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Por el periodista ciudadano Lázaro Quezada
Sep 24, 2025 | 2:10 PM
Sancti Spíritus,Cuba, ICLEP. Los bajos niveles de almacenamiento en los nueve embalses espirituanos, consecuencia de la prolongada sequía que afecta desde hace varios meses al territorio, mantienen sin servicio estable de agua a más de 111 590 habitantes, que dependen de un suministro irregular mediante pipas.
Con un índice de precipitaciones de apenas 47,7 %, según informó el Centro Meteorológico Provincial, los embalses de la provincia solo alcanzan el 19,4 % de su capacidad total. La presa Zaza es la más afectada, con solo un 12 % de almacenamiento de sus 20 mil metros cúbicos, lo que repercute en el bombeo hacia gran parte de la provincia.
Entre las zonas más golpeadas están El Saltadero, Jíquima y Neiva en Cabaiguán; en Taguasco, las comunidades de La Rana, La Yamagua y Los Limpios; además de los municipios de Trinidad, Fomento y las localidades de Cristales, Arroyo Blanco y Los Jobos en Jatibonico. Todos estos asentamientos reciben agua en pipas cada 15 a 18 días, aunque el servicio no siempre es estable.
“Lo que estamos pasando con la falta de agua es terrible. Hay veces que nos pasamos hasta más de veinte días sin agua, dependiendo de las pipas que vienen de vez en cuando”,aseguró Rolando Cabello Mursulí, residente en Cabaiguán.
En Trinidad, la rotura de la conductora de San Juan Letrán mantiene sin servicio a más de 21 129 personas. Esta población depende también de camiones cisterna, que apenas logran abastecer cada 15 días o más, en dependencia del combustible disponible.
“En esta zona la falta de agua es total. Cada veinte días viene una pipa y deja un poco de agua que apenas alcanza para una semana, y después hay que inventar o pagar pipas clandestinas a 5 000 pesos si se quiere tener agua. No sé qué haremos si continúa esta sequía”, comentó María Lezcano Torres, residente en Trinidad.
Por su parte, Ricardo Montano Ramírez, funcionario de la Dirección Provincial de Recursos Hidráulicos, explicó que la situación del abasto es complicada, ya que los embalses no logran recuperar sus niveles de almacenamiento y, si no llueve, la tendencia es que estos continúen disminuyendo.
Publicado originalmente en la edición 209 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano.