Foto de Mollie Sivaram en Unsplash
Por la periodista ciudadana Gladys Durán Roque
Jun 7, 2024 | 9:59 AM
La Habana, Cuba, (ICLEP). Los capitalinos creen que un alto por ciento de paradas de ómnibus, sin un mínimo de condiciones para aguardar horas por un vehículo, pueden compararse con sitios de tortura, pues muchas no cuentan con techo ni asientos para descansar.
Tal es el caso, por traer a colación un trayecto cualquiera, de la ruta P-14, que cubre el tramo entre el reparto San Agustín y el Parque de la Fraternidad, donde la parada cabecera, ubicada en la calle Amistad entre Monte y Estrella, no cuenta con techo y ni tan siquiera un banco para sentarse.
“Son sitios de tortura, de pie, bajo sol o lluvia; y durante tiempo suficiente para maldecir una y mil veces al comunismo. La mala gestión del régimen te coloca en sitios similares a campos de concentración nazis; y muchas veces es todos los días”, dijo a Amanecer el carpintero Roberto Monzón Portuondo, residenciado en la calle Falgueras, en el municipio Cerro.
Por su parte, Mónica Gallardo Márquez, quien labora como ayudante de cocina y vive en la calle 53 a, en el municipio Marianao, contó al boletín que una de las cosas que influye en el desastre es la mala concepción en la ubicación de las paradas.
“Hay cuantiosos sitios donde no existe espacio para poner techo a la parada. Se trata de la chapucería característica de funcionarios a cargo de decisiones en este país”. José Luis Valladares García, delegado de Transporte en el municipio La Lisa, dijo a los comunicadores que ya se trabaja en el reordenamiento de rutas y paradas de la Habana Vieja. “Proceso que más tarde se extenderá al resto de los territorios de la ciudad”, puntualizó el directivo.
Publicado originalmente en la edición 237 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero