Pavel Torres Rodríguez. Foto tomada del perfil en Facebook de Cecilia Borroto López.
Por ICLEP
Aug 25, 2025 | 10:00 AM
El ciudadano Pavel Torres Rodríguez, residente en el barrio de Versalles, en Matanzas, permanece encarcelado desde hace más de diez meses sin que se le haya celebrado juicio. Su caso ha estado marcado por irregularidades procesales, denuncias familiares y silencio institucional. La causa penal abierta en su contra está registrada como “propaganda contra el orden constitucional”, un delito por el que se imponen penas de entre tres y ocho años de prisión.
Según información de 14ymedio, Torres fue arrestado el 11 de octubre de 2024 tras lanzar críticas al Gobierno durante un apagón. “Había llovido, se había ido la luz y estábamos en el portal de la casa. Pavel entró maldiciendo por el apagón y soltó una barbaridad, de esas que a cualquiera se le escapan. En menos de diez minutos ya estaba la patrulla en la puerta”, relató su madre, Margarita Rodríguez a ese medio independiente.
Un agente de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) se limitó a decirle “Tiene que acompañarnos”, antes de esposarlo y trasladarlo al centro de detención conocido como el Técnico de la Seguridad del Estado provincial. Dos semanas después fue trasladado a la prisión Combinado del Sur, donde continúa recluido.
Durante el proceso, la familia ha denunciado la desaparición del expediente judicial y la presión ejercida para que firmara documentos sin la presencia de un abogado. “Ni los agentes de la Seguridad del Estado los tienen, ni aparecen en la Fiscalía”, afirmó su madre. Además, aseguran que el teléfono móvil de Pavel fue utilizado para hacer llamadas a pesar de estar oficialmente confiscado. La empresa estatal ETECSA tampoco les permitió cancelar la línea.
Su hermano, teniente coronel de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), también ha cuestionado el caso: “Yo tengo una ideología distinta a la de mi hermano, pero no puedo cerrar los ojos. Su caso está lleno de irregularidades”, declaró a 14ymedio. Considera que la detención prolongada es una forma de castigo ejemplarizante para generar temor entre los vecinos. “Mi madre está en estado de puro nervio. Creo que lo están usando como ejemplo”, añadió.
Pavel, que cumplió 46 años el pasado 20 de agosto en prisión, era trabajador de una guarapera y aficionado a la pesca submarina. Hace dos años sufrió un infarto que le dejó secuelas, lo que ha incrementado la preocupación por su estado de salud. Su madre teme que su condición empeore dentro del penal: “Temo por él, porque he oído rumores de presos que han muerto en el Combinado del Sur”, dijo.
En el destacamento dos, cubículo seis del penal, Torres enfrenta además condiciones insalubres, como una plaga de chinches. Según la familia, “en las noches lo domina el desánimo”, aunque lo sostiene su fe cristiana y su convicción de tener “la conciencia limpia”. Durante su última visita, expresó su disposición a iniciar una huelga de hambre si no se define pronto su situación legal.
Pese a no estar vinculado formalmente a organizaciones opositoras, simpatizaba con grupos como Somos+ y Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), y era muy activo en redes sociales, donde publicaba duras críticas al régimen. Su casa, ubicada cerca del Comité Provincial del Partido, se había convertido en un espacio de debates políticos abiertos. El 11 de julio de 2021, según recuerda su familia, “tuvieron que sujetarlo en la azotea para que no siguiera gritando consignas contra el Gobierno”.