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Por la periodista ciudadana Maribel Aquino
Jun 29, 2024 | 10:00 AM
Los recientes sucesos en el emblemático Palacio de Los Monos, ubicado en el municipio habanero del Cerro, donde grupos juveniles organizados se enfrentaron con armas blancas y varios resultaron heridos, reflejan una realidad en Cuba muy distinta a la de los años 70 y 80, caracterizados por cierta tranquilidad y seguridad ciudadana.
Aunque los representantes del régimen intentaron restar importancia a estos hechos, dándoles solo un breve espacio en el noticiero de la televisión nacional del domingo 8 de junio, la violencia y la delincuencia en el país son una realidad innegable.
La imagen de una Cuba tranquila y segura, que el sistema ha vendido por décadas al mundo ya no están real. Feminicidios, asaltos en las calles, asesinatos, robos son algunas de las manifestaciones visibles del fenómeno de la violencia.
Muchos analistas hoy se preguntan ¿Cuántos hechos más de esta naturaleza tienen que ocurrir en el país para que el régimen cubano deje de justificar el aumento de la violencia alegando que es solo una ofensiva mediática para desacreditar y crear un escenario de inseguridad? No se puede seguir justificando y escondiendo tras una retórica oficialista amañada, el incremento de la violencia: en Cuba hay delincuencia organizada y tristemente involucra a los jóvenes. Todo esto echa por tierra uno de los supuestos logros de la revolución cubana, la seguridad ciudadana. Hoy las calles no son seguras.
Los tiempos en que se caminaba a cualquier hora de la noche por las ciudades, han quedado atrás, hacerlo en estos tiempos es exponerse a ser asaltado, golpeado y asesinado por algo tan trivial como un simple celular.Buscar el culpable, es algo sencillo.
El fracaso del modelo económico y político cubano es la causa principal que engendra esta problemática social tan lamentable y creciente La crisis económica que ha engendrado este obsoleto sistema, con todas las carencias que traen consigo y las pocas garantías para una vida digna, hacen que pulule la delincuencia y la violencia como producto colateral.
La violencia en la isla es un problema que crece por días y resulta prácticamente incontrolable, cobrando victimas de diferentes edades y sexos y las fuerzas policiales no logran detenerla. La inseguridad ha tomado el control de la vida ciudadana y el miedo se ha convertido en un fantasma que amenaza cada día a los cubanos.
Ni programas de televisión amañados con argumentos fabricados para manipular la opinión pública podrán cambiar o esconder tras bambalinas la violencia creciente en la isla. Somos un país con una creciente tasa de criminalidad y con el riesgo de perder en este bajo mundo lo más preciado que tenemos, nuestros jóvenes.
Publicado originalmente en la edición 182 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano