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Por el periodista ciudadano Leinier Álvarez García
Oct 21, 2025 | 9:00 AM
El envío de barcos de guerra y de 4 500 soldados para reforzar la lucha contra el narcotráfico en la región a finales del mes de agosto, por parte de la administración Trump, ha puesto a temblar al Gobierno de Nicolás Maduro, en el que hay personas que ocupan altos cargos vinculadas al denominado Cártel de los Soles, incluido el mismísimo Diosdado Cabello, una de las principales figuras del chavismo.
¿Qué es el Cártel de los Soles? Es un grupo criminal integrado por miembros de las Fuerzas Armadas de Venezuela y del Gobierno de ese país que se dedica al tráfico de estupefacientes; fue incluido por el gobierno de Donald Trump en el listado de organizaciones terroristas, junto a los poderosos cárteles mexicanos y otras organizaciones.
Contra el citado grupo, en el senado colombiano fue aprobada recientemente una iniciativa para declararlo como organización terrorista y criminal; algo similar sucede en España a partir de una propuesta hecha por el partido político Vox, y lo mismo hizo el Gobierno argentino de Javier Milei hace unas semanas.
Entre las personas vinculadas al chavismo señaladas de pertenecer al Cártel de los Soles se encuentran, además de Diosdado Cabello, Tarek El Aissami, José David Cabello, el ex Director Nacional de Inteligencia Hugo Carvajal, Freddy Bernal y Néstor Reverol, entre otros. Muchos de ellos han sido sancionados por el Departamento del Tesoro de los Estados Unidos, acusados de narcotráfico. Pero hay más: el 11 de noviembre de 2015, agentes de la DEA arrestaron a un hijo adoptado y a un sobrino de Cilia Flores, la esposa de Nicolás Maduro, cuando intentaban introducir en los Estados Unidos 800 kilogramos de cocaína procedentes de Venezuela.
En fin, que las cosas no pintan nada bien para el Gobierno chavista, que ha optado por movilizar a más de 4 millones de milicianos. Por si fuera poco, el día 18 la Asamblea Nacional venezolana aprobó una ley nombrada “Ley Aprobatoria del Tratado de Asociación Estratégica y Cooperación entre Venezuela y Rusia”, país con el que el régimen de Maduro tiene importantes acuerdos militares, hasta el punto de que en la nación sudamericana hay una fábrica de fusiles AK-103 Kalashnikov.
Sin embargo, el presidente Donald Trump ha afirmado que su intención no es invadir Venezuela, sino fortalecer el enfrentamiento a la plaga del narcotráfico, una lucha que se ve bloqueada por las posiciones de gobiernos como el del presidente colombiano Gustavo Petro, quien ha afirmado en más de una ocasión que el Cártel de los Soles no existe y que es solo un invento de la ultraderecha para atacar a gobiernos que no responden a sus intereses. La presidenta mexicana Claudia Sheinbaum, que también enfrenta en su país una fuerte crisis en lo que al tráfico de drogas se refiere, dijo en el mes de agosto que su Gobierno no tiene pruebas de que Nicolás Maduro esté vinculado con los cárteles de la droga.
Lo cierto es que el Comando Sur, la fuerza encargada de ejecutar la tarea, ha destruido ya tres embarcaciones vinculadas con el tráfico de drogas, mientras Nicolás Maduro y sus secuaces intentan mostrar un poderío militar que no tienen, como tampoco pueden demostrar que no tienen vínculos con el narcotráfico.
Publicado originalmente en la edición 245 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa