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Por la periodista ciudadana Yaquelín Herrera
May 30, 2024 | 10:00 AM
Para los incautos es posible que la maquinaria y propaganda del régimen cubano los logre confundir y hasta llegarles hacer creer que todo va a cambiar para bien. Esto es solo una retórica incoherente y desatinada, de quienes asumen el poder político en la isla.
Lograr eliminar el desastre económico que por décadas se ha venido conformando en Cuba, bajo las directrices del llamado socialismo cubano es una tarea totalmente imposible o como dicen los guajiros cubanos: no se puede cazar liebres con gatos.
El modelo económico y político cubano, no tiene nada que aportar, solo desastres y errores continuos. Las llamadas máquinas pensantes del régimen son sencillamente políticos incompetentes que asumen las carteras ministeriales por su filiación política al Partido Comunista y no por sus conocimientos sobre las esferas que dirigen.
Reordenar la economía cubana es tarea posible para el legendario mago Merlín. Se necesitan cambios radicales en toda la infraestructura económica del país y en las actuales relaciones de producción, cuyo contenido ha entrado en contradicción total con las fuerzas productivas que han ido apareciendo en el seno de la sociedad cubana.
Resolver este controvertido modelo no puede ser a medias tintas, como muchos suelen decir, sino implica cambios radicales, buscando la eliminación en primer lugar del flagelo de la corrupción, el voluntarismo político y la mala dirección a todos los niveles.Estas urgentes transformaciones requieren de un cambio de mentalidad política, difícil de asumir por la élite dominante de la isla, para quienes el cambio no está en su agenda pues están viviendo de los beneficios del poder y no lo entregan con facilidad.
Ceder ante la propaganda mediática y manipulaciones de la dictadura cubana o creer en sus cantos de sirenas, es una posición absurda y torpe. No se puede esperar cabios y transformaciones desde el poder, pues la cúspide que ostenta y permanece en el poder político en la isla, tratará de mantener el estado actual del escenario político, pues vive y se nutre de el. Triste pero real es el futuro de la isla si no se logra aunar fuerzas y voluntades por el cambio.
No un cambio promovido desde arriba, sino que tenga como actor y protagonista al propio pueblo. Así fue cuando Machado, cuando Batista y tiene que ser para este momento, sino nada real sucederá. Hay que aprender de la experiencia histórica ,para no cometer errores de ls cuales tengamos que arrepentirnos.
Es necesario entender que los culpables de las miserias y penalidades que hoy vivimos, no es el bloqueo económico u otros agentes externos hay que comprender de una vez y por siempre que los males que vivimos los ha procreado el propio sistema.
Publicado originalmente en la edición 180 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Espirituano