El conocido político y estratega militar Napoleón Bonaparte expresó en una ocasión: "Solo se puede gobernar un pueblo ofreciéndole un porvenir. Un jefe es un vendedor de esperanzas". Esta reflexión tiene un sentido verdadero cuando las promesas de un futuro o porvenir llegan a convertirse en realidad y no solo llegan a ser palabras huecas y simples promesas de políticos que tratan de mantenerse en el poder, engañando a un pueblo todos los días, como es el caso de Cuba.
Durante décadas la dictadura cubana ha tratado de ganarse el respaldo del pueblo ofreciendo promesas y migajas en las más diversas formas. Discursos políticos cargados de promesas de mejoras y cambios son la estrategia de control político del sistema, buscando mantener en la servidumbre, como perros falderos a millones de cubanos. Una mirada a las décadas del 60,70 y 80, muestran a un régimen populista prometiendo al pueblo carente y necesitado un futuro digno que nunca ha sido una realidad.
Los cubanos que nacieron con la llamada revolución, fueron las primeras víctimas del engaño y les ha tocado experimentar en carne propia la verdadera naturaleza y esencia humillante del comunismo. Estos cubanos han vivido los difíciles días de los años 70, cuando no había alimentos en el país y la inflación crecía por días, cuando las madres desesperadas cocinaban espaguetis como arroz, después vivieron los duros años del periodo especial a finales de los ochenta, etapa de largas jornadas sin corriente y escasez total de alimentos y porúltimo estos cinco años que nos han tocado vivir, marcados por el hambre, la inflación, la falta de corriente, medicinas y carencias de todo tipo.
Como suelen decir muchos, no ha escampado la miseria en este país desde el 59. El sistema político cubano ha mantenido la demagogia y las promesas como los verdaderos pilares que sostienen su endeble y carcomida existencia. Los mismos gobernantes que prometieron durante décadas al pueblo quitarles los bienes a los ricos para entregarlo a los pobres, hoy mantiene a esos pobres en una total miseria y ellos se han convertido en los nuevos ricos.
Tal realidad, no resulta un secreto para nadie, excepto para quienes servilmente pretenden ser cómplices. Ya muy pocos cubanos simpatizan o creen en las palabras engañosas de los gobernantes de la isla, porque la realidad que se vive dice algo muy diferente. Hay quien dijo y con toda claridad que se puede engañar un pueblo unos días, pero no toda la vida.
Sesenta y cinco años de mentiras, manipulaciones, migajas y engaños son suficientes. No es permitido hoy sucumbir ante la manipulación, es el momento de exigir a quienes gobiernan el ejercicio de una política que garantice una verdadera dignidad humana y libertad total.
Publicado originalmente en la edición 192 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano
Por las acciones actuales del régimen no hay que ser académico de la Economía, ni estudiarse el panfleto de los ilustres de Chicago, para dar con tal información, basta un letrado de barrio, de esos que desde hace 66 años sufren de dictadura.
¿Quién mejor que ellos para dar con la respuesta? Y lo grande de la investigación, cualquier vecino da con el asunto. En medio del huracán de prohibiciones del poder al sector privado hay una reciente que resalta, es como ponerle la tapa al pomo: la referente a las importaciones.
Esto, cuando la experiencia humana dicta rumbo contrario, acabar de liberar las fuerzas productivas. ¿Qué significa? Liberar a los cubanos que puedan trabajar, crear, que puedan ser amos del fruto de sus ganancias.
El aldabonazo castrista, la última metedura de pata, o resolución 166 de 2024 -que de toda esta gente de allá arriba, lo único que cae sobre el pueblo cubano es una lluvia de decreto y resoluciones en lugar de un boniato-, publicada en Granma, disponible en la Gaceta oficial NO. 95 del 4 de octubre dice: “Tiene como principal objetivo facilitar el acceso para importar o exportar bienes y servicios, y que el ajuste en lo establecido se debe a la identificación de distorsiones en las operaciones de comercio exterior…”.
Dice el cuento de quien tú sabes, que la resolución incluye un anexo con más de 40 empresas estatales autorizadas para realizar operaciones de importación y exportación en nombre del sector privado; donde el medio independiente Diario de Cuba asegura: “La nueva normativa se suma a los últimos decretos leyes que asfixian a las mipymes y demás negocios privados, y que según el Gobierno buscan fortalecer el funcionamiento de la empresa estatal socialista”. Como se aprecia de facto, amén del carácter oficial del dictamen, siguen apretando.
Primero, el detalle no siempre advertido a no ser por los analistas callejeros, hay que corregir las distorsiones que crean ellos mismos. Segundo, la pregunta, a qué se dedica el régimen. A poner traba en todo, y qué resulta: desestimula. Y no solo que no se produce, sino, como alguien dijo, otra de barrio, que desestimula al cubano que tiene ideas, que es emprendedor. Fin de la historia, qué ocurre y continuará ocurriendo, hambre, necesidad y que las personas escapen de Cuba.
A la iniciativa privada no se le puede seguir poniendo restricciones. Lo que hoy estamos viviendo habla de eso. No hay otro camino que la libertad del cubano para todo. Señores, es sencillo, ¿qué hay que ver en todo esto?
La última resolución. ¿dónde está el futuro? Nada, “cien años más de soledad”, de miseria, de apagones, y de protestar con los pies. Hemos concluido, y con toda seguridad podemos afirmar que la investigación callejera a punta de lápiz ha dado en la diana sobre quién es el responsable de los altos precios en Cuba. ¡Viva el barrio!, a quienes nos dedicamos.
Publicado originalmente en la edición 227 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa
En estos días de escapes locos de la Isla, de a como dé lugar, compulsivos, debido a la creciente miseria en el territorio nacional como resultado de la pésima administración del régimen, hay un tema que toma fuerza en los debates de barrio y los lectores han consultado a Amanecer. Se trata de la cancelación de vuelos hacia el exterior del país por el auge del Oropouche. Muchas personas ya tienen comprado boletos desde hace meses. La preocupación crece por día y al barrio nos vamos.
Aunque hubo momentos en que tal posibilidad, las cancelaciones de vuelos, tomó fuerzas en redes sociales, desde nuestra apreciación y para sosiego del cubano de a pie que ha vendido casa y cuanto tiene para huir del país, es imposible en extremos.
Las razones son como siguen, el país a donde lleguen los cubanos infestados no tiene las mismas condiciones de insalubridad que dejan atrás. Junto con el enfermo, el avión tendría que cargar con los basureros y los mosquitos de Cuba.
Incluso, estando allá con la carga maldita, donde suelen existir gobiernos de verdad, las condiciones sanitarias de las calles no serían propicia para una epidemia. Otros, en el barrio Los Sitios, proyectaron su preocupación a los pantanales asociados al Río Misisipi ─en condición de susto y con boleto comprado surgen los fantasmas desde cualquier esquina de la cabeza. Es cuestión de naturaleza humana─, el río como medio propicio y de posible foco de extensión de plagas hacia los estados adyacentes.
“¿La bulla de un simple foco dejaría en tierra a los cubanos con boletos?”, preguntó un vecino de Centro Habana. No, fue igualmente nuestra aclaración de servicio comunitario ICLEP. Es tanto el rigor y el empeño en EE.UU. por mantener bajo control la salud de sus ciudadanos, “pese a no ser un país comunista”, que de los pantanales del Misisipi no partirán los mosquitos Culex Quinquefasciatus cubanos a poner malo al imperio.
Tranquilidad ciudadanos, esa posibilidad de exportación es nula; aunque en la Isla tengamos basureros en las calles para fletar a medio mundo aviones cargados los 365 días del año. Por tanto, y con esto creemos haber aclarado la duda a nuestros lectores, nos mantenemos en calma respecto a los boletos ya comprados. Sobre el incremento del Oropouche en Cuba, las alarmas del Misisipi no llegarán a ninguna parte.
Publicado originalmente en la edición 248 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero
Cuenta un amigo y colaborador de esta publicación ciudadana, que dijo estar presente cuando la caótica puesta en marcha de la última industria del níquel en Moa, provincia de Holguín, que el actual descalabro en la generación de energía en el país se veía venir desde hace más de 30 años. Agrega, que solo el régimen no movió un dedo para anticiparse a lo que estaba por llegar.
Es decir, nos quedamos sin Gobierno. Se explica el amigo, nosotros los reporteros, incluido los lectores, todos oídos, nos adentramos en los vericuetos de sus informes técnicos; que no todo en la Isla es basureros y fosas derramadas en las calles. Hay más miserias de lo que un país puede soportar.
Y el ingeniero hace una secuencia de puntos para dar crédito a su tesis. Primero: Las condiciones políticas de los asesores soviéticos que prestaban servicio en la planta niquelífera y por extensión de la sociedad allende los mares, de los eslavos pioneros en el planeta de la hoz y el martillo, la mayoría de ellos, pero la inmensa mayoría, rechazaban el sistema comunista imperante en su país.
Y lo decían con total franqueza. Entonces, dijo el ingeniero cubano: “Si esta gente inventó el socialismo y hoy piensan así, es que el asunto rojo huele mal”. Las señales apuntaban a la posibilidad de que colapsara el comunismo en la URSS; de donde venía el petróleo de las termoeléctricas cubanas. Segundo: De la Unión Soviética llegaban a Cuba cada año 11 millones de toneladas de petróleo, en ocasiones 12. Recordar que una tonelada de este combustible equivale a 6.29 barriles U.S., y hoy Cuba necesita diariamente 115 000 barriles diarios. Es decir, los soviéticos mantenían con vida al país.
Se dependía de ellos y esto podía terminar de un momento a otro, como más tarde sucedió. Tercero: No es secreto que el crudo nacional es de pésima calidad, con contenido de azufre rayano al 8% y de vanadio, otro mata tubos, de hasta 150 partes por millón (ppm).
Dice el ingeniero colaborador de Amanecer, y explica a nuestros lectores, que todo el entendido sabe de los terribles daños que provoca el pentóxido de vanadio (V2O5), que al final todo concluye en ácido sulfúrico (H2SO4), sustancia extremadamente corrosiva; algo así como el asesino ideal de todo hierro vivo en el planeta.
Concluye el experto que cuando colapsó la URSS y se cerró la llave de carburante hacia la Isla era cierto que no había en ese momento más opción que usar el crudo nacional. Claro, bajo ciertos ajustes, como: mezcla de hidrocarburos para suavizar la rabieta del chapapote cubano; comprar nuevas cámaras de combustión, dígase las alemanas, en busca de optimización eficiente de la mixtura; y el acortamiento de los ciclos de mantenimiento. Pero, después de esto, que eran acciones transitorias, el régimen se quedó cruzado de brazos.
La dictadura tuvo más de 30 años para revertir esta situación y prevenir lo que hoy estamos sufriendo, y no hizo nada. Por ejemplo, levantar nuevas termoeléctricas o desarrollar los parques de energía renovable, y no lo hicieron. Pusieron todos los huevos en la canasta del turismo. Cuba no ha cambiado de lugar y si hay algo que sobra en esta parte del planeta es sol. Solo que antes de finalizar su disertación el ingeniero quiso agregar algo: el casco ideológico de la dictadura en el asunto.
Cuenta el colaborador de Amanecer, que un asesor del ministro de Energía y Minas, hombre jovial y genio en el tema, en una reunión con la máxima dirección del país cometió el error de alertar sobre lo que estaba por venir.
Al hombre lo desaparecieron y nunca más regresó a Moa, para sus consejos técnicos a cerca de la industria del níquel. Dicen que lo han visto vendiendo pirulí en alguna que otra esquina habanera. Pero, cuál fue la justificación para hacerlo tierra.
No confiar, en este caso un alto asesor, en la izquierda internacional y menos aún en las proyecciones de la revolución cubana. En otras palabras, desconfianza en el castrismo. Algunos aseguran que le dijeron: “Entonces tú no confías en la Revolución”.
Hoy, el régimen corre de aquí para allá con los paneles solares al hombro, que ya no sabe dónde sonarlos. Los quita y los pone, siempre improvisando. Algo que pudo hacerse hace más de 30 años con visión de país; mientras, ahora mismo, los ventiladores de castigo en las paredes y mirando al cielo. Algo que se veía venir. No todo en Cuba es bloqueo.
Publicado originalmente en la edición 248 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero
El hambre es un flagelo que afecta tanto a personas en países con extrema pobreza económica como a poblaciones afectadas por guerras, desastres naturales catastróficos, o gobernadas por sistemas políticos fallidos, incapaces de garantizar alimentos para todos los sectores de la sociedad. Aunque hace algunas semanas la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) afirmó que en Cuba no hay hambre, y la prensa oficial nacional replicó esta declaración, quienes vivimos en este país sabemos que esa realidad es distinta.
Es una realidad palpable en nuestra sociedad que muchos de nuestros amigos y vecinos en numerosas ocasiones se acuestan sin comer y que los pocos alimentos que pueden comprar con su devaluado salario, son destinados a la alimentación de sus hijos y familiares ancianos o enfermos.
No sé si los funcionarios de la FAO han recorrido los barrios cubanos donde residen personas que viven de un salario en moneda nacional y no reciben dólares o ayudas económicas del extranjero. Puedo asegurar que de hacerlo, les sobrarían ejemplos de personas que pasan días enteros sin comer y hasta se desmayan por falta de alimentación.
Dionisio Zamora Contreras, un jubilado del sector de la Educación que reside en el reparto Osvaldo Herrera le aseguró a nuestra redacción, que él y su esposa, pasan varios días a la semana sin probar alimentos, porque su salario de 1500 pesos mensuales no le alcanza para comprar lo que necesitan para comer.
“En los últimos años el gobierno de este país ha disminuido considerablemente la cantidad de productos que vende en las bodegas por la libreta de abastecimiento, eso provoca que las personas tengan que comprar los alimentos que necesitan a precios muy elevados en establecimientos privados o en el mercado informal”, alertó.
El señor Zamora Contreras refiere que para él es imposible poder pagar 180 pesos por una libra de arroz, 350 por una libra de frijoles, 3500 pesos por un cartón de huevos o 130 pesos por una flauta de pan.
Luisa Izquierdo Ruiz, enfermera que trabaja en el Hospital Arnaldo Milián Castro, le comentó al auto de este artículo, que las medidas económicas adoptadas por el Estado Cubano en los últimos años solo han conseguido incrementar el hambre y la miseria que vive la población de nuestro país.
“Todos los días llegan personas a nuestro hospital con síntomas de desnutrición severa y hasta desmayadas por el hambre. Es muy triste que el Gobierno y las organizaciones internacionales, no reconozcan la realidad que vive nuestra población”, lamentó.
Publicado originalmente en la edición 128 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Páginas Villareñas
El pasado 10 de octubre se conmemoró un nuevo aniversario del levantamiento armado de 1868 en la finca La Damajagua, en el cual el abogado y patriota Carlos Manuel de Céspedes, liberó a sus esclavos y comenzó la lucha contra el colonialismo español.
Ese día se reconoce oficialmente como el inicio de la lucha por la independencia de Cuba y la abolición de la esclavitud. A pesar de encontrarse en desventaja numérica en comparación con el potente ejército español y de prácticamente no contar con armas de fuego, las nacientes tropas mambisas demostraron su coraje y convicción enfrentando al enemigo.
Es difícil de asumir que los cubanos de aquella época fueran capaces de arriesgar sus vidas en la manigua para liberarse de yugo impuesto por España y que por el contrario las actuales generaciones, prefieran abandonar a sus familiares y partir hacia el extranjero realizando largas travesías, antes que enfrentar al régimen que los oprime y somete. Son numerosas las publicaciones en redes sociales que describen a los cubanos de hoy como sumisos o conformistas.
La mayoría de estos comentarios provienen de personas que ya han emigrado y que se encuentran fuera del alcance de la dictadura cubana. Los ciudadanos que se encuentran dentro de Cuba responden a esas críticas alegando que esos que tanto hablan y publican desde tierras de libertad, tampoco fueron capaces de enfrentar al régimen cuando vivían en la isla. Lo cierto es que solo unos pocos cubanos son capaces de oponerse abiertamente al sistema político que gobierna la isla y soportar las consecuencias que eso conlleva.
Víctor Puentes Arboláez, psicólogo con más de 30 años de experiencia en esa profesión que reside en el reparto Bengochea, le aseguró a nuestra redacción, que las acciones represivas que incluyen encarcelación, amenazas, torturas físicas y psicológicas, impuestas por el régimen cubano contra los opositores a los largo de más de 60 años, han tenido éxito en sus objetivos.
“Es una realidad que la mayoría de los cubanos no se atreven a enfrentar al Gobierno a pesar de las muchas limitaciones económicas y espirituales que sufren en la actualidad. He visto a grupos importantes de personas en mi barrio salir a las calles a gritar consignas contra el régimen durante los apagones y luego quedarse callados y hasta salir corriendo, al ver a una sola patrulla de la Policía. Es increíble el miedo que se les tiene”, refirió.
Publicado originalmente en la edición 128 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Páginas Villareñas
Durante octubre el Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) registró un total de 74 violaciones a la libertad de expresión y de prensa en Cuba, un número que significa un incremento del 105.56% respecto al pasado mes. La fuerte escalada represiva del régimen contra periodistas y ciudadanos que salieron a protestar a las calles ante la crisis energética que consume al país, incidieron considerablemente en este aumento.
Del total de hechos violatorios, 28 estuvieron realcionados con la libertad de prensa y 46 libertad de expresión. Igualmente, se reportan 27 ataques, amenazas y/o agresiones psicológicas, 18 detenciones arbitrarias, 11 usos abusivos del poder estatal, 8 restricciones en el espacio digital, 6 reclusiones y 4 agresiones físicas. La Seguridad del Estado y la Policía Nacional Revolucionaria fueron los principales órganos represores.
En diez provincias de la isla se documentaron violaciones a la libertad de expresión y de prensa, siendo La Habana (21), Villa Clara (21), Las Tunas (7), Guantánamo (6), Artemisa (5), Sancti Spíritus (5) y Camagüey (4) las de mayor incidencia. Justamente en Manicaragua, Villa Clara, tuvo lugar una protesta el 21 de octubre frente a la sede del gobierno municipal en medio del colapso energético nacional, tras la cual fueron arrestados varios ciudadanos que trasladaron a la cárcel La Pendiente al imponérseles prisión preventiva.
Entre las víctivas de estas agresiones, 37 hombre y 11 mujeres, figuran 17 periodistas, 16 ciudadanos, 8 presos políticos, 4 opositores, 3 activistas y 3 creadores de contenido. Es importante resaltar que la gran mayoría de las personas arrestadas por protestar pacíficamente contra los apagones no estaban vinculadas a ninguna organización opositora o contraria al régimen, simplemente eran ciudadanos haciendo un justo reclamo antes las carencias y necesidades que se viven en el país arreciadas por la crisis energética.
Preocupante resultó durante octubre la escalada represiva que continuó la dictadura contra los periodistas y colaboradores de medios independientes como CubaNet, El Toque y Periodismo de Barrio. Varios de ellos luego de ser interrogados, amenezados y grabados auto inculpándose de delitos que no cometerion, fueron obligados a renunciar públicamente en redes sociales a su trabajo con estos medios.
También los directores y periodistas de los medios comunitarios del ICLEP, Juan Manuel Moreno Borrego (Amanecer Habanero), Orlidia Barceló Pérez (El Espirituano), Mabel Páez Díaz (El Majadero de Artemisa) y Antonio Suárez Fonticiella (Páginas Villareñas), fueron citados simultáneamente en sus provincias, interrogatorios y amenazados para que no continuaran con su labor.
Incluso en medio del colapso energético y con falta de combustible, el régimen destinó recursos a vigilar, acosar y reprimir periodistas y colaboradores de medios independientes y del ICLEP.
La censura también se puso de manifiesto ese mes, el régimen cubano censuró al joven Osmel González por la creación de una serie en YouTube que retrataba la realidad de la isla, basándose en la nueva Ley de Comunicación Social que constituye absoluta violación a los derechos fundamentales de libertad de expresión y acceso a la información en Cuba. Un caso que no se debe pasar por alto fue el de dos youtubers peruanos que durante su viaje a La Habana fueron interrogados y deportados a su país por grabar videos en la capital, con lo que se evidencia que no solo los nacionales pueden ser víctimas del férreo control de la dictadura.
El pasado 18 de octubre se llevó a cabo el juicio contra Ana Ibis Tristá Padilla, que enfrentaba una petición fiscal de 12 años de privación de libertad, Félix Daniel Pérez Ruiz, a quien pedían siete años de prisión, Christian de Jesús Peña Aguilera, cinco años, y Jarol Varona Agüero, 10 años de cárcel, todos enjuiciados bajo los supuestos delitos de “propaganda contra el orden constitucional” y “otros actos contra la Seguridad del Estado” por poner carteles antigubernamentales en Las Tunas.
Las amenazas a los presos políticos continúan, el periodista independiente Carlos Michael Morales, quien cumple una sanción de ocho meses de prisión domiciliaria, recibió un nuevo ultimátum, comienza a trabajar para el Estado o irá a prisión a cumplir los meses que le quedan de su condena. Pedro Luis Fernández Peralta, Coordinador Municipal del Foro Antitotalitario Unido (FANTU) “Diez de Octubre” en La Habana fue amenazado por la Seguridad del Estado luego de que se negara a servirle a la policía política como delator. El preso político Luis Robles Elizástigui, con una condena de cinco años de cárcel por los supuestos delitos de “propaganda enemiga” y “desobediencia”, fue amenazado por la Seguridad del Estado por las denuncias que hace su madre a través de las redes sociales para exigir su libertad. También se le negó la libertad condicional al preso político y animalista Gustavo Mena Artola, condenado a dos años de prisión por desacato debido a publicaciones en Facebook
La represión del régimen cubano se extiende a cualquier frente en el que por asomo vean algún peligro que amenace su permanencia en el poder. Las violaciones a la libertad de expresión y prensa ocurridas durante el mes de octubre evidencian claramente que la dictadura no escatima en esfuerzos para silenciar a sus ciudadanos. Ya no se trata solo acallar a los periodistas y colaboradores de la prensa independiente, sino a cualquiera que cuestione de manera abierta y pública la realidad existente en Cuba o exija sus derechos.
Desde el ICLEP hacemos un llamado a los cubanos a continuar denunciando públicamente estas agresiones, y pedimos a las organizaciones internacionales de derechos humanos y medios de comunicación que continúen visibilizando las violaciones a la libertad de expresión y prensa que se cometen en la isla.
Como ya es costumbre en nuestra provincia, las grandes instituciones se dedican a violar los reglamentos y estatutos determinados por la ley; este es el caso del Combinado Pesquero de La Coloma. Hace cinco años Rosendo Hernández, director de la UEB Langosta y Escama, extrajo combustible de varias embarcaciones para destinarlo a otras más productivas. Era un momento de crisis, como el que atraviesa la zona pesquera de La Coloma hoy en día.
Como medida disciplinaria se le dieron a escoger entre dos opciones arbitrarias: la baja de la entidad o un retiro adelantado de manera inmediata. Esto trajo como consecuencia que se viera afectada su jubilación, y todo por seguir las órdenes de jefes incapaces.
Ahora, cinco años después de ser sancionado el señor Rosendo, se vuelve a violar lo establecido y se toma la iniciativa de extraer combustible de los barcos de escamas para proporcionárselo al langostero, debido a que la langosta tiene un mayor valor comercial.
En esta ocasión la medida fue recibida con bombos y platillos, aplausos por la gran idea e innovación, sin pensar que esto no es nada nuevo. Además, es más fácil afectar la labor del escamero que aporta menos a la economía del país.
Según los pescadores, las leyes que se aplican en la empresa pesquera cambian y varían en dependencia de quienes las aplican. Recordemos que la cadena afloja por el eslabón más débil. Y sea cual sea la medida, siempre en esta empresa se ha visto afectado el obrero.
Como el caso de Rosendo, que en la actualidad no tiene permitido visitar las instalaciones de dicha entidad. O como sucede en estos momentos con los escameros que están en puerto sin trabajar por las medidas tomadas y debido a esto no podrán cobrar su salario; inclúyase también entre los afectados los trabajadores de la línea de producción de escamas.
Los obreros de dicho centro tienen una pésima opinión de sus directivos, en esta empresa se observa desde el nepotismo, hasta algo tan desagradable y obsoleto como la discriminación racial.
Son disímiles las ocasiones en las que han venido delegaciones extranjeras y se han retirado de la línea de trabajo a las personas negras, en conjunto con todos los que ellos no consideren agradable para la vista. Somos conscientes del trato que le dan las empresas socialistas a los ciudadanos, estos ya se dieron cuenta de que el socialismo no es más que una forma que tienen los dirigentes de apoderarse de los beneficios del pueblo trabajador.
Publicado originalmente en la edición 275 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Panorama Pinareño