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Por el periodista ciudadano Pedro Luis Hernández
Jan 9, 2025 | 2:00 PM
Pretender que el sector no estatal en Cuba pueda perdurar como un actor económico con garantías y respaldo oficial es una de las ideas más absurdas que puede concebir cualquier cubano. La presencia de las mipymes y los trabajadores por cuenta propia es la medicina amarga que el régimen cubano ha tenido que tragar a regañadientes, en un intento desesperado por encontrar una tabla de salvación para una crisis económica que desmantela el sistema día tras día.
El futuro de las más de 9 mil micro pequeñas y medianas empresas en Cuba ha sido un tema que está en el centro de mira del régimen cubano y sido objeto de debate en los últimos meses, como parte de su escalada contra el sector no estatal en la isla, cuya manifestación más evidente ha sido la cruzada contra este sector a principios del actual mes de diciembre.
Durante las recientes sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular los diputados presentes hablaron con preocupación los altos precio de los productos que comercializan los negocios privados, `precios que realmente son abusivos para la mayoría de la población, pero que tienen como causa el fracaso de la llamada empresa estatal y la incapacidad del modelo económico cubano para mantener un abastecimiento estable y adecuado de los bienes y servicios que necesita la población.
Usando como pretexto la ineficacia de los sistemas de control, supervisión y regulación sobre el sector no estatal los portavoces del régimen , entre ellos el primer Manuel Marrero Cruz adelantan parte de lo que podrá suceder con el sector no estatal en el 2025, una ofensiva fatal que utilizará, según refieren los gobernantes cubanos nuevas tecnologías y métodos para el control del sector no estatal. En resumen el control y la represión es lo que se divisa en el horizonte político.
Aunque Marrero Cruz ha afirmado que las normas no están diseñadas para prohibir, también aseguró que habrá regulaciones cuya precisión no está claramente definida en las normas. Esto deja en claro que, al final, todo dependerá de lo que el gobierno decida establecer como regulaciones.
El discurso oficial pretende que las mipymes salven la economía cubana pero a la vez establecen un control total sobre estas, y no cesan de hablar en su jerga oficial del mantenimiento de una empresa estatal que hoy está en crisis total. En todo esto hay una realidad que no podemos ocultar y es que las mipymes no son el salvador de la economía cubana pero tampoco la causa de sus problemas, esto es responsabilidad del régimen cubano y sus fallidos experimentos económicos.
Publicado originalmente en la edición 195 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano