Ángel Castro Carrera. Foto tomada del perfil en Facebook de José Díaz Silva.
Por ICLEP
Mar 14, 2025 | 8:40 AM
El preso político Ángel Castro Carrera delegado del Movimiento Opositores por una Nueva República (MONR), fue amenazado con una nueva causa judicial por sus publicaciones y denuncias sobre las violaciones a los derechos humanos en el campamento Zona O del Combinado del Este, donde cumple una sanción de seis años de privación de libertad desde 2021 por un supuesto delito de “sabotaje”.
La organización legal Cubalex denunció en sus redes sociales que el preso político se encontraba bajo un régimen de mínima severidad, sin embargo, “el 6 de marzo, recibió un pase de tres días, pero al regresar el 10 de marzo, las autoridades lo revocaron y trasladaron a la prisión de máxima seguridad del Combinado”.
“La justificación para esta medida arbitraria fue que Ángel había realizado publicaciones y denuncias sobre las condiciones en la cárcel”, añade Cubalex. La esposa del preso político acudió a la prisión el 11 de marzo para conocer su situación y allí le informaron que será nuevamente encausado por las denuncias que ha realizado, e identificó como los responsables de esta represalia al jefe del orden interior, conocido como “Yulien”, y el jefe del campamento, “Javier”.
Cada vez son más frecuentes las agreisones contra los presos políticos que denuncian los abusos en las cárceles cubanas. El preso político Alexander Verdecia Rodríguez, recientemente encarcelado, tendrá únicamente llamadas supervisadas con su familia, según las autoridades de la prisión Las Mangas, Granma, donde se encuentra recluido.
Eliannis Villavicencio Jorge, esposa de Verdecia, dijo a Martí Noticias que este le informó la medida en llamada telefónica el 7 de marzo: “Me dijo que le habían quitado las llamadas por los teléfonos normales de la prisión y que le habían dado teléfono por las oficinas, es decir, para controlar las conversaciones que él tiene conmigo para que no me pueda explicar nada de lo que está pasando con él allá dentro ni con otros reclusos. Ya hoy le tocaba en la mañana y no me ha llamado, están pasando muchas cosas allá dentro y parece que tienen miedo de que él me las comunique”.
En el preciso momento en que estaba hablando con él y Verdecia le decía que publicara en redes lo que estaba sucediendo con las llamadas telefonicas, el instructor que estaba allí le quitó el teléfono.
La esposa del preso político dijo que en la prisión hay muchos casos de desnutrición por la mala alimentación y también muchos reclusos políticos y comunes que llevan más de un año encarcelados sin que la fiscalía haya iniciado procesos legales en su contra, cosas que no quieren que se conozcan.
Por denunciar lo que ocurre en prisión con su esposo, Eliannis Villavicencio Jorge está siendo víctima de constante hostigamiento. El 6 de marzo denunció en su perfil en Facebook que el jefe de sector de la localidad de Viviendas Campesinas donde reside la citó verbalmente para el Centro de Operaciones en Bayamo: “Pienso que debe ser por mis publicaciones”, dijo en su post.
Después de su denuncia pública el jefe de sector regresó con una citación oficial para el 7 de marzo en dicho lugar que queda a más de 40 kilómetros de su residencia. Elianis añadió que no le comunicó el motivo de la citación: “Solamente me dijo que ellos no tienen nada que ver con eso que la citación la habían enviado los agentes de la Seguridad del Estado”.
El pasado 10 de marzo Marta y Jorge Martín Perdomo, padres de los presos políticos del #11J Jorge y Nadir Martín Perdomo, acudieron a la Sede Provincial del Partido Comunista de Cuba en San José de las Lajas para exigir información sobre su hijo Jorge, incomunicado durante 20 días por un altercado con un oficial de la prisión.
Según la activista Betty Guerra Perdomo, los padres se personaron en el lugar con una foto de sus hijos con la inscripción "FE DE VIDA", y grabaron un video, pero fueron interrumpidos por represores. “¡Oye no, eso no!”, les reclamaron y los forzaron a borrar la grabación, los tomaron por los brazos y les dijeron en voz baja: “¡aquí no, aquí no, aquí no se puede hacer esto!”. Posteriormente la Seguridad del Estado ordenó que los trasladaran a su sede.
En una carta que le hizo llegar a sus padres ese mismo día Jorge detalló: “Estoy vivo y respirando, y no tengo ninguna enfermedad. Denuncié a unos Fiscales la situación de este lugar, y al día siguiente tuve una discusión con el jefe y faltó poco para que me echara spray en los ojos. Todo porque denuncié el caos que hay aquí. Me mantuve bien firme y sin bajarle la cabeza, y él no tolera eso, no puede mirar a los ojos. Ya pasó más de una semana después de eso y no ha pasado más nada. No se nada del pase y tampoco se si me lo darán”.