logotipo ICLEP

El inevitable colapso del sistema político cubano

Foto de Carlos Torres en Unsplash

Por la periodista ciudadana Yaquelín Herrera

Jun 22, 2024 | 10:00 AM


Estamos viviendo tiempos difíciles, pudiéramos decir los más difíciles de los últimos treinta años. Para la gran mayoría de los cubanos, esos que luchan día a día para sobrevivir, porque esa es la verdadera realidad, el futuro se torna oscuro, pero a veces eso resulta para bien. Hay una sentencia popular que expresa que para que las cosas se pongan buenas deben ponerse primero bien malas, y eso es lo que hoy está aconteciendo en el país.

La crisis económica que vivimos, marcada por una incontrolable inflación, crisis alimentaria, financiera, muestra el colapso inevitable del sistema político cubano, un sistema que ya ha agotado todas sus posibilidades y que se mantiene solo por la fuerza. Los últimos meses han agudizado el sistema de contradicciones que ha provocado el régimen.

La pérdida de la confianza del pueblo hacia el gobierno y su ineficacia en la gestión gubernamental, unido a las constantes violaciones de los derechos y libertades civiles son una realidad evidente de la urgencia de un cambio en la isla. Aunque la élite dominante intenta sortear esta realidad, resulta imposible. En términos económicos dos más dos son cuatro y es imposible frenar los efectos de la crisis con recetas políticas, así de sencillo. Cuando todo un pueblo vive el día a día sufriendo los efectos del desastre económico, carentes de servicios elementales como electricidad, transporte, gas, medicinas, entre otros y el gobierno no puede garantizarlos, de nada valen las promesas, sencillamente es tiempo de que cambien las cosas.

No todos los cubanos hoy aceptan la política del régimen cubano. La base popular que el sistema tuvo en un tiempo, ya es cosa pasada. Su legitimidad es cuestionable y se imponen cambios que garanticen a los cubanos vivir dignamente. La actual realidad de Cuba es el preámbulo de las necesarias transformaciones que se requieren. No simples reformas políticas, sino cambios radicales, en consonancia con el mundo de hoy.

 

Publicado originalmente en la edición 181 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano

 

0 Comentarios

Añadir comentario