Foto de Ricardo IV Tamayo en Unsplash
Por la periodista ciudadana Maribel Aquino
May 30, 2024 | 2:00 PM
Para nadie resulta ajeno que el peso cubano se devalúa día tras día frente al dólar estadounidense y la creciente inflación, fenómeno que sin lugar a dudas repercute y se siente con fuerza en la economía familiar de los cubanos. A razón de 400 pesos cubanos por dólar, según las tarifas de canjes del mercado informal de divisas, el peso continúa perdiendo de manera alarmante y fatal para la mayoría de los cubanos, su valor adquisitivo.
Según estadísticas internacionales avaladas por la Universidad John Hopkin su devaluación se viene produciendo desde enero del 2023 y ha caído en más del 70%, convirtiéndose en la cuarta moneda más devaluada del mundo.
Esta situación afecta de manera drástica a la mayoría de los cubanos, quienes hoy tienen que pagar altos precios por los alimentos, cuyos precios en la mayoría de los casos se han incrementado en más de siete veces, con relación a cómo se comportan antes de la implementación de la tarea ordenamiento o desastre económico, como debióllamarse esta alocada medida.
Expertos cubanos auguran que este proceso de depreciación continuará en los próximos meses, alcanzando cifras alarmantes, y como consecuencia inmediata un encarecimiento desgarrador de los precios de los alimentos, de no producirse una reanimación de la economía cubana, algo difícil y únicamente posible con un milagro económico, algo muy improbable.
La verdadera realidad de todo este desastre financiero en la isla es que se agravaran las diferencias sociales entre los cubanos y los más pobres se volverán aún más marginados. Los ensayos económicos del régimen cubano, al estilo del laboratorio del doctor Frankenstein, solo producen monstruos que devoran implacablemente a los cubanos. El régimen cubano no ha logrado hacer un cambio real en la isla y desde el punto de vista financiero solo ha sembrado la incertidumbre y desconfianza.
Publicado originalmente en la edición 180 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano