Foto de ARTISTIC FRAMES en Unsplash
Por el periodista ciudadano Félix Batista
Jul 2, 2025 | 9:18 AM
La Habana, Cuba, (ICLEP). Luis Medina y Clara Serguera son una pareja de ancianos que viven en el barrio marginal La Corbata, del municipio La Lisa, pero la pobreza que acompaña a este matrimonio es tan cruel que aterra.
“Nosotros somos la evidencia de que el ser humano puede vivir sin nada, solo agua y algún alimento de vez en cuando; un techo, una cama y nada más”, compartió con Amanecer Habanero el anciano Luis.
La choza de esta pareja de adultos mayores es de una sola habitación, con paredes de madera llenas de rendijas y techo de zinc agujereado por donde entra el agua cuando llueve. Los muebles de su vivienda son una cama de mala muerte y una mesa de madera con dos viejos taburetes de cuero de chivo; una sábana esconde el baño, que es una taza partida, sin tanque, y una poceta con un cubo con agua hasta la mitad.
“Hace dos días que no comemos caliente. El pan de la bodega lo embarramos con un fondaje de aceite y lo bajamos con agua con azúcar. Esa es nuestra comida. Y lo que dice Luis es verdad: No tenemos nada”, expresó Clara a este boletín.
El anciano Luis se retiró con una pensión de 1 500 pesos, por lo que a sus 83 años tiene que hacer guardias nocturnas en un policlínico para ganar un poco más. “Aunque igual no nos alcanza, porque todo está muy caro. En un pomo de aceite, tres libras de arroz y un picadillo se va lo que gano. Guardo unos pesos para el pan de la libreta, que nos salva”, dijo finalmente Luis.
Publicado originalmente en la edición 255 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero.