Los activistas, periodistas independientes y presos políticos continúan en la mira de la dictadura cubana. Hacia ellos estuvieron dirigidas buena parte de las acciones represivas del régimen durante el mes de febrero. El Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) registró el pasado mes un total de 42 violaciones a la libertad de expresión y de prensa en la isla.
Del total de agresiones, 37 estuvieron relacionadas con el ejercicio de la libertad de expresión y 5 con la libertad de prensa. Entre ellas se reportaron 13 detenciones arbitrarias, 10 ataques, amenazas, y/o agresiones psicológicas, la misma cantidad de usos abusivos del poder estatal, 5 restricciones en el espacio digital, 3 agresiones físicas y 1 reclusión.
Entre las víctimas de estas violaciones, 8 fueron activistas, 7 opositores, 5 periodistas, 4 presos políticos, igual cantidad de ciudadanos, 1 director de medio y 1 artista creador. También se denunciaron dos violaciones colectivas contra presos comunes: una contra las reclusas del campamento de trabajo forzado El Anoncillo, en Camagüey, y otra contra los presos de la cárcel Boniato, en Santiago de Cuba. En ambos casos, por decisión de las autoridades penitenciarias, se les privó de las llamadas telefónicas a las que tienen derecho. Ocho mujeres y 22 hombres se contabilizaron entre las víctimas, sin incluir las violaciones colectivas, pues se desconoce la cantidad exacta de reclusos afectados en ambas prisiones.
Las provincias donde ocurrieron más acciones represivas fueron La Habana (11), Pinar del Río (6), Las Tunas (5), Santiago de Cuba (4) y Camagüey (3). Mayabeque, Matanzas, Cienfuegos, Villa Clara y Granma registraron 2 violaciones cada una. Además, se reportaron tres agresiones contra dos periodistas radicados en el extranjero: , Mario J. Pentón, residente en Miami, y José Luis Tan Estrada, en exilio forzado en Guyana. Ambos fueron víctimas de ataques y amenazas debido a su labor periodística exponiendo a la dictadura.
Entre los principales represores destacaron, una vez más, la Seguridad del Estado y la Policía Nacional Revolucionaria, responsables del 85.71% de las violaciones. El sistema penitenciario y el sistema judicial fueron las otras entidades estatales más represivas, con 12 y 8 agresiones respectivamente.
Febrero fue otro mes alarmante para los presos políticos en Cuba. A Maykel “Osorbo” Castillo Pérez le impusieron una medida disciplinaria grave en la prisión de Kilo 5 y Medio, en Pinar del Río, por “difundir noticias falsas”, es decir, por denunciar las violaciones cometidas dentro del reclusorio. Alexander Fábregas permaneció en celda de castigo durante 15 días por gritar consignas antigubernamentales tras su juicio. Al coordinador político del Consejo Nacional del Foro Antitotalitario Unido (FANTU) y preso político, Oscar Sánchez Madan, le fue negada la asistencia religiosa en la prisión Combinado del Sur, en Matanzas, un derecho conexo a la libertad de expresión que es constantemente violado en las cárceles cubanas.
El preso político Manuel de Jesús Rodríguez García fue golpeado en la cárcel Kilo 5 ½, en Pinar del Río, por discutir con las autoridades del penal luego de recibir el bolso de víveres que le llevó su madre en estado de destrucción. A Virgilio Mantilla Arango, recluido en la cárcel Kilo 7, en Camagüey, le fabricaron una nueva causa penal por las denuncias que ha realizado desde prisión. Por su parte, el preso político del 11J, Jorge Martín Perdomo, recluido en el campamento de trabajo forzado Ho Chi Minh, en Bainoa, Mayabeque, estuvo incomunicado por más de 20 días.
La represión contra los presos políticos afecta directamente a sus familiares. A Sonia Álvarez Campillo, madre de la presa política Sayli Navarro Álvarez, le impidieron acudir a la visita que le correspondía por vestir de blanco. Mirka Ibáñez, madre del preso político Yadir Ayala Ibáñez, fue amenazada y hostigada por la Seguridad del Estado debido a sus publicaciones en redes sociales exigiendo la libertad de su hijo.
Los casos de los activistas Alejandro Morales Pereira y Alexander Verdecia Rodríguez acapararon titulares en la prensa independiente. Morales Pereira fue detenido tras realizar una protesta pacífica frente a la sede municipal del Partido Comunista de Cuba en Encrucijada, Villa Clara, y está acusado de desobediencia y propaganda contra el orden constitucional. A Verdecia Rodríguez también se le imputa este último delito. Ambos permanecen encarcelados mientras se espera una petición fiscal que iniciaría procesos penales en su contra.
Asimismo, la activista Yamilka Lafita Cancio, conocida como Lara Crofs, y su pareja Daniela Peral fueron detenidas tras convocar en redes sociales una manifestación frente a la Embajada de Estados Unidos en La Habana para pedir ayuda para un niño de 10 años que necesitaba una visa médica, la cual le había sido negada. Incluso estos activistas, cuyo principal papel en redes sociales es ayudar a personas necesitadas y de escasos recursos, son acosados constantemente por el régimen.
Cualquier ciudadano que ejerza su derecho a la libre expresión y cuestione públicamente a la dictadura puede ser víctima de detención y posteriores acusaciones. Tal es el caso de Tomás Chacón, quien subió a una torre del monopolio de telecomunicaciones ETECSA, en Cienfuegos, y comenzó a gritar consignas antigubernamentales. Actualmente se le acusa de desacato, desórdenes públicos y desobediencia.
Entre los derechos conexos más vulnerados durante febrero se encuentran el derecho a la reunión pacífica, a la manifestación, a la participación política y a la participación en la vía pública, así como los derechos a la libertad, a la integridad y seguridad personal, y a la libertad de movimiento. En cada una de las agresiones registradas durante este período, el ICLEP identificó que, además de las violaciones a la libertad de expresión y de prensa, también se vulneraron estos derechos ciudadanos.
El ICLEP también documentó cinco violaciones a la libertad de expresión ocurridas en enero, que no pudieron incluirse en el informe de ese mes porque ya había sido publicado. Entre ellas destaca la agresión física al preso político Reynier Reynosa Cabrera, quien fue golpeado por hacerle una pregunta a un funcionario de la cárcel sobre la corriente eléctrica.
Asimismo, el ICLEP conoció las detenciones arbitrarias sufridas en enero por el ciudadano Radimir Galán Rodríguez y su familia. Fueron interrogados y amenazados tras acudir a la inauguración de un parque en Arroyo Naranjo, donde participarían autoridades gubernamentales. Sus posturas políticas opositoras al régimen fueron motivo suficiente para que lo mantuvieran en un calabozo durante siete horas, mientras su esposa e hija eran hostigadas.
Muchos de los hechos que cada mes denuncia el ICLEP podrían parecer absurdos en otras realidades. Sin embargo, en Cuba forman parte del día a día, especialmente para aquellos que, cansados de la injusticia y en medio de una crisis social y económica agravada, deciden alzar su voz contra la dictadura.
Cuando la vida transcurre atormentada por la pobreza y la escasez, y el día se convierte en una carrera de obstáculos interminables, una sociedad necesita pensar. Cuando vivir en la verdad se vuelve peligroso y la justicia no tiene defensores, cuando en el horizonte no brilla la esperanza y emigrar es el camino hacia el futuro, una sociedad necesita pensar.
Porque si no piensa, ¿cómo va a encontrar las soluciones para salir de sus abismos?, ¿cómo va a cortar las cadenas que inmovilizan el curso de su historia? Es hora de pensar, esta es la hora para pensar.
Es la hora de que las autoridades máximas de este país piensen en cómo esta tierra se ha ido empobreciendo, y como la nada ha ido poblando el universo del cubano, la nada material y la nada política de un pueblo que ya no cree en el “proyecto revolucionario”, ni en el “hombre nuevo socialista”, en un pueblo que pide a gritos paz, libertad, democracia y prosperidad.
