pueden ser privado de su ciudadanía, salvo por causas legalmente establecidas (…)”, dice el panfleto del Parlamento Cubano.
A otro con ese cuento. Señores, quién no sabe en este país que la aparente calma de las autoridades frente a hechos de disenso solo responde a saberse con poder para cuando sea necesario destruir al más pinto con la fabricación de un delito común; precisamente, a través de leyes como la que ahora se quiere imponer.
Lo anterior responde, en esta ocasión de proyeccto de ley nuevo plagado de galimatías o zonas confusas, y edulcoradas, a que el régimen siempre ha visto chiquitos a los cubanos ante él. Nos mira desde arriba como cosas. Algo que puede mover a su antojo.
Publicado originalmente en la edición 220 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa
El último lema del régimen, la llamada economía de guerra, en realidad no hace justicia a este concepto. Los entendidos de abajo, el pueblo, sabe que el objetivo está más enfocado en control sobre la dinámica existencial de la Isla y menos a regular los recursos que tributen a la propaganda comunista dirigida al resto del planeta. Aún no se ha cancelado un evento. Es cierto que la economía cubana es un desastre que viene dando tumbos hacia abajo desde hace ratos.
En claro lo dejó la viceministra primera de Economía y Planificación, Mildrey Granadillo de la Torre, cuando dijo que dicha medida busca ajustar el presupuesto del año 2024 a las condiciones que hoy tiene el país. ¿Y cuáles son estas condiciones? Los indicadores que marcan la ruta hacia el final de un túnel al revés, sin luz.
Según la oficina ONEI, un país que finalizó el pasado año con una inflación del 30%, una economía que en lugar de crecer se contrajo en 2% y una depreciación de la moneda cubana de más del 50% respecto al dólar y al euro en el mercado informal.
Todo lo anterior se sabe, pero si estamos en estas condiciones el concepto de economía de guerra, que no es más que el manejo del ritmo productivo y de gastos de un país en caso de conflicto armado o situaciones como la de la pasada pandemia, por qué ni por asomo se ha detenido el flujo constante de los costosos eventos, con participación internacional, en Cuba. Entonces, surge la duda: ¿esta medida extrema será otra panfletada ideológica en busca de más cerrazón para ganar tiempo, o un plan efectivo en pos de comenzar a salir del hueco en que se encuentra la Isla?
Es decir, la lógica del abecé humano contrapuesta a la lógica del poder castrista. Lo significativo del caso es que la economía socialista cubana nunca ha dejado su condición extrema o de guerra ─a no ser cuando el alto subsidio de la Unión Soviética─, debido a que ha estado más en función de la ideología y menos de la producción eficiente de bienes. No obstante, ¿hacia dónde enfocan los tiros del régimen? Desde ya se avizoran hacia el incipiente sector privado, hacia las prohibiciones y el tope de precios a campesinos particulares.
Esto es, un enfrentamiento constante contra la riqueza ajena, contra el mercado y la libre empresa, en lugar de buscar formas para producir. Esta palabrería picante, que un día pudiera ser “guerra de las galaxias contra Cuba” ─porque nadie duda que seguirán subiendo la parada─, solo busca hincar el cosquilleo en las mentes de los nacionales, para sembrar la idea de que ahora sí encontramos el rumbo. Pero, todos estamos más que claros de que solo se trata de otro anuncio de altos decibeles, característico de la propagada del régimen.
En qué terminará todo esto. Ya de antemano puede imaginarse, en nada; a la vuelta de unos meses se olvidará y vendrá otro dicharacho de estos. Por tanto, el último slogan del régimen, economía de guerra, no aplicará más allá de la prolongación de un desastre anunciado.
Publicado originalmente en la edición 241 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero
Dicen los que saben, que uno de los grandes errores de los hombres, y por extensión de los regímenes cerrados, es pensar que los otros no piensan; que el prójimo es fácil de tupir. Esa errata la comete a diario la dictadura, pues callar no siempre significa aceptar. Hoy, no hay otro sector más avispado dentro de la Isla que el cubano de a pie.
Elevar la expectativa a quienes sufren la miseria en los barrios, hacer creer que a la vuelta de la esquina las cosas van a mejorar, siempre ha sido una práctica recurrente del régimen. Luego, todo continúa igual o peor y toca el turno a las justificaciones, que dan paso a nuevas expectativas.
Es un círculo vicioso que ya dura 65 años y que hoy nadie se traga. Pero, ¿dónde poner el foco de la tesis que se quiere desarrollar? La luz de este trabajo radica en que pese a que el Gobierno tiene plenitud de conocimiento de lo que cree y no cree la gente de a pie ─a diario tienen personas recogiendo opiniones en la calle─, continúan atiborrando a sus medios masivos de comunicación de grandes titulares sobre proyectos que nadie duda no llegarán a ninguna parte; 65 años no es cosa de días.
Acerca de los paquetes propagandísticos que suele soltar Granma y los noticieros de televisión, que incluyen, además de los titulares altisonantes, cartas de intención, fotografías de funcionarios cubanos y extranjeros firmando futuros grandes acuerdos, la gente sabe ─el perro los ha mordido muchas veces─ que al final por una o más cual razón ninguno se cumple. Entonces, para qué continuar con lo mismo El descamisado no olvida todo el aparataje de difusión con el parque eólico de La Herradura, en Pinar del Río, o del proyecto de la biomasa para la generación de electricidad en el central azucarero Ciro Redondo, en Ciego de Ávila, por solo referirnos al tema vigente de los apagones.
Nada, mucho ruido y pocas nueces. Ahora, el más reciente paquetazo informativo del régimen, que intentaba levantar las expectativas de la gente de barrio respecto al fin de los cortes eléctricos en los meses de julio y agosto, los mil megawatt de energía solar en los próximos dos años; donde al menos la mitad iba a estar listo para finales de junio. Ha transcurrido medio julio y los apagones continúan. El cuartico está igualito, como dice la tonada musical.
El objetivo a perseguir con este último paquetazo iba en función de que la gente se ilusionara con aquello de que “la energía solar nos va a salvar de los apagones en el verano”. Pero el cubano de la calle de bobo no tiene nada, y sabe que cada día es una avería o un mantenimiento; y el susto constante de la salida de la Guiteras.
Es el mismo cuento de siempre. Ahora mismo, lo concreto, qué tiene hoy el Gobierno para el pueblo cuando el problema de la Isla es estructural. Nada a mediano o largo plaza, solo parches. Entonces, ¿dónde está la Cuba virtual, en las redes sociales o en Granma? Es la pregunta del cubano de a pie.
Publicado originalmente en la edición 241 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero
Es cada vez más común ver a personas de la tercera edad y a enfermos mentales pidiendo dinero o alimentos en las calles de nuestra ciudad. Lamentablemente, este fenómeno tan triste y preocupante ha aumentado en los últimos años debido a la creciente crisis económica y la falta de atención por parte del Estado.
Los pocos turistas extranjeros que visitan el céntrico parque Leoncio Vidal y las zonas del casco histórico de la capital provincial de Villa Clara, son acosados por personas de edad avanzada con aspecto de mendigos, los cuales les piden limosnas ante los ojos de autoridades del Estado y el pueblo en general.
La dura realidad es que a muchos ancianos jubilados, a los cuales el salario que reciben por su jubilación no les alcanza ni siquiera para comer, no les queda más opción que pedir limosnas para poder sobrevivir. Hasta personas con una elevada preparación profesional y que trabajaron para el Gobierno durante toda su vida, han tenido que pedir dinero en las calles y parques de esta ciudad para poder comer.
Francisco Rabelo Yanes, instructor de artes plásticas durante más de 40 años que reside en el barrio El Condado, le aseguró a nuestra redacción, que su deteriorada salud que le impide trabajar para ganar dinero extra y su jubilación de 1850 pesos cubanos, lo sitúan en una posición muy compleja para poder sobrevivir en los momentos tan difíciles que vivimos.
“Mi esposa murió durante la pandemia de Covid 19 en el año 2021. Soy diabético, cardiópata y padezco de artritis en las dos manos, por lo es poco lo que puedo hacer desde el punto de vista físico. He tratado de solicitar trabajo en empresas del Gobierno y negocios particulares, pero nadie contrata a un viejo en las condiciones en que me encuentro”, aclaró.
El anciano explicó que a finales del año 2022 sufrió un desmayo en plena calle debido a la falta de alimentación y que a partir de ese momento ha subsistido gracias a las ayudas de personas que le donan alimentos, ropa o medicamentos.
“A los actuales dirigentes del Gobierno no les importa que las personas desamparadas pidan limosnas en las calles, antiguamente eso no se permitía y los limosneros y enfermo mentales sin hogar, eran recluidos en centros de salud donde se les garantizaban alimentos y lo imprescindible para vivir. Lamentablemente ya no sucede así, por lo que es un fenómeno social que va en aumento”, acotó.
Publicado originalmente en la edición 122 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Páginas Villareñas
El virus Oropouche, responsable de la enfermedad homónima, está generando gran preocupación entre la población cubana tras su rápida expansión por varias provincias del país. Inicialmente detectado en Santiago de Cuba, el virus ahora se ha confirmado en las provincias centrales y occidentales, según información proporcionada por un médico especialista del Departamento de Higiene y Epidemiología Provincial, quien solicitó anonimato.
Los síntomas de la fiebre Oropouche incluyen fiebre, dolor de cabeza, dolores musculares y articulares, erupciones cutáneas, náuseas y vómitos. “La fiebre Oropouche es una enfermedad que se transmite a través de vectores del género Culicidae (mosquitos) y Culicoides (jejenes).
Es muy difícil de controlar si no se aplican campañas de fumigación y control vectorial domiciliario, para eliminar esos insectos”, refirió la fuente anónima. También señaló que a pesar de que no se están realizando pruebas a grupos masivos de población, se han detectado casos positivos a la enfermedad en los municipios de Santa Clara, Sagua la Grande, Caibarién y Manicaragua.
“En todos los municipios de Villa Clara en los que nuestra institución ha realizado exámenes a personas que presentan síntomas febriles se han detectado casos positivos. En total se realizaron 185 análisis de los cuales 42 dieron positivo a la fiebre Oropouche”, explicó.
El especialista aclaró que las autoridades de Salud en el territorio sugieren mantener un seguimiento de la evolución de la enfermedad sobre todo en pacientes inmunodeprimidos y en niños, los cuales son proclives a presentar complicaciones y llegar a estadios graves de la enfermedad.
Idania Rodríguez Clavero, médico especialista en Medicina General Integral que atiende el consultorio médico 1568 del poblado Las Flores, le aseguró a nuestra redacción, que la falta de medicamentos y la precaria situación higiénico sanitaria que presentan los barrios y comunidades rurales de nuestra provincia, hacen mucho más difícil el control sobre la enfermedad.
“En la zona donde trabajo el abasto de agua por el acueducto es muy irregular llegando a extenderse en ciclos de más de tres meses, eso obliga a la población a almacenar el agua en tanques y envases improvisados que muchas veces sirven como hospederos a los mosquitos transmisores de esas enfermedades. Tampoco cuentan con medicamentos para bajar la fiebre o tratar las diarreas y vómitos que provoca durante su ciclo más agudo”, alertó.
María Echenique Valdés, residente en el reparto El Condado, le dijo al ICLEP, que el Estado debe comenzar a realizar fumigaciones con productos químicos para reducir la presencia de los insectos en los barrios y priorizar la venta de fármacos que ayuden a la población a tratar la fiebre Oropouche.
Publicado originalmente en la edición 122 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Páginas Villareñas
Hay un conocido dicho que reza "dime con quién andas y te diré quién eres" cobra especial relevancia al analizar las relaciones entre estados y sistemas políticos. En el caso de Cuba, sus estrechos vínculos con los gobiernos comunistas de Europa del Este y Rusia durante más de dos décadas tuvieron un impacto profundo en su propio sistema político, incluyendo la adopción de prácticas represivas similares.
Las diversas organizaciones del aparato del partido, la policía y la policía política, a la que llamaban «Seguridad del Estado», que controlaban todo tipo de actividades, por profesiones, por barrios, por edades y vigilaban todos los aspectos de la vida de sus ciudadanos, fueron copiadas por la dictadura cubana con una exactitud increíble.
Los campos de reeducación o la conocida UMAP, establecidos por el régimen, en los cuales fueron internados cubanos no gratos al sistema, fueron los resultados del modelo comunista europeo. La libertad como concepto, desprovista de las garantías que ella implica, también fue otro de los engranajes de la manipulación europea asumidos. Intelectuales y escritores también sufrieron las limitaciones recibidas del escenario europeo.
Quien escribía debía hacerlo al servicio del régimenmen, sino pasaba a la nómina de los excluidos o encarcelados, la vieja costumbre del Stalinismo ruso. Durante décadas las lecciones heredadas del viejo comunismo europeo, han sido muy bien instrumentadas por el régimen de La Habana, convirtiendo a Cuba en una prisión o campo de concentración.
Para los cubanos que hoy peinan canas, queda claro que todas estas maniobras maquiavélicas, no son nacidas dentro de la isla, sino importadas de un modelo comunista, que aniquiló la libertad, los derechos y la visa de millones de ciudadanos europeos, modelo impuesto por más de 60 años en nuestra amada Cuba, y que hoy ha demostrado su colapso total.
Publicado originalmente en la edición 184 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano
Hay hechos en la historia que requieren ser tratados con todo el honor y respeto que merecen. Este 11 de julio se cumplen tres años de las históricas protestas populares contra la dictadura cubana. Miles de hombres y mujeres salieron a las calles de varias ciudades de la isla, en un enfrentamiento directo al régimen, hecho catalogado por muchos como el despertar e inicio de la ofensiva popular contra la casta dominante del país.
Con exigencias de mejores condiciones de vida y cambio, los manifestantes recorrieron las ciudades de manera pacífica, entonando consignas como: Liberad, Abajo la dictadura y Patria y Vida, canción devenida en himno de batalla de los cubanos por el cambio. Gobiernos y políticos internacionales reconocieron la voluntad y decisión de los cubanos en su lucha por la defensa de los derechos humanos y las libertades democráticas.
Pese a la ola represiva desatada por el régimen contra los manifestantes, que culminó con el enjuiciamiento y encarcelamiento de más de 1100 manifestantes, entre ellos muchos casi niños. Este evento, sin duda alguna, cambió el escenario tradicional de la isla, poniendo de manifiesto el deseo de millones de cubanos de un cambio político radical.
En esta fecha tan memorable no podemos pasar por alto a todos aquellos cubanos que permanecen en las cárceles, cumpliendo injustas y largas condenas por el simple hecho de ejercer sus derechos de libertad de expresión, manifestación y asociación, amparados todos ellos por la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
El impacto de este histórico suceso fue manipulado una vez más por la dictadura, quien tildó a los participantes como delincuentes comunes acusándolos de los delitos de desorden público, desacato y asociación para delinquir.
Maniobras que pese al encarcelamiento de muchos de los manifestantes, no logró cambiar el significado real de las protestas. Muy contrario a las expectativas oficialistas, la represión sirvió para consolidar un poderoso movimiento que hoy reclama y lucha por el cambio y libertad de los presos políticos del 11 J.
De este evento muchas son las lecciones que debemos asumir: El 11 J marcó un antes y un después en la historia de Cuba, se evidenció la imposibilidad del régimen cubano de mantener el poder por mayoría.
De igual forma se manifestó la crisis del poder político del régimen y manifestó abierta y públicamente su naturaleza represiva y violadora de los derechos humanos. La represión política no es la mejor manera de controlar la voluntad popular. La violencia engendra violencia.
Cuando este 11 de julio recordemos lo sucedido, está prohibido olvidar, pues es la única forma de mantener en vivo el recuerdo y significado de aquel heroico día de julio del 2021. Este día sea convertido en una especie de clamor que no podemos olvidar, porque sigue sumando voces y la valentía de todo un pueblo.
Es la fecha que marca un despertar de la conciencia nacional, aquella que al igual que las décadas del veinte y treinta llevó al colapso a otra de las dictaduras más sangrientas de nuestra historia, la de Machado.
Publicado originalmente en la edición 184 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano