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Opinión
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Los cubanos comen una o ninguna vez al día
Dec 18, 2023

Para el cubano de a pie la crisis alimentaria continúa siendo el principal problema que enfrenta, por esta se ha visto obligado a eliminar una y hasta dos comidas en el día, lo que confirma el creciente deterioro de los derechos sociales en el país. Debido a la persistente y aguda escasez de alimentos, la población a tenido que dejar de almorzar, comer, o las dos, por no tener ni siquiera una lata de arroz.

Esta situación claramente es propiciada por la improductividad que provoca la dictadura, ya que no suministra los recursos necesarios a las cooperativas y fincas estatales para que produzcan lo necesario para abastecer al pueblo.

Todo esto ha dado lugar a que sea el sector privado el que tome la delantera, poniendo sus propios precios inalcanzables para el que vive de un salario. El pan de la bodega es lo que en ocasiones muchas personas pueden consumir en el día, pero a veces ni eso porque no llega a manos del pueblo, lo mismo por la falta de harina o de transporte para trasladarlo.

Es lamentable para todas las personas que la viven, pero más difícil para los niños que por más que los padres se esfuercen tienen que acostarse con el estómago vacío o con un vasito de agua con azúcar o refresco.

En un país donde supuestamente los niños son la esperanza del mundo, para los pequeños tampoco existen las golosinas pues sus elevados precios, fundamentalmente en las Mipymes, les impiden a los padres poder comprarlas.

Es lógico que para el que vive de un mísero salario es imposible mantener el refrigerador lleno de alimentos, o al menos con lo básico que se necesita, cuando una libra de arroz en el sector privado se encuentra por los 150 pesos y la de frijoles 500; los paquetes de pollo 3 000 pesos, la libra de carne de cerdo 400 y un cartón de huevo 2 000 si se encuentra, tan sólo por citar algunos ejemplos, mientras todos los establecimientos de la dictadura se encuentran en cero.

 

Publicado originalmente en la edición 268 del medio de comunicación comunitario del ICLEP,  Panorama Pinareño

 

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En extinción se encuentra la producción de huevos
Dec 13, 2023

La producción de huevos en Cuba se ha desplomado en más de un 50 % por la falta de piensos y de financiamiento para adquirir la materia prima para fabricarlos, lo cual han admitido las autoridades cubanas en los medios de difusión masiva. Mientras ofrecen dicha información, no aclaran la cantidad de huevos producidos ni tampoco la carne de pollo.

El 99% de las materias primas que se emplean para la elaboración de los piensos son importadas, como es el caso del maíz y la soya, empleados también en la producción porcina, la cual también se ha visto afectada grandemente en los últimos años. Para satisfacer las necesidades que lleva el programa avícola nacional se necesitarían diariamente de 1 500 a 1 600 toneladas, cantidades que bastarían para satisfacer la demanda de tener 10 o 15 huevos mensuales por consumidor como antes.

Debido a esta situación, la distribución de huevos de la canasta básica ha descendido a cinco huevos percápita por mes, pero ni siquiera la dictadura la cumple en la mayoría de las provincias del país. La provincia pinareña es una de las más afectadas en la distribución de huevos por lo que la población ha pasado dos y hasta tres meses sin recibir los estipulados y cuando llegan, el tiempo sin recibir quedó en el olvido.

A pesar de las quejas del pueblo, la dictadura sigue culpando al embargo de los Estados Unidos de las limitaciones de Cuba para acceder a las materias primas necesarias para fabricar los piensos. Mientras esto sucede, el contrabando y la corrupción aumenta pues la poca producción que hay en la provincia mayormente va a parar al mercado negro; este último sin pensarlo hace de las suyas poniendo sus propios precios.

Hoy un cartón de huevos en este sector se encuentra a 2 000 pesos, casi el salario básico de un trabajador, trayendo esto consigo que el cubano de a pie no pueda acceder al alimento. Además, de esta situación se aprovechan los dueños de quioscos particulares que venden un pan con tortilla a 100 pesos y más, recrudeciendo la situación alimentaria del pueblo, la cual sin duda alguna va de mal a peor.

Publicado originalmente en la edición 268 del medio de comunicación comunitario del ICLEP,  Panorama Pinareño

 

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El cementerio, una espina en el corazón de los artemiseños
Dec 10, 2023

Uno de los problemas urgentes que hoy tiene la ciudad de Artemisa radica en su camposanto. Es una real vitrina de relajo. Ningún funcionario del régimen le ha podido poner el cascabel al gato a este asunto; y duele mucho a los familiares de fallecidos esta situación de irrespeto.

Es un dolor permanente en la ciudad. Es raro el día que no se corra la voz por la comunidad que la cabeza de Fulano desapareció de la sepultura, que no se sabe el rumbo de los restos de Zutano o que cargaron con tal y más cual objeto de otra tumba. Son malas noticias diariamente. Las riñas de familiares con los sepultureros forman parte del pan nuestro de cada día.

Empleados que por lo general permanecen la jornada laboral borrachos, desatendiendo sus funciones, sentados debajo de un árbol a la entrada del cementerio. En la publicación de este medio informativo del 15 de septiembre salió a la luz una de las tantas denuncias sobre las aberraciones que tienen lugar en dicha necrópolis, dos meses después nada ha cambiado; y el sufrimiento de los artemiseños con pérdidas familiares se eterniza.

Las redes sociales también han recogido el eco masivo de decenas de ciudadanos que han hecho manifiesto su disgusto. Sobre todo, respecto a la desaparición de cráneos. Es tal el tráfico de restos humanos en el sitio, que algunos lugareños catalogan al cementerio como el “mercado de huesos”. Es triste la situación, pero esta es la realidad.

Los únicos indolentes continúan siendo los funcionarios del régimen. Basta caminar por una de sus callejuelas para encontrar innumerables nichos rotos y un hedor insoportable a materia orgánica en descomposición. Un fémur o una tibia abandonado por la prisa, puede aparecer en cualquier recodo del camino. Lo que se cuente es poco. Años hace que se arrastra esta situación. Servicios Comunales no ha sido capaz de estabilizar la guardia nocturna.

De noche nadie hace guardia. El lugar es un llega y coge, cráneos y huesos de todo tipo, a expensa del sufrimiento de los familiares. En Artemisa hay furia compulsiva por la cremación de cadáveres, nadie quiere ser sepultado.

Pero aquí también falla Comunales, el crematorio continúa inactivo después de 10 años de concluido, la obra fue levantada en el lugar equivocado y desde entonces la ciudad no cuenta con presupuesto para reinstalarla. Pese a la secuencia de quejas de la población el régimen no ha encontrado el camino que ponga coto al mercado negro de restos humanos que existe en la necrópolis, según se comenta para trabajos de hechicería.

El descanso final en la ciudad es asunto pendiente, incluso, para los que van a morir. Los que fallecen se van con ese sufrimiento. El cementerio de Artemisa duele, es una espina en el corazón de los artemiseños. Duele menos estando muertos que vivos, pero duele.

Publicado originalmente en la edición 205 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa

 

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Los pueblos fantasmas cubanos, otra gota en una copa a punto de rebosar
Dec 8, 2023

El dilema cotidiano que supone hoy la existencia del cubano de a pie no sólo se reduce a carencias básicas como alimentos, medicinas y transporte, cada día se agregan nuevos elementos. La razón, la falta de prestaciones públicas resultado del éxodo masivo que sufre la Isla. Los pueblos cubanos, funcionalmente, se han quedado sin personal calificado. Escasean los maestros, médicos, técnicos de todo tipo y mucho personal de oficinas.

En la práctica, son pueblos fantasmas. Hoy, reparar un televisor roto en Cuba es complicado. No hay día que no se escuche la noticia en cualquier esquina de un barrio: “Fulanito, el técnico tal, el de los televisores, se fue; va rumbo a Nicaragua”. De manera similar sucede con los talleres estatales, los que saben están en Tapachula.

Las oficinas de correo apenas tienen empleados para brindar servicio a los ciudadanos que todavía permanecen en los pueblos. Los jubilados que tienen el cobro de la pensión allí pasan hasta semanas en este sitio, pues cuando logran completar dos o tres empleados no hay conexión.

¿Y qué decir de los médicos? Un número importante de consultorios en la ciudad están cerrados por falta de galenos, que escapan para donde sea; y las postas médicas que funcionan lo hacen de manera intermitente, resultado de distribuir los especialistas que quedan en los diferentes sitios sanitarios de la urbe.

Otro sector golpeado con rudeza es la Educación. Según datos aparecidos en el sitio digital de este Ministerio, hoy faltan en las aulas cubanas 17 000 docentes; cifra que malamente se está supliendo con personal improvisado y sin la preparación adecuada. ¿Dónde están los maestros y estudiantes de la Isla?

En Tapachula. ¿Dónde están los médicos, ingenieros y personal calificado? En Tapachula. Es como si otra Cuba se estuviera formando en el estado mexicano de Chiapas. ¿Dónde está el hombre nuevo? Respuesta escueta, está en Centroamérica. Rumbo al “norte malo”, el “Coco” de la dictadura. ¿Qué dice esto? Los cubanos no quieren saber de comunismo.

El éxodo que hoy sufre la nación caribeña tiene implicaciones en ambas sendas, no sólo para los que se van. Para los que se quedan la vida en las comunidades fantasmas se ha convertido en un infierno. Los servicios públicos están por el piso. Componer un simple televisor o una olla eléctrica es una tragedia.

La jugada del régimen en complicidad con Daniel Ortega de abrir Nicaragua para aflojar la tensión en el país, debido al creciente descontento popular, no ha resultado del todo bien. Cuba se ha llenado de pueblos fantasmas, otra gota en una copa a punto de rebosar.

 

Publicado originalmente en la edición 205 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa

 

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Lo imposible es fruto de lo posible: con cien palabras no se hace un boniato
Dec 7, 2023

La última comparecencia del presidente designado a dedo, Miguel DíazCanel, en la Mesa Redonda del lunes 16 de octubre, deja ver una cosa: los gobernantes de la Isla continúan sin comprender la esencia del ser humano, bajo el supuesto de que un día la densidad teórica, lluvia de muela, pudiera hacer florecer al país. Se puede tener la voluntad más poderosa del universo, entregar toda la energía del alma a esa determinación, que hay leyes inviolables.

Nadie puede saltar por sus propios medios a la inversa: de la piscina al trampolín; y la muela no resuelve esto. Lo imposible, los llamados del régimen a resistir, es fruto de lo posible.

Dicen los que saben que la ex primera ministra del Reino Unido, Margaret Thatcher, en una reunión con los representantes chinos a raíz del traspaso de Hong Kong al país asiático sentenció: “puedes negar el mercado, pero el mercado siempre está ahí”.

De estas palabras de “la dama de hierro” no escapa el ser humano, ni el antiguo ni el moderno. El mercado nace con el hombre, es genético. Sin embargo, en las alturas cubanas no se dan por enterados; están gobernando algo que no entienden.

Entonces, cómo usted va a continuar negando que la Tarea Ordenamiento no acrecentó la miseria en Cuba, cosa que hizo el presidente cubano en su comparecencia en la Mesa Redonda. Ahora la gente está peor que antes. La conciencia no pone el plato de comida en la mesa, por tanto, era obvio que sin ofertas los precios se iban a disparar, acarreando consecuencias desastrosas. Si antes de la medida neoliberal comunista había cien pobres en la isla, ahora se cuentan por miles.

Pero, lo anterior (las medidas de choque) no lo hace un gobierno sin pagar las consecuencias. Sólo que en Cuba el régimen se ha mantenido a base de represión, que después se desboca en camuflar desatando una propaganda atroz en organismos internacionales con base en el bloqueo, como justificación de todos los pesares cubanos.

El fuerte del régimen cubano es la palabrería sin fundamento material; y en último caso, la bulla, la chancleta de barrio, cuando se ven perdidos.

Lo han demostrado en Naciones Unidas; y lamentablemente, el mundo parece temer a esa algarabía. De otra manera no se explica cómo países ajenos a la realidad cubana, profundamente alineados con otras naciones contrarias al régimen pagan silencio –sus pecadillos antidemocráticos tendrán– con proyectos en la caótica infraestructura de la isla. Pero, la carga mayor de esa palabrería inmaterial, de incompetencia económica, la paga el pueblo.

Lo acabamos de ver en la comparecencia del presidente en la Mesa Redonda. Se puede tener la voluntad más poderosa del universo, que lo imposible, aquellos llamados del régimen a los cubanos a resistir la miseria, es fruto de lo posible. Con cien palabras no se hace un boniato.

Publicado originalmente en la edición 204 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa

 

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La dictadura cubana no quiere resolver los problemas del pueblo
Dec 3, 2023

La dictadura comunista pretende dejar todo en manos del pueblo, mientras los dirigentes se hacen los de la vista gorda para no resolver los problemas que por su ineficiencia crean y perjudican al cubano de a pie. Ahorrar es la base de la campañita que se promueve cada día en los diferentes medios de difusión masiva, pero esa responsabilidad se la deja a la población. Tal parece que es el pueblo el culpable de que hoy existan apagones, a los hogares no llegue agua o no alcance el gas licuado para todos los que tienen contratos.

No hay que ir a la escuela para saber que el agua es un recurso indispensable para poder vivir y que hoy en la provincia no llega a todos los hogares. Pero tampoco hay que ir a la escuela para darnos cuenta que una llave que dejemos abierta en casa cuando nos cepillamos los dientes, por citar sólo un ejemplo, gasta menos que los miles de salideros que hay en la red de tuberías de la provincia.

Esos salideros no son provocados por la población, son provocados por la falta de recursos en la Empresa de Acueducto y Alcantarillados, que se ve obligada en ocasiones a remendar con insumos viejos o de mala calidad para callar la boca de aquellos que tratan de hacer llegar su problema a los máximos niveles y eso no dura nada.

Los apagones, un tema bien delicado, por los cuales quienes deben ahorrar electricidad es el pueblo, quien tiene que quitarse la oportunidad de dormir con un aire acondicionado por ahorrar es el pueblo… pero ¡no!, quien tiene que garantizar el combustible para las termoeléctricas es la dictadura que pretende tergiversar todo, mientras las luces del alumbrado público están encendidas día y noche por la falta de control.

Lo mismo pasa con el gas licuado, la población tiene que cocinar, no va a tener el gas guardado por gusto, es la dictadura la que tiene que suministrar el que el pueblo necesite y no lo hace porque sólo sabe exigir.

Publicado originalmente en la edición 267 del medio de comunicación comunitario del ICLEP,  Panorama Pinareño

 

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Otro año más en el mismo infierno llamado Cuba
Dec 2, 2023

Llegando casi el final del 2023 y Cuba sigue sin cambiar, o por lo menos para mejor porque para peor sí ha cambiado y bastante; cada año que pasa el infierno en el que vivimos los de a pie sigue siendo más candente, con peores condiciones y con menos oportunidades.

Cuba, nuestra isla, se ha convertido en una prisión, un atolladero de donde todos y más bien casi todos los que sufren las necesidades y carencias generadas por el comunismo Castro-Canelista quieren abandonar, escapando hacia cualquier país donde puedan obtener una mejor vida o mejores oportunidades de las que hoy tienen en esta isla.

Para el cubano de a pie, ese que no tiene un negocio y depende de ofrecer sus servicios y conocimientos a la dictadura por un mísero salario mensual, vivir en este país es como vivir en un infierno sin fin donde el hambre y las carencias gobiernan juntos de la mano, seguidos de un conjunto incontable de necesidades que hacen de la vida una espiral de desesperación.

Otro año más y seguimos en lo mismo, en un sistema que no avanza, que retrocede a pasos agigantados hacia un pasado de desgracias, aunque realmente todo tiene una solución, el cubano no ha podido, no ha querido o no ha sabido dársela.

Es triste y doloroso levantarse cada día con la incertidumbre de no saber cuán mal te va a ir o cuán malo se va a seguir poniendo este país: el dólar por el cielo, la comida por el espacio y los salarios bajo tierra, el estrés por camiones, las enfermedades en masa y los deseos de cambiar todo esto persisten sólo en el interior de aquellos que sufren todo esto.

Ser cubano es un orgullo, pero a la vez es una triste realidad que ha convertido a miles, millones de personas de este país en emigrantes que huyen de este infierno en la tierra donde el purgatorio no es un privilegio que se puedan dar las personas.

Publicado originalmente en la edición 158 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Cimarrón de Mayabeque

 

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He estado pensando… en cómo proteger mis flores
Nov 25, 2023

Durante la visita a unos amigos, mis ojos tropezaron con un dibujo hecho a mano, sin mayores pretensiones artísticas. Era un dibujo viejo, maltratado por el tiempo, pero cuidadosamente enmarcado. Mostraba dos rostros de perfil, uno frente al otro. Ambos se miran, ambos sonríen, ambos tienen rostros amigables, sólo que, dentro del cerebro de uno crecen flores, y dentro del otro hay unas tijeras.

Me pareció una metáfora de la vida, de la vida en cualquier parte del mundo, pero en especial de nuestra tierra, donde día a día asistimos a un duelo entre flores y tijeras.

Somos un pueblo que quiere florecer, sabiendo que siempre, junto a las flores, hay espinas, plantas que mueren, bichos molestos, plagas y dañino mal tiempo, porque el paraíso no es de este mundo, y los agobios, los problemas y los sufrimientos siempre estarán presentes, por muy hermosa que sea la primavera.

Pero queremos la primavera, no esta aridez estéril que nos consume y nos sumerge.

Queremos que lo básico sea “lo habitual”: comida, agua, vestido, medicamentos, transporte, posibilidades de descanso. Queremos que la vida no sea una perenne y agobiante carrera de obstáculos, un “resolver y resolver” hasta el infinito ilimitado. Queremos tener una economía propia, ganada con el propio esfuerzo, que nos permita adquirir lo necesario y acceder a esas cosas que, como diría Carlos Varela, “no son necesarias, pero ayudan a vivir”.

Queremos seguridad, para nosotros y para nuestros hijos, y sentirnos protegidos de la violencia, tanto de aquella que puede llegar de la sociedad misma, como de aquella que puede venir de los órganos administrativos y represivos, que han sido concebidos para cuidar al ciudadano y defender el bien común, y no para vigilar y coartar la libertad.

Queremos sentirnos respetados y escuchados. Queremos que se tenga en cuenta nuestra voz, poder acceder a los medios de comunicación social, a la pluralidad de opciones políticas, a la elección directa de aquellos que preferimos que nos representen en los estratos de poder.

Queremos tener la posibilidad de vivir según nuestros propios valores, y de promoverlos, de enseñarlos públicamente, pudiendo elegir la educación que queremos para nuestros hijos.

Queremos libertad, para hablar, para construir, para expresar nuestra creatividad, para viajar, para elegir la vida que ansiamos edificar.

Sí, queremos la primavera, y estas, nuestras flores, brotan en nuestra mente y en nuestro corazón una y otra vez, día tras día, mientras siempre, de un modo o de otro, se enfrentan a las tijeras.

Tijeras gubernamentales, afiladas con mentiras y promesas incumplibles, con mensajes de miedo y de violencia, con actos de secuestro de nuestras libertades.

Tijeras de nuestra familia, de nuestros compañeros de trabajo, de nuestros amigos… prestas a cortar, desde sus miedos o sus desencantos, nuestros retoños de esperanza, esos brotes que nacen inspirados por la luz y que despuntan anhelando el final de esta noche.

Y tijeras también, terribles, que empuñamos con nuestras propias manos, cuando rendidos, vencidos, nos resignamos a sobrevivir desde la tristeza, desde la mirada que no cree ya en la luz.

Por eso, he estado pensando en mis flores, en mis retoños de esperanza, a los cuales me toca cuidar y proteger, a los cuales sólo yo puedo hacerlos capaces de resistir el filo cortante del mal y la desesperanza.