Una celebración es siempre motivo de alegría, pues nos recuerda fechas significativas que honran personas o acontecimientos que apreciamos. Este 20 de mayo, los cubanos conmemoramos el Día de la Patria, una fecha que rememora aquel esperado 20 de mayo de 1902, cuando, tras décadas de lucha, la bandera cubana ondeó libremente en el Castillo del Morro y se proclamó oficialmente la República de Cuba.
El sueño republicano de José Martí se hacía realidad. Aunque la República nacía con limitaciones políticas propias de su época, el ideal democrático del Apóstol comenzaba a concretarse. Durante los siguientes 58 años, los cubanos vivieron periodos de gobierno donde el derecho a intervenir y decidir sobre asuntos nacionales no era un delito, sino un derecho fundamental. Si en algún momento ese derecho fue violentado, ocurrió bajo regímenes dictatoriales, como el de Gerardo Machado, aunque esos fueron episodios excepcionales y no la norma de la República.
Por eso, en una fecha tan emblemática no podemos olvidar a Martí, cuyo ideal de una república inclusiva, con justicia para todos, ha sido sistemáticamente violado por el régimen comunista desde 1959 hasta la actualidad. Para Martí, la república democrática debía ser inclusiva, garantizando libertades y derechos plenos al servicio de todos los cubanos, donde cada ciudadano pudiera ejercer su derecho y libertad de manera plena.
Su concepto de patria dista mucho del que utilizan los gobernantes corruptos, quienes se es cudan en ese nombre para oprimir al propio pueblo. “Patria es humanidad, es aquella porción de la humanidad que vemos más de cerca, y en que nos tocó nacer; y ni se ha de permitir que con el engaño del santo nombre se defienda a monarquías inútiles, religiones ventrudas o políticas descaradas…”, sentenció Martí.
Esta es la verdadera naturaleza de la patria, un llamado a enfrentar a quienes la usan para fines mezquinos y personales. “Patria es ara, no pedestal”, afirmó en otro momento. Hablando del compromiso que tienen los cubanos con la defensa de la patria conquistada aseguró: “Ni hay hombres más dignos de respeto que los que no se avergüenzan de haber defendido la patria con honor: ni sujetos más despreciables que los que se valen de las convulsiones públicas para servir, como coqueta, su fama personal o adelantar, como jugadores, su interés privado.”
La oratoria martiana fue precisa y clara, la patria que nos quieren vender y que nos piden defender no es la de todos los cubanos, es la que han dibujado los gendarmes del poder político, la que les sirve mantener, porque representa sus intereses personales.
La patria que los cubanos exigen es la que prefiere y defiende el bien de muchos ante la opulencia de unos pocos. Como dice un buen cubano, nos quieren llenar la vasija solo con espuma, con un líquido sin sustancia, sin dejar espacio a aquello que realmente nos dignifica y nos hace verdaderamente humanos.
Publicado originalmente en la edición 202 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano.
El mandatario estadounidense Donald Trump y su gabinete han puesto al mundo en vilo más de una vez desde el ascenso al poder de este el pasado 20 de enero. La llamada guerra de aranceles ha llenado titulares durante semanas en la prensa de todo el planeta. Sin embargo, las gestiones diplomáticas de Trump y su equipo no se han quedado atrás y se ha involucrado en los conflictos más importantes del momento en la escena internacional, como el ucraniano.
El “ogro guerrerista del norte” actúa como mediador entre Rusia y Ucrania y después de varios encuentros del enviado especial de la Casablanca Steve Witkoff con el presidente ruso Vladimir Putin, finalmente ambas partes sostuvieron conversaciones directas en Estambul, Turquía.
Si bien no se llegó a acordar el cese de las hostilidades, las delegaciones de los dos países en conflicto acordaron un importante intercambio de prisioneros, así como la valoración de un alto al fuego y de una posible reunión entre Putin y el presidente ucraniano Volodimir Zelenski.
Algo que hasta el momento no se había logrado desde el comienzo de la invasión rusa en el 2024. Por otra parte, el Secretario de Estado Marco Rubio y el vicepresidente JD Vance jugaron un papel fundamental para detener la escalada entre Pakistán y la India.
Las dos potencias nucleares retomaron un conflicto latente por décadas en la región de Cachemira tras un atentado que mató a 26 turistas en la parte India. Ante el aumento de la intensidad de los combates ambos funcionarios sostuvieron conversaciones con los gobiernos de los dos países, logrando un alto al fuego inmediato. Si eso no es un logro está bien cerca de serlo, porque de desatarse una guerra entre las dos naciones el mundo hubiera estado de nuevo al borde de una guerra nuclear.
Recordemos que tras la invasión rusa en 2022, el presidente Putin puso en disposición combativa las armas nucleares del gigante eurasiático. Pero la cosa no para ahí, luego de fuertes tensiones con Irán por el programa nuclear del país persa, el presidente estadounidense optó por el diálogo.
Desde entonces se han llevado a cabo varias rondas de conversaciones con la mediación de Omán. La actividad diplomática del gobierno de Trump no se limita solo al tema bélico, después del anuncio que desató la tan sonada “guerra de aranceles”, su gabinete ha sostenido diálogos con China, la Unión Europea y Canadá.
Todo parece indicar que diálogo es la palabra de orden por estos tiempos en el gobierno de Trump. Más allá de lo que digan los tambores mediáticos de la prensa cubana y sus socios enfrentados al “ogro guerrerista del norte” y sus aliados.
Publicado originalmente en la edición 237 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa
La aguda crisis económica que atraviesa el país ha desembocado inevitablemente en una crisis social que se manifiesta en la pérdida de valores en la sociedad, sin embargo, la solución de las autoridades no ha sido trabajar por restablecer esos valores. Sus esfuerzos se han enfocado en reprimir a quienes abogan por una Cuba mejor.
Los informes de varias organizaciones defensoras de derechos humanos, tanto cubanas como extranjeras, han reflejado un incremento de la represión en los últimos tres meses, por lo que la afirmación no nace de la nada.
El Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) reportó que durante el mes de abril ocurrieron en Cuba 322 acciones represivas. Esa misma entidad documentó en el mes de marzo 283 hechos de ese tipo a lo largo de todo el país, sin embargo, en los meses de enero y febrero las cifras fueron muy inferiores, 152 y 139 respectivamente.
Esto significa que en el mes de abril se llevaron a cabo 31 hechos represivos más que en los dos primeros meses del año, según el OCDH. Por su parte, el Observatorio Cubano de Conflictos detectó que en el mes de febrero habían ocurrido en el país 67 acciones represivas, pero en el tercer mes del año la cifra se elevó a 115, y para el cierre del mes de abril a 169. Como hay cosas que funcionan de manera proporcional en este mundo, esa misma organización reportó un incremento de los actos de protesta en la isla que culmina con un pico de 799 en el mes de abril, en marzo el mismo Observatorio había detectado 683 hechos de ese tipo en todo el país.
Varias organizaciones internacionales también alertaron sobre esta situación. El 3 de abril Prisoners Defenders emitió un comunicado en el que denunciaba que más de 100 personas habían sido detenidas en Santiago de Cuba para impedirles recibir ayuda humanitaria de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), dirigida por José Daniel Ferrer.
A finales de ese mismo mes el propio Ferrer y Félix Navarro fueron citados por los tribunales que atendían sus casos, ambos se encontraban en libertad condicional tras el acuerdo alcanzado entre la iglesia católica y el Gobierno cubano para la excarcelación de 553 personas privadas de libertad.
Finalmente, el día 29 de ese mismo mes en un aparatoso operativo los dos reconocidos opositores fueron apresados y les fue revocada la libertad condicional. La Unión Europea, el Gobierno de los Estados Unidos y un número importantes de organizaciones cubanas y extranjeras criticaron la encarcelación de José Daniel Ferrer y Félix Navarro, desde la fecha hasta hoy se han hecho varios reclamos por su liberación.
El último firmado por más de 40 organizaciones cubanas y extranjeras. Pero hay otros casos, el último de ellos realmente doloroso, la madre del periodista independiente y escritor José Gabriel Barrenechea Chávez, preso por participar en una protesta, falleció sin que las autoridades le permitieran ver a su hijo por última vez.
Publicado originalmente en la edición 236 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa
Silenciar a los medios de prensa puede ser una tarea fácil, sobre todo si esos medios le pertenecen a un Gobierno o si este ejerce un férreo control sobre ellos para que publiquen solo lo que va en favor de sus intereses. Pero lo que no puede hacer ningún Gobierno es evitar que esa verdad salga a relucir.
En ese sentido, el recién publicado ranking de Reporteros Sin Fronteras sobre la libertad de prensa a nivel global, deja en evidencia no solo al régimen cubano, también a varios de sus aliados. En el mencionado ranking la isla ocupa el lugar 165 entre 180 países.
Pero por si eso no fuera suficiente, sale a relucir el ‘dime con quién andas y te diré quién eres’. Venezuela, Nicaragua, México y Honduras, fuertes aliados del Gobierno cubano en la región, ocupan los puestos 160, 172, 124 y 142, respectivamente.
Si nos trasladamos hacia el otro extremo del mundo, los principales socios asiáticos del Gobierno de La Habana no se encuentran en una posición mucho más ventajosa. China aparece en el lugar número 178, Vietnam en el 173 y Corea del Norte en el 179.
Rusia y Bielorrusia, por su parte, ocupan los puestos 171 y 166. Sin embargo, un grupo de países del demonizado y tan criticado Occidente están en los primeros lugares en cuanto a libertad de prensa en el ranking de Reporteros sin Fronteras.
Noruega, Países Bajos, Suecia, Finlandia, Irlanda, Portugal, Dinamarca y Suiza están entre las 10 naciones con mejor puntuación según la ONG. Por si fuera poco, dos países del extinto bloque socialista, Estonia y la República Checa, completan esa lista.
¿Es casualidad? Pues no, si usted busca información en internet sobre la oposición en China, Rusia, Vietnam, Corea del Norte o Bielorrusia la información que encontrará será poca o nula. Eso demuestra el silencio al que están sometidos los sectores opositores en esos paladines de los derechos humanos que no dudan en señalar a otros gobiernos como violadores de estos derechos, y expertos en reprimir y restringir libertades. Pero la cosa no para ahí.
El pasado sábado 3 de mayo, Día Internacional de la Libertad de Prensa, el gobierno nicaragüense decidió retirarse de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura ( UNESCO). ¿El motivo? La UNESCO entregó a un diario opositor, el periódico La Prensa, el Premio Guillermo Cano a la libertad de prensa, un hecho que el canciller de ese país catalogó casi como una agresión contra Nicaragua. En fin, que el gobierno de La Habana, al igual que sus socios, podrán silenciar a la prensa, pero a la verdad no la pueden silenciar ni vencer.
Publicado originalmente en la edición 236 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa
Cuando se menciona la corrupción, muchos recuerdan los viejos gobiernos de la República, antes de 1959, evocando los gobiernos auténticos como la mayor expresión de este vicio moral. Sin embargo, esta es solo una visión distorsionada de una realidad mucho más cruda y cercana: la corrupción política y administrativa que impera en Cuba en los últimos tiempos.
La corrupción, entendida como el mal uso de la autoridad y los derechos confiados a los funcionarios, así como el empleo de la misma para beneficio personal en contra de la ley y los principios morales, está a la vista.
En Cuba, hablar de este fenómeno es complejo, no solo por la magnitud que ha alcanzado, sino también porque involucra a las altas esferas del poder, quienes guardan silencio, pues este flagelo ha devenido su verdadero modo de vida.
Una mirada crítica y profunda permite concluir que la corrupción en Cuba se ha convertido en un fenómeno crónico e irreparable que solo podrá solucionarse con un cambio radical y total. Desde las cúspides del poder hasta los eslabones más bajos de la sociedad, la corrupción predomina.
Como se dice en buen cubano, y duele admitirlo, en Cuba "todos tienen un precio". Términos como "el invento", "la lucha", "la jugada" o "resolver por la izquierda" reflejan los matices de la corrupción cotidiana, esa que muchos aceptan como la única manera de sobrevivir. Soborno, desvío de fondos públicos, uso del cargo
corrupción cotidiana, esa que muchos aceptan como la única manera de sobrevivir. Soborno, desvío de fondos públicos, uso del cargo para beneficio personal, nepotismo dentro de la administración pública, abuso de poder, tráfico de influencias y malversación son algunas de las manifestaciones más comunes de la corrupción que asola la isla. Según la organización Transparencia Internacional, en 2024, Cuba figuró entre los países más corruptos de la región.
Aunque el régimen cubano ha emprendido recientemente un ejercicio contra la corrupción y las ilegalidades, estas acciones solo han afectado las bases de la sociedad, sin tocar las altas esferas del poder donde la corrupción es más prevalente. En estos niveles, altos funcionarios y organizaciones como el monopolio militar GAESA y la corporación Gaviota mantienen cuentas millonarias en el exterior, perpetuando un sistema corrupto.
La corrupción en Cuba es un mal grave y crónico, que el gobierno se niega a reconocer, pero que debe ser erradicado de raíz. Este fenómeno impide el desarrollo del país y socava la confianza del pueblo en su gobierno, que debería ser un servidor público honesto, no un ladrón.
Es momento de enfrentar este flagelo, porque como bien se dice: "Si no luchamos para acabar con la corrupción y la podredumbre, acabaremos formando parte de ella."
Publicado originalmente en la edición 201 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano.
La trágica muerte de Rosa María Santana, una joven presuntamente asesinada por su ex pareja el 4 de mayo, suma una nueva víctima a la larga lista de femicidios en Cuba. Según el Observatorio Independiente Alas Tensas y la organización Yo Sí Te Creo, la cifra de femicidios en lo que va del año ya asciende a 15, una cifra alarmante, considerando que apenas han transcurrido cuatro meses.
En 2024, la violencia de género ya ha cobrado la vida de 55 mujeres en la isla, en comparación con las 85 víctimas confirmadas en el año anterior. Sin embargo, esta alarmante cifra no ha logrado movilizar al régimen, que apenas aborda el problema y no ha implementado leyes severas que pongan fin a esta ola de violencia imparable. El silencio y la frialdad oficial no permiten son notables.
Siguen faltando centros de acogida para mujeres que han sido víctimas de la violencia, no se realizan campañas oficiales de sensibilización, se ha tipificado el feminicidio dentro del Código Penal pese a que la violencia de género constituye desde el año 2022 una agravante para algunos delitos. .¿Hasta cuándo habrá que esperar para que el gobierno intervenga de manera real en la solución a esta violencia? Es ya urgente que se declare un “estado de emergencia por violencia de género”.
De no lograrse en breve esto, nuevas víctimas, seguirán sumándose a la larga lista de víctimas del machismo y muchos niños menores de edad y adolescentes quedaran sin la protección maternal. La ausencia de una Ley Integral contra la Violencia de Género es una urgencia que sigue sin respuesta.
A pesar de haber sido demandada en el Parlamento Cubano en 2019 por un grupo de 40 mujeres feministas y nuevamente en 2023 por la organización Alas Tensas y otras defensoras de los derechos de la mujer, el gobierno no ha ofrecido una respuesta ante estas exigencias.
Mientras tanto, las víctimas continúan sumándose. El silencio y la indiferencia oficial son palpables. A día de hoy, siguen hasta el presente sin existir suficientes centros de acogida para mujeres víctimas de violencia, no se realizan campañas oficiales de sensibilización, y aunque el feminicidio fue tipificado en el Código Penal, la violencia de género sigue siendo una agravante solo para ciertos delitos desde 2022.
¿Hasta cuándo habrá que esperar para que el gobierno intervenga de manera efectiva y real en la solución de este flagelo? Es urgente declarar un “estado de emergencia por violencia de género”. De no lograrse pronto, seguirán apareciendo nuevas víctimas seguirán sumándose a la interminable lista de mujeres asesinadas por machismo, mientras muchos niños y adolescentes quedarán sin la protección maternal.
El silencio oficial ya no puede continuar. El momento exige la creación de leyes más radicales y ejemplares contra los verdugos que matan a nuestras mujeres. Cada minuto de tolerancia significa una mujer inocente más que muere, y esa es una carga difícil de sobrellevar para quienes nacimos de una mujer. Es hora de hacer realidad las declaraciones del Observatorio Alas Tensas de febrero de 2023: “En Cuba, hay que potenciar políticas públicas y mecanismos jurídicos para que no exista impunidad en casos de violencia.
Publicado originalmente en la edición 201 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano.
Por segundo mes consecutivo, el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) documenta un aumento alarmante de las violaciones a la libertad de expresión y de prensa en Cuba. En abril se registraron 112 agresiones, lo que representa un incremento del 16,67 % respecto al mes de marzo, cuando se registraron 96 violaciones.
Este repunte no es un hecho aislado, sino parte de una tendencia estructural y planificada de represión sistemática que se intensifica a medida que el régimen enfrenta mayor cuestionamiento ciudadano. Las violaciones documentadas evidencian la existencia de un modelo totalitario sostenido por múltiples brazos represivos, cuya finalidad es sofocar cualquier disidencia o manifestación crítica.
Del total de agresiones en abril, 97 se relacionan con la libertad de expresión y 15 con la libertad de prensa. Entre los indicadores figuran: 55 detenciones arbitrarias, 33 ataques, amenazas y/o agresiones psicológicas, 14 usos abusivos del poder estatal, 4 restricciones en el espacio digital, 4 reclusiones y 2 agresiones físicas.
Las violaciones ocurrieron en diez provincias, siendo las más afectadas: Matanzas (36), La Habana (32), Villa Clara (21) y Mayabeque (7). Los principales perpetradores vuelven a ser los órganos represivos del Estado: la Seguridad del Estado participó en 67 casos, la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) en 56 y el sistema penitenciario en 9. Esta reiteración confirma que no se trata de abusos aislados, sino de una política de Estado orquestada y ejecutada con precisión para neutralizar la voz ciudadana.
Entre las víctimas se identificaron: 22 activistas, 9 periodistas, 7 presos políticos, 4 opositores, 3 ciudadanos, un artista/creador y dos organizaciones. Una de ellas fue el propio ICLEP, que recibió amenazas públicas desde un perfil falso en Facebook por parte de un simpatizante del régimen, y la otra, la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), cuya sede fue saqueada y desconectada de internet tras la detención arbitraria de su líder José Daniel Ferrer y su familia.
Entre las víctimas, 26 son mujeres y 20 son hombres. Las Damas de Blanco continúan siendo uno de los principales objetivos del aparato represivo; sus integrantes fueron detenidas al menos en cuatro ocasiones durante el mes, con el fin de impedirles asistir a misa y orar por la libertad de los presos políticos. Del mismo modo, los opositores Ángel Moya y Félix Navarro también sufrieron detenciones reiteradas con el propósito de obstaculizar su participación en los oficios religiosos dominicales. Estos hechos reflejan una estrategia sostenida de persecución contra quienes ejercen el activismo cívico-religioso.
La Seguridad del Estado además puso bajo medida cautelar de prisión domiciliar e inició una investigación penal contra la líder de las Damas de Blanca Berta Soler y su esposo el expreso político Ángel Moya por el presunto delito de “atentar contra el orden constitucional, la independencia y la soberanía de Cuba”, luego de que se reunieran con el jefe de la misión diplomática de Estados Unidos en La Habana, Mike Hammer. Este hecho ilustra cómo el régimen criminaliza el derecho al diálogo internacional y reprime incluso los contactos diplomáticos legítimos.
Uno de los casos más crueles es el de la Dama de Blanco Sonia Álvarez, a quien se le impidió reiteradamente visitar a su hija, la presa política Saily Navarro, por vestir de blanco. Esta forma de castigo emocional y represalia política contra una madre revela el carácter profundamente inhumano del sistema represivo, que no duda en utilizar los lazos familiares como instrumentos de control.
Los ataques contra el ecosistema informativo independiente también se intensificaron. El periodista Carlos Michael Morales sufrió la extensión arbitraria de su sanción penal por cinco meses y el tribunal rechazó su contrato laboral privado mientras lo quiere obligar a vincularse al Estado, una práctica que simula legalidad, pero que encubre una forma de servidumbre forzada. La periodista de CubaNet Camila Acosta fue acosada por agentes sin identificación mientras cubría la procesión del Viernes Santo, y Adelth Bonne Gamboa denunció amenazas reiteradas en las redes sociales por parte de usuarios afines al régimen.
El reportero de 14ymedio Yadiel Hernández fue liberado tras pasar meses encarcelado injustamente en el Combinado del Sur, Matanzas. Su detención ocurrió mientras investigaba el tráfico de drogas en un preuniversitario. Aunque no fue procesado formalmente, se le impuso una fianza de 15 mil pesos cubanos, reflejo de una represión judicial que utiliza la coerción económica como castigo.
A raíz de la conmemoración del 1ro de mayo, varios periodistas y directores de medios comunitarios del ICLEP fueron sometidos a vigilancia y amenazas de encarcelamiento si salían de sus casas o cubrían las marchas oficiales. Este operativo de represión preventiva demuestra que el régimen no reacciona a los hechos, sino que planifica y ejecuta acciones represivas con antelación para garantizar el control total del relato público.
La censura también se trasladó a los medios estatales. A la gloria deportiva Omar Ajete le apagaron el micrófono en plena transmisión de un partido de béisbol por denunciar la falta de atención a exatletas. Asimismo, el historiador Julio César González Pagés fue excluido del programa "Alerta en Series" por sus análisis sobre desigualdad y violencia juvenil. Ambos casos reflejan la intolerancia absoluta del régimen ante cualquier crítica, incluso cuando proviene de figuras prestigiosas.
En las cárceles, el artista y rapero Nando Obdc (Fernando Almenares) fue trasladado a la prisión de San José de las Lajas –conocida como “la prisión del sida”– sin justificación médica alguna. El régimen pretende fabricarle una nueva causa penal tras el fracaso de la acusación inicial por terrorismo. Este traslado sin base sanitaria sugiere una intención deliberada de estigmatización y castigo psicológico, en represalia por las denuncias que ha realizado desde prisión.
Además de las violaciones directas a la libertad de expresión y de prensa, el ICLEP identificó vulneraciones sistemáticas a derechos fundamentales conexos, entre ellos: el derecho a la participación política y en la vida pública, el derecho a la manifestación pacífica, el derecho a la protección contra la detención arbitraria, el derecho a la libertad de movimiento, el derecho a la manifestación libre de creencias y el derecho a la integridad y seguridad personal.
El aumento sostenido de agresiones en marzo y abril confirma que el régimen ha intensificado su doctrina de represión preventiva, castigo ejemplar y silenciamiento absoluto. Lejos de corregir sus fallas políticas, económicas y sociales, la dictadura redobla la violencia institucional para mantenerse en el poder. Los datos y testimonios aquí presentados no son simples cifras: son la evidencia viva de una nación que lucha por expresarse frente a un aparato totalitario que le niega voz, derechos y dignidad.
Desde el ICLEP reiteramos nuestro compromiso con la documentación rigurosa, la denuncia ética y la defensa activa de las libertades fundamentales. Continuaremos elevando las voces silenciadas y visibilizando ante la comunidad internacional la crudeza del sistema represivo cubano, en la convicción de que sin libertad de expresión no hay democracia posible.
En medio de lamentables y turbulentas noticias como la del fallecimiento del premio Nobel de Literatura Mario Vargas Llosa, la guerra de aranceles, los constantes ataques del ejército ruso contra localidades ucranianas y el estancamiento de las negociaciones de paz para poner fin a ese conflicto; una buena noticia recorre América y el mundo, Daniel Noboa fue reelecto como presidente de Ecuador.
Después de una contienda electoral que tuvo que definirse en segunda vuelta, en la que las encuestas daban un empate técnico entre el joven candidato a la reelección de apenas 37 años y Luisa González, representante del Partido Revolución Ciudadana del ex presidente Rafael Correa.
La victoria fue aplastante, más de 10 puntos porcentuales de ventaja, pero la llamada izquierda latinoamericana no podía aceptar la derrota. La candidata derrotada no demoró en calificar las elecciones como fraudulentas, su voz fue seguida por la de la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum, el binomio matrimonial-presidencial formado por Daniel Ortega y Rosario Murillo, la de Nicolás Maduro, y no pudo faltar la del polémico presidente colombiano Gustavo Petro.
Es obvio que de haber triunfado la candidata de Correa no hubieran cantado el fraude. Pero, ¿quiénes se llenaron la boca para calificar este proceso electoral como fraudulento? Nicolás Maduro fue proclamado ganador el pasado año de unas elecciones catalogadas como fraudulentas por varios gobiernos democráticos y reconocidas organizaciones especializadas en temas electorales.
En el caso del binomio Ortega-Murillo, el ex guerrillero fue reelegido en el 2021 en unas dudosas elecciones no menos polémicas, igualmente cuestionadas por la comunidad internacional. Sobre la presidenta de México esta rompió relaciones diplomáticas con el gobierno de Noboa tras el arresto del ex vicepresidente Jorge Glass, y ha declarado que su gobierno no tiene ni tendrá relaciones diplomáticas con Ecuador mientras este sea presidente.
Estos políticos, si así puede llamárseles, no hicieron gala de su capacidad analítica. El correísmo ya había perdido terreno en Ecuador. Hasta el punto de que a pesar de su derrota en la primera vuelta de las elecciones presidenciales, efectuadas en febrero, Luisa González definió el resultado como una victoria.
¿Qué hubiese representado un triunfo de la izquierda en Ecuador? Algunos de los principales líderes de esa fuerza política hoy son perseguidos por la justicia ecuatoriana o cumplen condenas, como el ex vicepresidente Jorge Glass, encarcelado por corrupción.
El mismo Correa hoy radica en el extranjero para evitar cumplir una condena por cohecho, por si fuera poco el candidato a vicepresidente Diego Borja, tras la derrota del binomio correísta el pasado día 13, protagonizó una sonada fuga hacia Colombia.
Ecuador es un país azotado hoy por la violencia de grupos criminales vinculados al narcotráfico. El gobierno de Noboa le ha declarado la guerra a estas bandas y aplica una política de mano dura contra el crimen. Lo mejor que le pudo suceder a Ecuador fue lograr mantener lejos de la silla presidencial a estos “revolucionarios” personajes salpicados por la corrupción.
Publicado originalmente en la edición 235 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa