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Por la periodista ciudadana Melba González González
Dec 12, 2024 | 10:00 AM
En estos momentos, después del impacto que ha causado la caída total del Sistema Eléctrico Nacional, hay una pregunta en Cuba que todo el mundo se hace, anda de boca en boca: ¿es posible otro apagón total en la Isla? ¿Están creadas las condiciones? La respuesta es sí, y todo indica que está más cerca que nunca.
Desde el apagón general del 18 de octubre pasado hay una noticia que le está dando la vuelta al mundo. Un hecho insólito. El desastre tocó a Varadero, el primer destino de sol y playa en la Isla. Sucede, que también fueron cuatro días sin electricidad en este balneario. Hasta la fecha, algo en extremo impensable y que nunca había sucedido.
Resultado, en la medida de los días se fueron apagando los hoteles en función de la disponibilidad de combustible de sus plantas auxiliares, y con turistas dentro. De inmediato, las agencias internacionales se hicieron eco -en buen cubano, el chisme se regó-.
El daño, todavía muy pronto para sopesar y en crecimiento como bola de nieve, pudiera ser fatal para la industria hotelera cubana. En estos momentos, Varadero espanta a los visitantes extranjeros desde cualquier rincón del planeta.
Este análisis de la prensa ciudadana es tan cercano a lo real que el martes 29 de octubre el Ministerio de Turismo de Cuba, raudo y veloz, sin tiempo que perder en un intento de control de daños, anunció por medio de la directora Comercial de Ministerio, Hania Galindo Enrique, que durante la temporada alta se instalarán “generadores de electricidad de respaldo”.
Solo que la temporada alta, es ya. De la precipitada del anuncio se desprenden dos lecturas: El daño del apagón total en la Isla a la imagen internacional del turismo cubano fue colosal, más si el régimen pretende vivir de esta industria. ¿Por qué? Sencillamente, porque hoy para las arcas del país es difícil destinar cuantiosos recursos para comprar plantas eléctricas. Plantas, que no son caceras, sino para hoteles; y solo en Varadero hay más de 50 hoteles.
Esto, sin contar el resto del país. Y, cuando la dictadura se ve obligada a tomar esta medida desesperada, porque dinero apenas hay, es porque no descarta la posibilidad de que un nuevo apagón total se repita. Ahora, qué tenemos hasta este preciso momento. Con qué contamos los cubanos para sentirnos seguros portadores de la luz como cualquier otro ciudadano de este mundo, allegados a la tan necesaria energía eléctrica. Con nada, solo con justificaciones de la dictadura y a la espera de otro descalabro. En otras palabras, el llanto de mi guitarra en Naciones Unidas, y tocando una vez más la melodía del bloqueo.
Ayer miércoles 30 de octubre en la ONU el canciller cubano, Bruno Rodríguez Parrilla, dijo que Estados Unidos era el culpable del apagón total que había sufrido recientemente la Isla. Aseguró que la falta de combustible y el mal estado del sistema energético cubano es consecuencia del bloqueo.
Pero, Rodríguez Parrilla olvidó un detalle, qué tiene que ver el descalabro de la bioeléctrica de Ciro Redondo y los parques eólicos de La Herradura, cuando el dinero íntegro lo puso China, que por cierto los chinos están muy disgustados con la falta de apertura de la economía cubana. “¿Dónde está el bloqueo aquí si no se necesitó un centavo del sistema financiero internacional?”, se pregunta la gente de barrio.
Resumiendo, el descuido del sistema electroenergético nacional es consecuencia única de la mala administración de la dictadura. Todos los huevos se pusieron en la canasta del turismo, y si una cosa clave tiene el turismo es que depende más del que viene que de usted.
Sea por pandemia o por otra cosa, la realidad es esa. ¿Es posible otro apagón total en la Isla? La respuesta es sí. Todo indica que otro apagó total está más cerca que nunca. Solo que, ¿estarán los cubanos dispuestos a aceptar la miseria como hecho consumado? Hoy, quizás en los próximos días o el mes que está por llegar, en esto le va el ser o no ser a Cuba. La calle dirá la última palabra.
Publicado originalmente en la edición 249 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero