Foto de Alex Plesovskich en Unsplash
Por la periodista ciudadana
Jul 10, 2025 | 2:00 PM
Vivimos en un país donde resulta imposible vivir, porque sencillamente nos han quitado ese derecho y nos han dejado a cambio solo dolor e impotencia. Impotencia de ver como nuestros hijos, padres y familia en general agonizan cada día como resultado de un sistema político fallido, que solo produce hambre, muerte y sufrimiento.
Un dolor difícil de mitigar porque cada día aparece con nuevas fuerzas, y es que esa es la naturaleza de esa vergüenza frustrante y decadente que se hace llamar revolución. Cada amanecer en la isla resulta difícil, es un reto diario por la supervivencia.
Rodeado por las carencias y necesidades sobrevivimos como el pobre náufrago que viaja cobre una frágil tabla, a riesgo de perecer en cualquier momento. Así es nuestra vida. En medio de esa infernal realidad para los cubanos resulta desafiante e insoportable superar y aceptar las burlas, engaños y humillaciones de los gobernantes de la isla, quienes viven en mansiones de lujos y viajan como turistas por todo el mundo, mientras que un pueblo se muere de hambre.
Esos que nos llaman a resistir porque para ellos no es difícil. Después de más de 60 años de promesas y mentiras expuestas en discursos vacíos y carentes de verdad, nada sucede, no hay una esperanza real de que las cosas cambien o mejoren. Permanecemos como el vigía del faro que no deja de mirar hacia el horizonte a la espera de algún barco.
A este mal gobierno corrupto y demagógico, que por desdicha nos ha tocado, es él y sus verdugos el único responsable del dolor que padecemos, de las lágrimas que vertimos y de la tristeza que soportamos. Ya no es el tiempo de callar y soportar como el indio o esclavo servil, es el momento de convertir ese dolor en motivo de batalla abierta y desafiante contra el gobierno dictador. Se avecina el 11 de julio, día significativo para los cubanos, el despertar de la conciencia y la rebeldía contra el régimen.
Si bien es cierto que muchos buenos cubanos permanecen tras rejas por su heroica participación en las manifestaciones ocurridas en esta fecha, quienes permanecemos fuera, no podemos dejar de seguir defendiendo nuestro derecho a un futuro más digno y mejor, es nuestro compromiso continuar la lucha por la reivindicación de nuestros derechos como hombres y ciudadanos. Está prohibido olvidar las heroicas jornadas del 11 de julio y la estoica posición de los jóvenes de San Isidro.
Publicado originalmente en la edición 204 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano.