Foto de Carlos Torres en Unsplash
Por la periodista ciudadana Aniuska Paredes López
Mar 4, 2024 | 2:00 PM
La crisis de medicamentos en la Isla, asunto de agudo descontento social, presenta una impactante realidad: cada vez son más los cubanos que están muriendo por falta de fármacos, mientras el régimen continúa reacio a la liberación de este sector a la empresa privada.
Todo parece indicar que la obstinación en esta conducta se debe al orgullo ideológico de la dictadura: el socialismo no es capaz de garantizar ni lo más elemental para el sostenimiento de la vida. De ahí el complejo de barrio: el sistema social es un fracaso.
Otro elemento de peso radica en la pérdida creciente de valor frente a la ciudadanía, pues van quedando pocos renglones donde el régimen se pueda mirar en el espejo del único proveedor de los cubanos; y cuando ya no hay nada que dar queda poco espacio para la obediencia.
Traducidas las palabras anteriores a la realidad, cuando ya tú no eres el tipo, el poderoso absoluto, el que lo suministraba todo y la gente solo dependía de ti, comienzan a llegar al oído popular otras voces y cualquier cosa puede suceder.
Ese temor existe en la cúpula militar. Temor justificado en el hecho de que el grueso de los medicamentos que consumen los enfermos cubanos no provienen de la red de farmacias estatales, sino del mercado negro.
Gracias al mercado informal hoy mueren menos personas en la Isla. Claro está, para aquellos ciudadanos que pueden pagar los fármacos. Al resto, sólo les queda morir, en un país que se vende al planeta como el oasis universal de la salud pública.
Actualmente, como se informó en el recién finalizado Periodo Ordinario de Sesiones del Parlamento cubano y publica el medio oficialista Tribuna de La Habana, existen 251 medicamentos en falta, tanto los fabricados nacionalmente como los importados, lo que representa el 40 % del cuadro básico.
Añade Tribuna: “En la reciente cita parlamentaria, el doctor Eduardo Martínez Díaz, presidente del grupo empresarial BioCubaFarma, reiteró como causa principal del desabastecimiento la no disponibilidad de las materias primas y materiales necesarios para la producción”.
Como se observa, el cuadro pinta oscuro y creciendo. Pero, dónde están los brazos cruzados en este asunto de vida o muerte. Están en la terquedad de los que mandan en Cuba, que no proveen y tampoco dejan que el sector particular de modo legal asuma la tarea.
La pregunta lógica que se hacen las personas dentro y fuera de Cuba es muy sencilla: ¿Cuántos cubanos tendrán que morir para que el régimen autorice las farmacias privadas?
Publicado originalmente en la edición 232 del medio de comunicación comunitario del ICLEP, Amanecer Habanero.