Foto de Milad Fakurian en Unsplash
Por el periodista ciudadano Leinier Álvarez García
Aug 30, 2025 | 9:55 AM
El gobierno de El Salvador ha repatriado a 252 ciudadanos venezolanos que se encontraban detenidos en el Centro de Confinamiento del Terrorismo (Cecot); a cambio, el gobierno de Nicolás Maduro ha liberado 10 ciudadanos estadounidenses que se encontraban presos en el país sudamericano, todos acusados de intentar subvertir el orden constitucional en Venezuela. El acuerdo incluye también la liberación de un número indeterminado de presos políticos venezolanos.
Este intercambio no viene de la nada, en el mes de abril el presidente salvadoreño Nayib Bukele le propuso al mandatario Nicolás Maduro liberar a los venezolanos presos en Cecot a cambio de que este liberara una cifra similar de presos políticos.
En aquel momento Bukele escribió en su cuenta en X: “A diferencia de nuestros detenidos, muchos de los cuales han asesinado, otros han cometido violaciones, y algunos incluso habían sido arrestados en múltiples ocasiones antes de ser deportados, sus presos políticos no han cometido ningún delito.
La única razón por la que están encarcelados es por haberse opuesto a usted y a sus fraudes electorales”. Nada más cercano a la verdad, podría decirse, muchos de ellos son sospechosos de pertenecer al Tren de Aragua, un grupo criminal que figura en la lista de organizaciones terroristas del gobierno estadounidense. Y habían sido deportados a El Salvador en el mes de marzo. Según lo pactado el gobierno chavista debe liberar a una cifra que aún no se conoce de ciudadanos venezolanos.
Organizaciones defensoras de los Derechos Humanos como Foro Penal afirman que en Venezuela hay más de 900 presos políticos, muchos de ellos apresados tras las fraudulentas elecciones del 28 de julio del 2024.
Una buena parte no ha sido sometida a juicio, esto sin mencionar las múltiples violaciones a los derechos humanos que sufren en las cárceles venezolanas. Las tensiones entre los Estados Unidos y Venezuela no son nuevas y han sido un factor clave que ha frustrado en varias ocasiones el diálogo que favoreció este acuerdo.
Sin embargo, el gobierno chavista ya había liberado este año a otros siete ciudadanos estadounidenses. No es un secreto que este mantiene una posición frontal hacia la política estadounidense y acusa constantemente a las diferentes administraciones del país norteño, sean demócratas o republicanas, de querer derrocar al gobierno chavista.
Esperemos que Venezuela cumpla con su parte y no siga el ejemplo del gobierno cubano, que después de llegar a un acuerdo con el Vaticano, rompió su palabra y puso de nuevo tras las rejas a José Daniel Ferrer y Félix Navarro.
Publicado originalmente en la edición 241 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa