Foto de Yuting Gao en Pexels
Por el periodista ciudadano Leinier Álvarez García
Jan 18, 2025 | 10:30 AM
Nadie se explica cómo algo que se autodefine como Gobierno puede errar tanto, es decir, cuál es el arte para con una sola pata meterla tanto. El nuevo decreto, lluvia de palabrerías que cierran y cierran en lugar de abrir, que prohíbe la venta mayorista a particulares, es algo tan plagado de erratas que solo a mente estúpida y tira piedras pudo habérsele ocurrido.
Ahora, la esplendorosa empresa estatal socialista estará a cargo de las ventas mayoristas. Partiremos de algo conocido amén de la concedida corrupción por venir que todos conocemos, de aquellos a los cuales les pesa el carné del Partido Comunista en el bolsillo trasero del pantalón.
Lo primero, lo general, lo de hace más de 65 años, si usted quiere que la papa desaparezca en Cuba, solo basta crear el Ministerio de la Papa en la Isla. Lo segundo, y esto es un error kilométrico, dónde está la norma que define cuál es la cota, el número físico, que establece límite a partir del cual un monto es considerado mayorista o minorista.
Usted puede tener un volumen de mercancía, en este caso mayorista, subcontratarlo como minorista, esto es, ir dándole camino como minorista; y, al final, para todos los efectos reales es mayorista. Para los impuestos todo reza como minorista. Y por aquí se le va medio barco, que al final solo paga el pueblo, por los precios minoristas inamovibles, pero ingresa menos presupuesto al Estado; donde se supone que afecte Salud y Educación.
Esto es solo la punta del iceberg; hay muchos más aspectos técnicos, que quizás no podamos abordar en consideración al espacio disponible; y en función de contar meteduras de pata de un régimen que no sabe qué hacer con el país, pero que está reacio a soltar. La otra cuestión, el efecto psicológico del momento cuando llega este decreto, diciembre.
El mes navideño, de paz y armonía con la familia y con lo divino. Como siempre, la dictadura se alista a empañarlo. En medio de apagones de tantas horas, de falta de todo, del esquivo plato de comida en la mesa, llega este decreto, con más espinas que el marabú.
Lo anterior, el cubo de agua, precedido de un ejercicio a nivel nacional de fiscalización, más multas y prohibiciones a costas del sector privado, el único que, pese a lo caro, está garantizando el poco alimento de la familia cubana; cuando todavía no se han distribuido en las bodegas las dos píricas libras de azúcar prieta, y se deben cinco de las siete libras de arroz de noviembre; y estamos a mediados de diciembre. Volviendo brevemente a lo técnico, qué sucede con la ficha de costo.
Nada, en la reproducción del capital le puedes agregar otros gastos, cuando declaras algo que globalmente puede responder a mayoristas, esto sin cota visible entre fronteras mayoristasminoristas, drenando una serie de gastos que al final no rezan como impuestos.
Cuánta metedura de pata. La tan criticada prensa ciudadana, los analistas callejeros, los tanques pensantes callejeros, ya han dado con esto. ¡Ay, Cuba!, a dónde iremos a parar en manos de un régimen que no sale de una metedura de patas para entrar en otra. Decreto que elimina ventas mayoristas en manos de particulares, éramos muchos en Cuba y parió Catana.
Publicado originalmente en la edición 231 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa