logotipo ICLEP
Opinión
IMG
He estado pensando en un aparente desliz
Apr 19, 2024

Pudo haber sido un desliz, o una “traición del subconsciente”, o pudo ser algo intencionado, pero no deja de ser llamativo que, el día del miliciano, haya aparecido en el cintillo del Noticiero Nacional de Televisión la frase: “En lucha contra el pueblo”.

Es una frase con la que, inmediatamente, nos hemos identificado, porque esa es nuestra experiencia vital. No sólo sabemos, sino que sentimos que hemos vivido durante años bajo un régimen hipócrita. Un régimen que, por una parte, ha mantenido un discurso que parece extraído íntegramente del Evangelio cristiano, un discurso desbordante de defensa de la justicia, de preocupación por el pobre, de superación de la miseria… mientras se creaba una realidad diferente. Porque es un régimen que ha convertido a Cuba en un pueblo miserable y mendigo, ha institucionalizado la injusticia, ha intentado ahogar toda expresión de inconformidad y de crítica, ha llevado al país a un callejón sin salida, donde la vida se ha reducido a dos palabras: sobrevivir o irse.

Ha sido y es un gobierno en lucha contra el pueblo: contra sus aspiraciones, contra sus legítimos deseos, contra su libertad de expresión, contra la pluralidad de opciones políticas, contra la manifestación de su sentir religioso…

Pero la vida nunca está hecha de líneas rectas entre víctimas y victimarios. Las relaciones humanas sueles ser “circulares”, estableciéndose lo que solemos llamar un “círculo vicioso”.

Porque es cierto que, a partir del 59, el nuevo gobierno de la isla desplegó una red de control, de dominio y represión, pero su éxito fue posible porque logró que nos volviéramos los unos contra los otros, y convirtió al vecino (y en algunos casos al propio familiar) en el primer espía, delator y agresor.

En esta “lucha contra el pueblo”, nos hicimos cómplices. Entre nosotros nos delatamos, nos hicimos actos de repudio, nos mentimos, nos sumamos a la represión.

Y no sólo entramos en el círculo de volvernos los unos contra los otros, sino que nos volvimos también contra nosotros mismos, y aprendimos a actuar en contra de nuestra conciencia, de nuestros valores, de los principios que cuidan y protegen el alma.

Al inicio fue incluso comprensible, porque, como pueblo, estábamos tan cegados por la propaganda y la “novedad” del ideal socialista, éramos tan inexpertos en el tema, tan ingenuos ante la vehemencia avasalladora de nuestros líderes, que no fue difícil para los que dirigían la música hacernos bailar al son de sus instrumentos.

Pero hoy día, 65 años después, cuando los ojos no pueden estar más abiertos y las mentes no pueden estar más despiertas, mucha gente sigue encadenada a esos círculos malsanos, mucha gente sigue militando en ese ejército del pueblo que lucha contra el pueblo, mientras, eso sí, como todo el pueblo, intenta sobrevivir el día a día o espera, en las sombras, la oportunidad de escapar del monstruo al que alimenta.

Desliz o no, el mensaje ha sido cierto. Los milicianos han luchado contra el pueblo… y los CDR, y la Seguridad del Estado, y la policía, y los “agentes de civil”, y los militares, y los Boinas Rojas y los Boinas negras, y los jóvenes del servicio militar… y tú, y yo.

Y esta guerra, ¿puede terminar algún día? Sí, y de hecho ha terminado y termina en cada persona que ha decidido y decide romper el círculo del servicio al mal y, afrontando las consecuencias, es capaz de decir: “No voy a ser cómplice de esta guerra, no voy a apoyar al que me oprime, no voy a hacerle daño a mi hermano”.

IMG
La agonía del plato vacío: La triste realidad de la alimentación en Cuba
Apr 19, 2024

Para los millones de personas que vivimos en este país y tenemos la responsabilidad de garantizar el sustento de nuestras familias, garantizar un plato de comida sobre la mesa impone retos que muchas veces por causas ajenas a nuestra voluntad, no somos capaces de sortear.

El desabastecimiento de alimentos y otros productos de primera necesidad en la red de mercados estatales de nuestro país es un problema que crece cada semana, dejando a las ofertas privadas y al sector informal, como las únicas alternativas para conseguir lo que se necesita para comer.

La constante subida del precio del pollo, el cerdo, el aceite, el pan, el arroz, los frijoles y las viandas, debido a la depreciación del peso cubano y la disminución de las producciones nacionales, deja sin oportunidades a un sector mayoritario del pueblo que trabaja para el gobierno y recibe su salario en moneda nacional.

Es una realidad que los trabajadores de las empresas e instituciones del gobierno y sobre todo los del sector presupuestado, son los más perjudicados, al no poder adquirir productos deficitarios a precios más accesibles, que sólo se ofertan en los mercados y tiendas estatales durante el horario laboral.

Osvaldo Robles, maestro de matemáticas en la escuela secundaria Antonio Maceo, le contó a nuestro medio, que trabajar para el gobierno limita las posibilidades de conseguir lo que su familia necesita para comer. “Mi jornada de trabajo se extiende hasta las 4:30 pm, por lo que nunca puedo comprar los escasos alimentos que se venden en los establecimientos del Estado.

Tampoco me pagan los suficiente en moneda nacional o en dólares, para pagar el alto precio a que se ofertan en el sector privado y las tiendas en divisas”, refirió. El señor dijo también que los negociantes se aprovechan de la crisis y la necesidad de la población, para acaparar los alimentos y luego revenderlos a precios que un trabajador estatal no puede pagar.

“Los dirigentes del Gobierno, el Partido Comunista y los agentes de la Policía Nacional Revolucionaria, hacen muy poco por impedir la reventa de productos deficitarios”, aseguró el señor Robles. Un funcionario de la Dirección Provincial de Trabajo en Villa Clara, le informó a nuestro medio solicitando anonimato, que más de 13000 trabajadores del sector estatal pidieron su liberación durante los tres primeros meses del actual año, y que el motivo que expusieron fue que no les alcanzaba el salario

 

Publicado originalmente en la edición 116  del medio de comunicación comunitario del ICLEP,  Páginas Villareñas.

 

 

IMG
Promesas incumplidas: La firma del código de ética como símbolo de burla para el pueblo cubano
Apr 18, 2024

El pasado 24 de febrero, las principales figuras del régimen cubano encabezadas por Miguel Díaz-Canel, firmaron el Código de Ética de los cuadros de la Revolución Cubana. Este acto, revestido de simbolismo, ha generado reacciones entre la población. E

se mismo día en todas las provincias cubanas también se desarrollaron actos solemnes donde los dirigentes revolucionarios firmaron el documento, que según palabras del mandatario cubano, constituye “un enorme compromiso y un llamado a la unidad”.

Como ciudadano cubano que observa a diario la vida que llevan los cuadros y dirigentes de la Revolución, quisiera exponer un grupo de ideas que me atrevo a vaticinar son compartidas por millones de cubanos de a pie.

Primeramente quisiera reflexionar sobre si la firma de ese documento, asegura que los dirigentes cubanos sean honrados y mantengan una actitud digna en su desempeño. Desde mi punto de vista esto es bastante improbable, y sólo constituye otro intento por rescatar la confianza que perdieron ante nuestro pueblo en todos estos años.

La llegada del internet a Cuba no solo ha servido para mejorar las comunicaciones entre familiares y amigos que están lejos y facilitar muchos servicios importantes para las personas, también ha dejado al descubierto los lujos que se dan los dirigentes cubanos y sus familias. Un número importante de videos y fotografías expuestas en la red demuestran que la ética y la honradez, no son cualidades muy comunes en los representantes del Gobierno y Estado Cubano.

Los directivos piden públicamente en sus discursos austeridad y sacrificio a nuestro pueblo, mientras ellos y sus familias se dan una vida llena de lujos utilizando los recursos que legalmente son de propiedad social.

La opulencia en la que viven las familias de los Castro, la del Presidente Cubano y la de los principales dirigentes, son el foco de la atención pública provocando el rechazo y las críticas de nuestro pueblo. A pesar de todas las denuncias que se realizan contra ellos en los diferentes espacios, ni una sola medida o sanción legal, ha sido anunciada públicamente en contra de la cúpula que gobierna esta isla. Está claro que la firma del Código de Ética no resolverá los grandes problemas de corrupción que existen y que el sacrificio de los cubanos, no será compartido por sus principales dirigentes.

 

Publicado originalmente en la edición 116  del medio de comunicación comunitario del ICLEP,  Páginas Villareñas.

 

 

IMG
¿ Qué pasa con los cubanos que no tienen dólares?
Apr 13, 2024

Millones de personas que viven en este país no tienen dólares u otras monedas extranjeras para adquirir lo que se comercializa en las tiendas que ofertan productos en divisas. El economista Emilio Morales en el informe, >, señaló que aunque en 2023 llegaron a Estados Unidos más de 200 mil cubanos, las remesas a la isla experimentaron una caída de 3.31 %.

En los últimos meses también ha venido disminuyendo la cantidad de productos que se venden por la canasta básica familiar en las bodegas, dejando a las tiendas en moneda libremente convertible y al mercado informal, como las únicas opciones donde se pueden adquirir productos de primera necesidad como pasta dental, detergente, jabón o aceite para comer. Para un cubano de a pie que depende de un salario promedio de 3000 pesos cubanos al mes, pagar 750 pesos por un litro de aceite, 500 por un paquete de detergente o 150 por un simple jabón de baño, es prácticamente imposible.

En esa posición se encuentra Magalis Cueto López, madre de dos niños y trabajadora de la Empresa Eléctrica, quien le aseguró a nuestro medio, que su familia sufre todo tipo de necesidades e incluso pasan hambre, porque su salario y el de sus esposo no les alcanzan ni para comprar los alimentos para sus hijos. “En más de una ocasión mi esposo y yo nos hemos tenido que quedar sin comer para que los niños tengan al menos un plato de comida. Me duele muchísimo ver las carencias que sufrimos los que no tenemos dólares para poner en una tarjeta magnética de las que se utilizan para comprar en las tiendas en divisas”. Refirió.

La señora agregó que lamentablemente los dirigentes del Gobierno y el Partido Comunista no sufren esas carencias y tienen acceso a beneficios que los trabajadores cubanos solo pueden soñar. “Mientras nosotros tenemos que hacer colas inmensas para conseguir un transporte o un medicamento, los dirigentes y sus familias pasean en sus carros y tienen garantizado las medicinas y los servicios de salud”, alertó Cueto López.

Miguel Chaviano Meriño, licenciado en economía con más de 30 años de experiencia en el sector, le dijo a nuestro medio, que la devaluación del peso cubano en correspondencia con las divisas extranjeras, ha sumido en la miseria a millones de cubanos que reciben sus salarios en moneda nacional. “Nuestro pueblo está cansado de sufrir carencias y no ver resultados en la gestión del Gobierno. Sólo la implementación del libre comercio y la inversión en sectores como la agricultura, el transporte y la energía, comenzarán a revertir la crisis que enfrentamos”, aseguró.

 

Publicado originalmente en la edición 115  del medio de comunicación comunitario del ICLEP,  Páginas Villareñas.

 

IMG
El mito y el caldero, un derbi que pone contra la pared la fábula racial del régimen
Apr 8, 2024

Estamos en época de poderosas clarificaciones conceptuales. Ideas que tiempos atrás llegaban desde el poder e impactaban el credo popular a modo axiomático, sin cuestionamientos. Cuba estaba cerrada al mundo y Dios era verde olivo; el tema racial se manejaba a caprichos.

Hoy, estos mitos van cayendo como fichas de dominó. ¿Qué ha traído el actual éxodo masivo de la Isla? Sencillo, que el mundo es libre para los colores raciales; echando por tierra la legendaria afirmación de la dictadura que fuera del comunismo isleño no hay vida para los negros cubanos. Los barrios de la Cuba profunda son testigos de esto, hoy se esfuma un blanco y mañana un negro. Están a la par.

El tema racial siempre fungió como arma ideológica de largo alcance. Recuerdo la frase: “el imperialismo odia a los negros, le echan los perros”; y aquella pregunta famosa de Fidel: “negro que tú hace’ aquí”, cuando el intercambio con los cautivos de Playa Girón. Pero, cómo se ha derrumbado una idea tan arraigada en el entendimiento popular. Ha caído, amén a la inflación lógica de luz que arrastra el tiempo, por la conjunción de dos factores: la internet y el caldero vacío en la mayoría de los hogares cubanos.

La mezcla de hambre con información resulta una fuerza poderosa. Hoy, no sólo el ecosistema de Tapachula es variopinto a lo cubano, sino que las caravanas hacia el norte parecen juegos de abalorios: blancos, mestizos y negros. Por tanto, de las manos del régimen se ha ido desplomando una de sus armas favoritas: el secuestro estatal del tema racial. Que aún persisten los problemas raciales en el planeta no es un secreto, pero la mayoría son casos aislados y no la generalidad. Y aunque exista la discriminación por color de la piel en la mente de algunas personas, por ley está prohibido exteriorizarlo.

Como me dijo un amigo: “Tú le dices negro, a un negro en Miami, y vas preso”. No obstante, en estos momentos en Cuba, el país vendido como la Meca de las igualdades, existe racismo, sobre todo velado. El mismo poder lo ha reconocido abiertamente. Y aunque las autoridades se afanen en colocar en puestos de la élite gobernante a vicepresidentes y otros, las diferencias existen y se sufren a todos los niveles.

En estos momentos, en la Isla todo se mueve y lo que ayer fue aceptado como cierto y recibido sin cuestionamiento hoy es pura falacia. Ya la gente no muerde el anzuelo tan a la ligera. Cubanos negros prosperan con sus proyectos de vida en todos los rincones del planeta. Un caldero vacío es un potente catalizador de metamorfosis, caen las versiones históricas divulgadas por el aparato ideológico de la aristocracia roja.

El mundo exterior siempre ha estado abierto para los negros de la Isla. El cautiverio venía desde arriba. Hoy los isleños se avienta hasta donde den los pies y sin mirarse en el espejo. En esto consiste el mito y el caldero, un derbi que ha puesto contra la pared la fábula racial del régimen. Sólo la propaganda del poder mantenía cerrada las fronteras a los afrodescendientes cubanos.

Publicado originalmente en la edición 234 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero.

 

IMG
El sello de los tres mosqueteros cubanos: el hueco, la fosa y la basura en la calle
Apr 6, 2024

La abrumadora presencia de huecos en las calles, de fosas desbordadas por doquier en céntricas vías públicas y de basureros en cualquier esquina, no sólo está tomando matices preocupantes en Artemisa, sino que es una constante en crecimiento; como si los tres mosqueteros ganaran en masa muscular a por días. Podríamos imaginar que volver a lo mismo, a lo que es regla y no excepción, carece de interés para los lectores; pero no, hay casos y casos.

Hoy trataremos de lo mismo, aunque a partir de un elemento diferente: la movilidad de los tres mosqueteros por toda la ciudad. No sólo crecen los históricos, todos los días aparece uno nuevo. La insalubridad en que se están sumergiendo las ciudades cubanas está a mucho contar por encima de las justificaciones de la falta de recursos a causa del bloqueo. Para la construcción de hoteles no falta la erogación de millonarias sumas monetarias.

En estos momentos, no hay sitio citadino que no escape a la presencia de los tres mosqueteros, incluso, los entornos de planteles escolares y centros sanitarios. Y la instalación que no cuenta con uno de estos tres integrantes del equipo está en reserva: nada la salva de la lista de espera. Son generaciones enteras de niños que se han educado con visiones distorsionadas; mientras números y letras tropiezan rumbo a la cabeza con la peste de la esquina.

Y en la mirada desde la ventana del plantel escolar no falta el concierto de moscas y roedores que sazonan el basurero a la vista. Algo, como un árbol más del entorno. Pero cuando esos infantes llegan al barrio es lo mismo. Los mosqueteros de Artemisa tienen esa facultad de la movilidad perpetua, de llegar primero a los lugares que las personas.

Hace años que la gente vive sumergida en lo que no es normal para el ser humano. Se corre el riesgo del mimetismo, de aceptar y adaptarse a lo insano como sano, cuando hoy el descalabro generalizado que sufre el país tiene a las personas más ocupadas en buscar comida y otros bienes que intentar acciones para mejorar la calidad del entorno donde se vive.

Contra el caos de sanidad en que están sumergidas las ciudades cubanas debemos alzar voces. La cara de Cuba no puede continuar siendo calles llenas de huecos y de aguas pestilentes mezclada con basura. A la movilidad de los tres mosqueteros cubanos, sello y propiedad exclusiva del régimen, hay que cerrarle el paso. Los mismos agoreros insalubres de ayer y de hoy no pueden ser los de mañana. En nuestras manos está la acción cívica a tiempo.

 

Publicado originalmente en la edición 213 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa

 

IMG
Mientras menos ómnibus, más se hunde La Habana en las paradas
Apr 2, 2024

Uno de los sitios donde quizás más se pueda apreciar la quiebra en todos los sentidos que hoy sufre la capital cubana lo constituyen las paradas de ómnibus, incluso más que en las bodegas. En esos lugares Cuba no es un país, es sólo un pedazo de tierra que da bandazos en el mar.

Los paraderos habaneros son la confluencia y mezcla de los aspectos, la necesidad inmediata de la movilidad y el daño psicológico de la espera, que se revierte en descontento y severas críticas al poder establecido. Allí no sólo se sufre por la guagua que no llega, sino que se pide a gritos el fin de la dictadura.

Lo duro de la situación, no hay esperanzas a corto ni mediano plazo de salir del hueco. El mismo régimen confirma el caos a través de sus medios de comunicación: más de la mitad de los ómnibus de la capital están paralizados por diferentes causas.

Según los números del Ministerio de Transporte, a través de la publicación Granma, de las 561 guaguas que deberían estar en las calles cada día, solo 252 lo hacen, lo cual no pasa de un discreto 55%. Como es lógico, quien no tiene para un auto privado no se mueve, y quizás no coma.

Pero como si llover sobre mojado fuera arte caribeño, a lo dicho hay que sumar la falta necrológica de combustible, el pésimo estado de las calles, la decrepitud del parque automotor y el aumento del costo de pasajes y carburantes, del recién implementado paquetazo.

El desespero por trasladarse en función de necesidades básicas, llegar al lugar de trabajo o a un hospital; la impotencia de las horas en medio del ritmo sostenido de decrecimiento por días de la movilidad en la capital y la falta de esperanzas, de ese siempre deseo humano de la mejora, convierten a las paradas en termómetro social.

Yunier de la Rosa Hernández, Director General de Transporte de La Habana, en el balance anual del Ministerio de Transporte, señaló que los tiempos de espera suelen ser hasta de tres horas en las rutas principales y cuatro en las alimentadoras, lo cual provoca un creciente malestar en la ciudad.

Pero, el desastre ha venido engordando por años. Agregó el funcionario que en la década de los 80 la capital contaba con 2 500 ómnibus circulando diariamente; y hace cuatro años tenía 600. La tendencia habla por sí sola, ¿quién asegura que a la vuelta de meses de las 252 guaguas de hoy quede alguna?

Tiempos atrás la frecuencia de arribo de los autobuses a los paraderos no permitía todos los matices de la exposición sobre la realidad nacional, hoy los oídos del régimen arden de tanto rechazo. Desde que llega un carro hasta que aparece otro las personas se desahogan a placer.

Desde siempre, las paradas de ómnibus capitalinas han sido termómetro con alto grado de fidelidad de la Cuba profunda, de cuál país tienen la gente en la cabeza ahora mismo. Sólo que mientras más demora una guagua en llegar, más se hunde La Habana en los paraderos.

Publicado originalmente en la edición 234 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero.

 

IMG
La corrupción en Cuba: un fenómeno eterno
Mar 31, 2024

El reconocido físico alemán Albert Einstein sentenció en una ocasión: "La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa". Una frase que resuena con particular fuerza para los cubanos, tanto dentro como fuera de la isla.

Desde los espacios más insignificantes, desde el punto de vista social, hasta los principales escenarios institucionales y gubernamentales, se oculta la impunidad, la falta de transparencia, control de los recursos de aquellos que tienen la responsabilidad de preservar lo que pertenece al pueblo. Esto ha provocado una abismal diferencia en la sociedad cubana de hoy.

Por un lado está el bandido jefe de cuello blanco, que quiere perpetuarse con el viejo cuento o discursos de hace casi 60 años, que ya es arcaico a los ojos de muchos, y por otro lado está el cubano miserable al que se le pide Resistencia creativa.

El funcionario que miente deliberadamente, se ha convertido en una especie que se reproduce por días El hábito obtener privilegios y manipular a la gran mayoría, se ha convertido para la gran mayoría de ellos en un modo de actuación normal en todas las esferas y espacios de la vida social, transformándose en su recurso más usado para evadir la responsabilidad personal, escalar posiciones.

Este morboso hábito, que vulnera cualquier código de ética, ha penetrado hoy en muchos de los principales escenarios de la vida cívica y política de la sociedad cubana y la ha carcomido desde sus entrañas.

No obstante a ello la paciencia y tolerancia del pueblo con una mente renovada y sin temores, está desnudando a la luz pública a estos bribones, y muchos han sido atrapados infraganti, tanto dentro como cruzando fronteras en busca del imperio que tanto han criticado. Esta debe ser una vergüenza y alerta para aquellos que deben de responder a la ciudadanía.

El patrón de comportamiento que predomina en estos corruptos sujetos, es necesario aniquilarlo pues la realidad es que Cuba se nos muere, y la enfermedad del comunismo va en ascenso. Si no se reconoce con toda honestidad esta triste realidad y se olvida el recelo en pos de la patria, para una definitiva libertad, todo está perdido. La patria, como dijera nuestro apóstol José Martí es ara no pedestal, como en los tiempos de la colonia española, no podemos permitir que una plaga de funcionarios corruptos vivan del sudor y el sacrificio de millones de cubanos.

 

Publicado originalmente en la edición 176 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano