Foto de Periódico Cubano
Por el periodista ciudadano Leinier Álvarez García
Jun 9, 2024 | 11:20 PM
Un elemento esencial del proceso de bancarización impuesto por el régimen, quizás el rostro del proceso, radica en que cada día se reinventa; pero, lamentablemente, hacia atrás, rumbo hacia la torcedura de cuello de la gente que más mal la está pasando en la Isla.
Nuevos desastres de este engendro a destiempo en una Cuba semidestruida salen a luz a diario. De ahí, la vigencia de la prensa ciudadana en retomar una y otra vez dicho tema. La realidad impone letras; y nuestros lectores, la mayoría aplastados por la bota comunista, merecen no escatimar en energías. El primer tópico a tratar, el anuncio de las autoridades, con altos decibeles, de la posibilidad de adquirir efectivo en los comercios estatales, dígase bodegas comunes y corrientes.
Esto es, para aquellos ciudadanos que tengan estancado sus salarios y otros en sus tarjetas magnéticas. Cubanos a los cuales les urge comer. El mensaje oculto que justifica tanta algarabía: quienes agonizan frente a bancos y cajeros el asunto es de elección personal, una especie de autoflagelación, pues si algo hay en Cuba, a largo y ancho, son cientos de bodegas. Por tanto, el Gobierno ha dictado solución al caos que hoy se vive frente a sucursales bancarias. Parece hermoso. Pero, señores, dónde está el engaño; descubierto aquí para muchos foráneos adictos a morder el anzuelo comunista caribeño.
Las bodegas y demás comercios estatales por lo general no cuentan con efectivo; pues no tienen nada que vender. Las arcas bodegueras en un 90% del día están defraudadas. Hasta los históricos quilos recaudados por pan y leche escasean; centavos, debido al bajo costo de estos alimentos; lo que era diario ya no lo es. La leche falla y el pan es un desastre por falta de harina. Este último, mutilado por el asunto de los barcos que llegan y no llegan.
Punto dos a tratar, cuántos maestros no deben abandonar el salón de clases rumbo a los bancos por su salario en horario de actividad docente a causa de que el pago del efectivo encartonado es fraccionado. Hoy puedes sacar algo, mañana otra miseria y así sucesivamente. Táctica que responde a distribuir el poco dinero que tiene el banco entre muchos. Conclusión, cuántas aulas vacías repletas de muchachos tirándose tizas y cohetes de papel.
¿Cuántos consultorios y clínicas estomatológicas sin médicos en lo mismo? Igual sucede con oficinas y demás dependencias estatales. Es la realidad, guste o no, se aprecia a diario.¿Cuánto caos no ha traído a Cuba la camisa de fuerza impuesta por el régimen sin un elemental nivel de recursos e infraestructura? Solo que en medio de todo este desastre la peor parte se la lleva, como siempre, la gente de abajo. Hoy, ahora mismo, es esto: bancarización comunista, grillete y caos social.
Publicado originalmente en la edición 217 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, El Majadero de Artemisa