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Represión del régimen cubano por el 1 de mayo: Periodistas y activistas sitiados en sus viviendas y amenazados

La periodista Camila Acosta estuvo sitiada en su vivienda en La Habana. Facebook / Camila Acosta y CubaNet.

Por ICLEP

May 2, 2025 | 8:50 AM


Como ocurre en cada fecha importante para el régimen y de celebración por las supuestas “conquistas de la revolución”, este 1 de mayo periodistas y activistas cubanos fueron víctimas de la represión de la dictadura, sitiados en sus viviendas y amenazados para que no provocaran ningún incidente contrarrevolucionario mientras se llevaban a cabo las marchas por la fecha en todo el país.

Desde el miércoles 30 de abril la periodista de CubaNet Camila Acosta estuvo bajo un cerco policial en su vivienda, en las imágenes que publicó ese medio se ve en las cercanías de su casa una patrulla apostada y dos personas vestidas de civil vigilando.

También la historiadora Jenny Pantoja denunció en sus redes sociales que estaba sitiada en su vivienda. Desde horas de la madrugada del jueves pusieron en marcha un opertivo en los alrededores de su vivienda para impedirle salir.

La activista Yamilka Lafita denunció igualmente en su perfil en Facebook que ese día estuvo sitiada, y mostró la foto de la patrulla y una moto en los alrededores: “Así amanezco hoy nuevamente. Sitiada, el motivo según ese muchacho que ven ahí, quien es un agente de la SE, es que no puedo salir de mi casa por mi comportamiento. Al menos así me lo vociferó la última vez. De nuevo siguen gastando recursos, una patrulla y una moto más 5 personas, solamente para mí, ellos saben perfectamente que Dani no está en casa”.

Orlidia Barceló, directora del medio de comunicación comunitario del ICLEP El Espirituano y su esposo Pedro Luis Hernández Hernández periodista del medio denunciaron que el 30 de abril sobre las 6:10 de la tarde se personaron en su vivienda, los oficiales de la Seguridad del Estado, el que se hace llamar capitán Diago, y mayor Abel, para comunicarles que estaba terminantemente prohibido que salieran a la calle, "ni para buscar una Aspirina",  hasta las 11 de la mañana del día 1 de mayo, y que tratara de que no salieran fotos sobre el tema.

La directora mencionó al ICLEP que se según le informaron colaboradores del medio había mucha presencia policial desde el miércoles y toda la noche: “Ahora mismo en la entrada de la calle hay dos incondicionales al sol del día, y que están ahí desde muy temprano”.

En Camajuaní, Villa Clara, el exdirector del medio de comunicación comunitario del ICLEP Páginas Villareñas Yasser Toledo Ventura fue interceptado por un agente de la Seguridad del Estado mientras se dirigía a su trabajo el 29 de abril y sin identificarse el agente lo amenazó con encarcelarlo si salía de su vivienda el 1 de mayo.

La activista Yunia Figueredo denunció al ICLEP que fue visitada el 29 de abril por el jefe de sector de su localidad y dos oficiales más quienes les dejaron saber que “teníamos restricción de movimiento por tres días, que no podíamos salir de casa. Y desde entonces nos mantienen sitiados”. Uno de los oficiales se hace llamar Elieser.

Liván Hernández Sosa, quien fue sancionado por las protestas pacíficas del 11J y excarcelado el pasado enero tras el acuerdo del Vaticano, ha sido víctima de constante hostigamiento por parte de la Seguridad del Estado en Santa Clara. El pasado 23 de abril fue citado para la unidad de la policía conocida como La Quinta, donde recibió una serie de amenazas por parte de los oficiales de la policía política, debido a la cercanía de su casa a la plaza Ernesto Che Guevara, donde se realizaría la marcha por el 1 de mayo.

Mientras la dictadura cubana despliega todo su arsenal para reprimir al pueblo en fechas como esta, una madre cubana denuncia que su hijo Yunior García Vizcay, preso político del 11J y condenado a 13 años de prisión, ha sido trasladado a una cárcel más lejana de su familia por las denuncias públicas que ella hace.

Cubalex denunció el 1 de mayo que la señora, Marieta Vizcay Mendoza, “vive en una zona rural de Songo La Maya, Santiago de Cuba. No tiene teléfono, no tiene internet, y apenas sobrevive con lo poco que consigue. Pasó más de tres años sin ver a su hijo, porque no tenía cómo viajar hasta La Habana. Hace poco pudo abrazarlo, gracias a una red de solidaridad que la ayudó a costear el viaje. Pero poco después, el régimen respondió con más crueldad: trasladaron a Yunior a la prisión de Guanajay, en Artemisa, aún más lejos”.

 

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