Es la hora de que los que conforman el aparato militar y el brazo ejecutivo del gobierno piensen en qué es lo que en realidad están defendiendo, que no son los ideales de su pueblo; que piensen y comprendan cómo también ellos son víctimas de lo que defienden: víctimas de las escaseces, víctimas del alejamiento de sus hijos emigrados, víctimas del miedo a que un desliz destruya todo lo que han construido.
Es la hora de que los funcionarios del aparato de justicia piensen en que su vocación es la defensa de la verdad y la justicia, y que cuando condenan a un inocente, pueden recibir aplausos desde el poder, pero no podrán evitar la voz reprobatoria de sus conciencias.
Es la hora de que los que reprimen, los que golpean, los que amedrentan, los que amenazan, los que delatan… piensen en el Dios que nos creó para ser hermanos y no verdugos, para hacernos el bien y no el mal, para tendernos la mano y no para agredirnos.
Es la hora de que las iglesias todas piensen si el Dios en el que creen no les está pidiendo eso que llamamos “profetismo”, y alcen la voz en nombre del pobre, del indefenso, del oprimido, y recuerden que, aquel al que siguen y predican, aquel al que deben obediencia, es a Cristo, y a Cristo crucificado.
Es la hora de que los presos de conciencia renueven su esperanza, y orgullosos de haber sido capaces de alzar su voz y reclamar los derechos de todos, recuerden que la noche no será eterna, que la verdad padece, pero no perece, y que no hay tormenta sin calma ni noche sin amanecer.
Es la hora de que el pueblo, esa realidad hecha de personas concretas, piense y comprenda, que no puede evitar ser despreciado, engañado y utilizado, pero que sí puede dejar de apoyar al que lo usa, sí puede alzar la mirada y decir “¡Basta!”.
Sí, es la hora, esta es la hora.
El Instituto Cubano por la Libertad de Expresión y Prensa (ICLEP) registró un total de 58 violaciones a la libertad de expresión y de prensa en Cuba durante el primer mes de 2025, siendo los ciudadanos sin afiliación a organizaciones disidentes, los activistas y los presos políticos las principales víctimas de las agresiones perpetradas por el régimen cubano.
Del total de violaciones, 47 están relacionadas con la libertad de expresión y 11 con la libertad de prensa. Asimismo, de acuerdo con su metodología, el ICLEP contabilizó 23 ataques, amenazas y/o agresiones psicológicas, 15 usos abusivos del poder estatal, 10 detenciones arbitrarias, 4 restricciones en el espacio digital, 3 reclusiones y 3 agresiones físicas.
Entre las víctimas, 9 fueron ciudadanos, 9 presos políticos, 7 activistas, 6 opositores, 4 periodistas y 2 artistas creadores. De ellos, 27 son hombres y 10 mujeres. Las provincias con mayor incidencia de estos hechos fueron La Habana (19), Villa Clara (10), Guantánamo (8), Mayabeque (7) y Las Tunas (6).
Como ha denunciado el ICLEP en reiteradas ocasiones, la Seguridad del Estado y la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) continúan siendo los principales órganos represores. Sin embargo, en enero se registró una incidencia considerable del sistema penitenciario en las agresiones contra presos políticos.
En las cárceles cubanas, la situación de los presos políticos es alarmante. Tras su juicio, en el que fue acusado de “propaganda contra el orden constitucional”, Alexander Fábregas fue llevado a una celda de castigo por gritar consignas antigubernamentales al concluir la vista oral. Onaikel Infante Abreu, tras meses en prisión y su juicio, recibió una sentencia de 8 años de cárcel bajo la misma acusación.
Al preso político Roberto Pérez Fonseca, luego de negarle asistencia religiosa para impedirle reunirse con el Obispo Auxiliar Eloy Ricardo Domínguez Martínez, lo amenazaron con trasladarlo a una prisión distante por denunciar esta violación. Familiares de los presos políticos Jorge y Nadir Martín Perdomo, así como Nosley Lázaro Domínguez Linares, denunciaron que estos estuvieron incomunicados durante enero, sin acceso a llamadas telefónicas con sus familias.
Asimismo, a los presos políticos del 11J, Leonel Tristá García y Nosley Lázaro Domínguez Linares, les fueron negados sus pases reglamentarios. A Edilberto Arzuaga Alcalá lo amenazaron e intentaron obligarlo a firmar un documento en el que renunciaba a sus posturas políticas; al negarse, fue trasladado de destacamento y posteriormente a una prisión de máxima seguridad.
Las excarcelaciones que se produjeron entre el 15 y el 20 de enero, como parte del acuerdo entre la dictadura cubana y el expresidente estadounidense Joe Biden, con la mediación del Vaticano, se convirtieron en un nuevo mecanismo de control y represión. A las expresas políticas del 11J, Lisdiani Rodríguez Isaac, Donaida Pérez Paseiro y Arianna López Roque, las amenazaron en el momento de su excarcelación con volver a prisión si escribían en redes sociales o se comunicaban con la prensa independiente y opositores.
En enero, el gobierno socialista condenó a Félix Daniel Pérez Ruiz y Cristhian de Jesús Peña Aguilera a 5 y 4 años de cárcel, respectivamente, por sus publicaciones en redes sociales, bajo la acusación de “propaganda contra el orden constitucional”. Ana Ibis Tristá Padilla y Jarold Varona Agüero fueron absueltos en esa misma causa por falta de pruebas; sin embargo, la Fiscalía impugnó la sentencia e inició un proceso de apelación.
Los periodistas continúan siendo blanco del acoso de la Seguridad del Estado. El caso más representativo de enero fue el del reportero Niober García Fournier, quien primero fue acusado de “usurpación de capacidad legal”, una estrategia del régimen para silenciar a quienes cuestionan el poder estatal. Posteriormente, se le negó el pasaporte por supuestos motivos de “seguridad nacional”. El periodista está regulado desde 2015, un término que la dictadura utiliza para prohibir la salida del país a determinados ciudadanos.
Dos casos de abuso de poder contra ciudadanos marcaron el mes. El vendedor ambulante Wilber García Mora y el conductor de bicitaxi Edgardo Raúl Manso fueron multados con 24 mil y 10 mil pesos cubanos, respectivamente, como represalia por aparecer en un reportaje del medio independiente ADN Cuba, en el que se exponían las multas abusivas impuestas por los inspectores a los trabajadores por cuenta propia.
La censura también estuvo presente en este inicio de año. El actor y dramaturgo cubano residente en Miami, Jorge Ferrera, denunció la cancelación de dos presentaciones del espectáculo Cabalgando por el aire por parte del Consejo Nacional de Artes Escénicas de Cuba. Asimismo, la sede del Museo de la Disidencia en Cuba y del Movimiento San Isidro, que también es la vivienda del artista y preso político Luis Manuel Otero Alcántara, no pudo exhibir la obra Campesinos Felices 1938-2024 debido a la presión de la Seguridad del Estado.
Los casos anteriores evidencian que la represión contra la libertad de expresión y de prensa en Cuba es sistemática y estructural. La violencia ejercida por el régimen no se limita a la censura directa de periodistas, activistas y ciudadanos, sino que se apoya en un entramado de violaciones a derechos conexos, diseñadas para sofocar cualquier disidencia y mantener el control absoluto sobre la narrativa pública.
En este contexto, los derechos conexos más vulnerados durante enero fueron el derecho a la libertad, la integridad y seguridad personal, la protección de periodistas y defensores de derechos humanos, y el derecho a una reparación efectiva. La relación entre estas violaciones y la falta de libertad de expresión y de prensa es innegable: sin seguridad para que periodistas y ciudadanos se expresen libremente, sin protección contra la censura y sin mecanismos de reparación, la prensa independiente y la libre expresión quedan reducidas a actividades clandestinas, perseguidas y en constante peligro.
El nuevo año comenzó con un elevado número de violaciones a la libertad de expresión y de prensa en la isla, lo que indica que el 2025 podría ser otro periodo marcado por el incremento de la represión. El Balance Parcial de 2024 presentado por el ICLEP documentó 790 violaciones a estas libertades en ese año, lo que representó un aumento del 59.92 % con respecto a 2023.
El recién finalizado año 2024 resultó ser el peor de la historia del país, pues se agudizaron problemas ya endémicos como los apagones, con los sucesivos colapsos energéticos que dejaron a la Isla a oscuras en varias ocasiones. El asunto es que las nuevas dificultades se suman a las ya existentes, algunas añejas con 66 años, tanto como la autocracia totalitaria que desgobierna Cuba.
Los resultados macroeconómicos que informa el régimen reflejan lo mismo que conocen los cubanos, ya sean los que permanecen en el archipiélago como aquellos que han emigrado. Este último fenómeno causa que, según los cálculos de reconocidos especialistas, el número de residentes actualmente haya retrocedido desde 11.2 millones (2018) hasta los reportados en 1970, unos 8,6 millones de personas.
Todo esto se traduce en una obvia reducción de la fuerza laboral, hecho que sumado a los bajos salarios que paga el sector estatal, ha puesto en crisis a las empresas y unidades presupuestadas que funcionan bajo el ala gubernamental, pues las personas ven hoy mejores opciones laborales en el sector privado.
Mientras, en un país de inmigrantes con más de 1,2 millones llegados en las tres primeras décadas de siglo pasado y 236 mil de ellos residentes según un censo de 1953, hoy es uno de los países del mundo con menos nacidos en otros países.
Sin realizar un análisis extenso sobre los números publicados durante la última sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), veamos algunos aspectos: Al igual que su población, la economía de Cuba retrocede de manera sistemática. Luego de una década perdida se estima un 1% de crecimiento para el 2025.
Raquítico y además dudoso. Uno de los indicadores celebrados durante la sesión de la ANPP es la reducción del déficit fiscal, de los más altos del mundo, pero no por incremento de los ingresos, sino por inejecución del presupuesto: menos insumos médicos en centros de salud, magros recursos en instituciones educativas, no recogida de basura, etc.
Todas las iniciativas del Estado terminan en fracaso: Tarea Ordenamiento, las 63 medidas en la Agricultura; rectificación de distorsiones en la economía, etc. Cada una de ellas catastróficas para la población, solo pensadas para la supervivencia de régimen.
En próximo comentario analizaremos las perspectivas para un 2025 probablemente más tétrico aún. Depende de los cubanos que la rosca se borre y no pueda apretar más; cuando decidamos descontinuar la continuidad del desastre y la represión.
Publicado originalmente en la edición 232 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa
Un jubilado madrugó hoy pues necesitaba cobrar su magra pensión, lo cual ha intentado repetidas veces antes de los feriados de fin de año y ya es imposible aguantar más. Se incorpora a la cola en la Casa de Cambio (CADECA) más cercana. Una vez asegurado el turno se dirige una agencia bancaria y repite la operación.
A las 8:30 A.M. abre sus puertas la agencia, pero el custodio anuncia que no hay electricidad. El hombre, en la “tercera edad”, retorna presto a la CADECA y allí advierte la cola diezmada, ante su interrogante la respuesta colectiva “no hay conexión a la Red”.
Su comentario ante la desilusión fue el título del multioscarizado filme “No es país para viejos”. La réplica instantánea de otro frustrado pensionado “ni pa´ jóvenes tampoco” y una tercera voz advierte “sí, pero ellos se van y yo a dónde voy a ir a esta edad”. Afortunadamente aquello tuvo un final casi feliz, solo se perdió tiempo.
Relativamente, pues el anciano del cuento (economista) aprovechó para aclarar al resto de los sufrientes varios temas, por ejemplo, que las mercancías no están tan caras, sino que la moneda nacional vale muy poco, y las causas: que el bloqueo no es tal pues el régimen comercia con más de 100 países, entre los primeros con el supuesto bloqueador; las consecuencias de la defenestración de la agroindustria azucarera, y otros.
Lo más notable: nadie salió en defensa de la gordocracia y de la gerontocracia, ni siquiera del Destructor en Jefe. El que calla otorga, dicen. Pero la sentencia de que éste no es país para viejos va más allá de las dificultades para cobrar, comunes a todos los cubanos, trabajadores, pensionados, emprendedores, es decir, todos sufren los efectos de la ineficiencia de un sistema bancario obsoleto, con un equipamiento de la época medieval, además de los apagones y desconexiones.
Las pensiones mínimas equivalen a menos de cinco dólares mensuales, la media a siete y las mayores rara vez superan los 10 dólares (excepto las de generales, muy superiores). Eso, con una de las inflaciones más altas del mundo, en América sólo superada por las de Argentina y Venezuela. En fin, el título del filme refleja fielmente la realidad cubana.
Publicado originalmente en la edición 253 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero
Este año será muy difícil para el régimen y su propósito de continuidad. Además del desastroso estado de la economía, sus principales fuentes de ingreso se encuentran comprometidas. Según el Anuario Estadístico, el pasado 2023 cerró con 13 mil 300 médicos menos. Fallecimientos, jubilaciones y emigración han mermado el registro, por lo cual la disponibilidad de profesionales para alquilar, primera fuente de ingresos, disminuye.
El sector del Turismo sufre una debacle, a pesar de que el conglomerado militar GAESA ha dedicado más del 40% de las inversiones del país a la construcción de hoteles, los resultados son catastróficos: 25% de ocupación de la planta hotelera, tres de cada cuatro habitaciones vacías; no se cumple el plan y lo que es peor, decrece el número de visitantes con relación al 2023.
Los visitantes del año son la mitad de las llegadas del 2018 y 2019, los últimos años pre-pandemia que han sido ampliamente superados por todos los destinos de nuestra área geográfica. El propio régimen pronostica una cifra solo ligeramente superior a la de este periodo.
Según estudio del economista Emilio Morales, GAESA ha perdido el monopolio de las remesas y capta solo el 6% de lo logrado antes de la pandemia, cuando se llegó a 6 mil millones de dólares. Un factor no menos importante juegan las pésimas decisiones económicas.
A todo lo anterior se añade el debilitamiento de Rusia y Venezuela. En el primer caso causado por la guerra en Ucrania, que le impide el suministro estable de granos y combustibles, ni hablar de productos industriales y el financiamiento de inversiones. Los suministros de petróleo venezolano fueron el 50% de los enviados durante 2023 y en estos momentos la dictadura chavista se encuentra luchando por sobrevivir al rechazo internacional por el mega fraude electoral de las últimas elecciones presidenciales.
No menos importante resulta el impacto de la disminución del apoyo de países como Irán y Brasil, el primero envuelto en los conflictos del Medio Oriente, y como es lógico imposibilitado de brindarle al régimen el mismo respaldo.
En el caso de Brasil, Lula no es el líder fuerte de ayer y su partido sufrió una contundente derrota durante las últimas elecciones parciales efectuadas en el gigante sudamericano, por tanto no está en condiciones de sostener la insolvente economía cubana. A todo esto se suma la asunción a la presidencia por cuatro años de Donald Trump, que ha nominado al Senador cubanoamericano Marcos Rubio como Secretario de Estado.
Con amplia experiencia como Senador ha participado en las comisiones de Inteligencia y Relaciones Exteriores de este órgano, lo cual lo dota de experiencia en esos ámbitos. Su conocida postura contra los regímenes de Cuba, Venezuela y Nicaragua no augura nada bueno para los integrantes del Triángulo del Terror.
En fin, 2025 pudiera ser el año de descontinuación de la continuidad. Las condiciones internas y externas están dadas, toca a los cubanos todos, de adentro y de afuera, materializarlas.
Publicado originalmente en la edición 232 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa
Sancti Spíritus, Cuba, (ICLEP). Consumidores espirituanos critican la mala calidad del café normado por la canasta básica, que recibieron a finales del pasado mes de diciembre, después de varios meses en falta. La llegada de este producto a las bodegas espirituanas generó alegría entre la población tras seis meses de ausencia, pero la calidad del café ha sido duramente cuestionada debido a su sabor insípido y a una mezcla de dudosa procedencia, que apenas logra colar en las cafeteras.
"Ese es el café más malo que yo he tomado en mi vida. Apenas cuela en la cafetera, parece que tiene una mezcla que dicen que lleva semillas de maní o marabú, y al probarlo sabe a todo menos a café. Es un abuso; mejor que no hubieran mandado nada", expresó Ismael Águila Sirio, residente en la calle Céspedes.
El café fue elaborado en la torrefactora de la provincia de Matanzas, cuya dirección intentó justificarse ante las críticas. Taymi Pereira López, técnica de control de calidad de la entidad, declaró en medios oficialistas que el producto había sido sometido a trece pruebas de calidad y cumplía con los parámetros requeridos para su comercialización.
Sin embargo, estas declaraciones oficiales contrastan con la realidad del producto recibido en las bodegas, lo que ha desatado fuertes críticas entre los consumidores. "No sé qué le echaron al café en la torrefactora de Matanzas, pero nunca había venido tan malo. Llevábamos seis meses esperando, y lo que nos dieron fue una basura", denunció Alejandro Izquierdo Mirabal, residente en la calle Agramonte.
La calidad de este producto ha ido deteriorándose en los últimos dos años debido a la limitada producción de café en el país y a la prioridad de exportar el grano, dejando al mercado nacional con mezclas de inferior calidad.
Publicado originalmente en la edición 196 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano
Sancti Spíritus, 6 de enero, (ICLEP). La presencia del caracol africano en varias comunidades urbanas y rurales del municipio de Sancti Spíritus, provocan temor en la población local, quien exige a las autoridades de salud tomar medidas para su control.
En la última semana se ha reportado la presencia de este caracol, que puede llegar a los 30 centímetros de largo, en las comunidades de Santa Cruz, Zonas bajas de Jesús María, las comunidades de El Chambelón, Camino de Las Cañas y Las Tosas, lugares donde la presencia de basura acumulada y humedades, favorecen su rápida reproducción. Los temores de la población con la presencia de este molusco, se deben a los peligros que representa para la salud humana, animal y las plantaciones.
El contacto con su baba produce parásitos, bacterias y enfermedades que pueden provocar la muerte de las personas, entre ellas la meningoencefalitis, la bronquitis y en el caso de los animales la muerte rápida. Camilo Ballester Hernández, técnico del Centro Municipal de Higiene, aseguró al medio que este molusco nunca ha desaparecido de la provincia, desde su introducción en el municipio de Cabaiguán en el 2014. Sin embargo, su reciente reaparición es motivo de preocupación, ya que su hábitat principal incluye basureros y zonas húmedas.
"En la capital provincial, actualmente existen enormes acumulaciones de basura que llevan más de un mes sin recogerse, además de numerosos salideros de agua, lo que favorece la proliferación de esta especie", advirtió Ballester. "Estoy preocupada con estos caracoles, están apareciendo por cualquier lugar y el contacto con ellos es peligroso, y en esta casa tenemos niños pequeños que juegan en el patio y no saben que esos caracoles son peligrosos", comentó Inalvys Nápoles Veitia, residente en el Camino de Santa Cruz.
Miguel Oviedo Carriles, técnico de sanidad vegetal explicó al medio que en los últimos días hemos tenido varios reportes de la población sobre la presencia del caracol, pero no existe un producto que los elimine, solo se recomienda destruir su concha, quemarlos o meterlos en vasijas con soluciones de salo cal durante 24 horas.
Publicado originalmente en la edición 196 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano